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Al éxito y al fracaso, esos dos impostores,
trátalos siempre con la misma indiferencia.
Rudyard Kipling
ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ/ @arturosuarez
La controvertida obra del Tren Maya va porque va así lo dijo López Obrador, quienes realizan la obra tienen la instrucción de pasar por encima de quien sea porque el presidente quiere que se inaugure completo, no como las otras construcciones a medias, para el 1 de diciembre, próxima fecha en que se conmemoran cinco años de que juró como presidente de México, en la zona del noreste ya trabajan a marchas forzadas para cumplir con la entrega y hacer de todo para ocultar el daño que están haciendo al medioambiente.
El más humanista de todos los presidentes no entiende de medioambiente, desprecia la protección a las especies, ahí queda su política energética petrolera que está muy distante de las tendencias renovables por las que países de vanguardia están apostando. En ese contexto es que se da la devastación de la zona del sureste por donde se construye el tren Maya, está siendo documentado por activistas nacionales e internacionales, bien dice el inquilino de Palacio Nacional falta que “la historia lo juzgue” y tendrá que sumarse a los fracasos de inseguridad y sus muertos, el económico y los fallecidos por la estrategia contra el Covid-19, el ecocidio en aquella región.
El odio que inyecta todas las mañanas el Pejelagarto no tiene límite, acusa de manera a priori a los ambientalistas denunciantes de estar pagados por sus adversarios y habla de patrocinio de entidades extranjeras, esa actitud ya no sorprende a nadie. En su gira de supervisión del fin de semana pasado, fue cuestionado porque un grupo que trabaja en el Tren Maya amenazó y no permitió que los activistas ingresaran a la zona, según se ve en las imágenes los acosaron y dos camionetas viajaban a la par de los vehículos y les impedían grabar la cueva Dama Blanca que fue rellenada y que la pregunta llegó hasta la mañanera. El presidente solo atinó a decir “no creo, no creo esos de la sociedad civil son pseudos ambientalistas…”.
Así como México es el país más peligroso para ejercer el periodismo, la violencia aumenta para los defensores del medio ambiente, en los últimos cuatro años, según el informe de Centro Mexicano de Derecho Ambiental, un total de 82 activistas fueron asesinados por defender los recursos naturales. En el caso de los periodistas ha habido un ataque verbal sistemático desde Palacio Nacional que ahora se está repitiendo con los medioambientalistas.
Me dicen que la presencia de la Guardia Nacional y efectivos del Ejército se están incrementando en la zona y van a llegar más, seguramente la vigilancia se va a incrementar para que no se pueda seguir documentando la destrucción de la zona. A un grupo de estudiantes que acudieron a las obras del tramo 5 sur, para acceder a la cueva rellenada Dama Blanca no se les permitió el paso, además el punto se ubica a unos 50 kilómetros al norte del Parque Nacional del Jaguar. Sería muy bueno que la gente encargada de la obra hiciera un recorrido con ambientalistas y periodistas para que quede testimonio que no hay daño ecológico o ¿Qué ocultan?
La cueva debe su nombre precisamente a la “dama blanca”, un pez ciego endémico. La especie está enlistada en la NOM-059- SEMARNAT en la categoría de peligro de extinción.
En el punto se presentó José Urbina Bravo, buzo de cuevas promovente del juicio de amparo indirecto 884/2022, que el año pasado paralizó la obra federal durante tres meses tras ser beneficiado con una suspensión definitiva, que luego fue revocada por impugnaciones que interpuso el gobierno federal.
El Tren Maya es un ecocidio para toda la zona por donde pasará, ha destruido fauna y flora, de igual forma 3.4 millones de árboles han sido talados, además se incrementó el 130%, al pasar de los 156,000.4 millones de pesos reportados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) al cierre del 2020, año en que se registró oficialmente el proyecto, a los 359, 863.3 que suman a la fecha.
Aquí se lo he dicho, las obras emblema de la 4T no podrán ocultar su éxito o su fracaso y lo veremos a corto plazo a finales de este año, mientras que el daño al medioambiente por parte de este gobierno destructor tardará años en resarciese si es que se puede, en otros casos será irreversible y responsabilidad de quien hoy habita el Palacio Nacional.
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Hasta la próxima.
