La lucha del ser humano contra el poder
es la lucha de la memoria contra el olvido.
Milan Kundera
ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ/ @arturosuarez
Un amigo me regaló una figura del presidente López, uno de esos “amlitos” que se venden afuera de Palacio Nacional y claro que lo guardaré como una muestra de lo que fue este sexenio y como el Pejelagarto se convirtió en una caricatura de sí mismo.
Estamos a unos días de que termine el sexenio y que el tabasqueño rinda su sexto informe, ya sabemos que el acto del 1 de septiembre será una loa al ego del mandatario, de sus incipientes logros y será cobijado por sus aplaudidores. Eso sí, aquello de regresar a San Lázaro para enfrentar al Legislativo se queda en el tintero, no quiere exponerse a la rechifla de los opositores, igual que Peña y Calderón.
Lejos quedaron aquellos días en que Andrés Manuel se trasladaba a sus giras en aviones comerciales, disfrutaba que la gente le pidiera fotografías. Lo mismo se daba el tiempo para sorprender a los transeúntes de la calle Corregidora con un viejo libro de texto mientras hablaba de la materia de civismo y de su Cartilla Moral, pero ya no más.
De aquel hombre que era el rey de la calle poco o nada queda, solo son recuerdos aquella manifestación cuando tomó pozos petroleros en Tabasco, en su defensa contra las Reformas Estructurales del Estado de Peña Nieto, o en su Plantón de Paseo de la Reforma por un fraude que no demostró, o con aquella fantasía de un “gobierno legítimo”. Es el mismo que no visitó a los damnificados de Acapulco por el huracán Otis ni a los de Chalco por las inundaciones. Le teme a caminar la calle y a las mentadas de madre.
López repite que tiene que cuidar la investidura presidencial, pero hace tiempo que la tiene manchada y de sangre por ser el sexenio más violento con casi 200 mil muertos, por no haber enfrentado de mejor manera la pandemia y la protección a personajes como Hugo López Gatell, los Bartlett e Ignacio Ovalle por el caso Segalmex. ¿Eso no es manchar la investidura presidencial?
Hoy los siete órganos autónomos esos que vigilaban al poder están por desaparecer, sigue el desabasto de medicamentos, hay territorios por los que no se puede transitar tanto que Alfonso Durazo, gobernador de Sonora, dice que hay que circular las carreteras con cuidado.
Reza López en sus spots de despedida que se va “con la conciencia tranquila”, eso contrasta con la medición de aceptación, con un 73%, pero deja un país con poco crecimiento de 0.2%, con alta inflación de 5.16%, inseguridad, sumido en crisis con un Poder Judicial en paro, con un país polarizado, con casos como el de los 43 sin resolver y un país militarizado. ¿Podrá dormir tranquilo?
Que quede claro que la aceptación de AMLO es aplaudida por los programas sociales, pero la seguridad pública, violencia y temas de salud son temas que no logró consumar, aunque diga que antes de irse cumplirá con sus promesas.
Como decía, claro que conservaré el “amlito”, muestra de la transformación de López en un mono hecho por cualquiera de sus caricaturistas zalameros… pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
Las traiciones que vienen. Todavía no comienza la nueva legislatura, ni los senadores terminan de llegar y Manuel Velasco dice que ya tendrían mayoría. Trasciende que Araceli Saucedo, de Michoacán y José Sabino Herrera, de Tabasco, estarían muy cerca de Morena.
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Hasta la próxima.