La juventud es feliz porque tiene la
capacidad de ver la belleza.
Cualquiera que conserve la capacidad
de ver la belleza jamás envejece.
Franz Kafka
ARTRO SUÁREZ RAMÍREZ
Dicen que los aeropuertos son las ventanas que nos permiten dar el primer vistazo al país o lugar donde llegamos. Hay aeropuertos que son unas verdaderas joyas arquitectónicas que son íconos de las ciudades, son funcionales, cosmopolitas, bien conectados y todos los días, a todas horas hay flujo de pasajeros, esa era la idea para el nuevo aeropuerto qué se buscaba construir en México.
Cuando llegó la administración de Andrés Manuel López Obrador decidió terminar con la construcción que ya había comenzado en Texcoco, cancelar contratos qué generó una gran pérdida y se desperdició un proyecto de talla internacional para dar paso al Felipe Ángeles construido por el Ejército, según iba a costar mucho menos, pero terminó costando 29% más de lo presupuestado y en palabras de López Obrador no había otra construcción de esas características en el mundo, aunque en China se construyen varios con mayor envergadura, incluso cuenta con 30 muy importantes.
El Felipe Ángeles se inauguró hace dos años y hasta el día de hoy no ha logrado convertirse en una terminal de clase mundial, apenas unos cuantos vuelos nacionales, de hecho para su primer aniversario el pasado mayo se llevó la cuenta que se transportó 200 mil personas cada mes, a través de siete aerolíneas e internacionales solamente República Dominicana, Colombia, Ecuador, Panamá, Venezuela y Cuba, falta la infraestructura que debería conectar el aeropuerto ubicado en Tecámac en el Estado de México y la capital, resulta poco práctico para los turistas y nada rentable para los viajantes de negocios qué tienen apenas unas cuantas horas para realizar sus actividades.
Pero el asunto no es solamente un aeropuerto que no funciona como debería, se trata también de lo que sucede en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México Benito Juárez, las instalaciones se han venido deteriorando, se han recortado el número de operaciones diarias como forma de presión para que las empresas terminen por mudarse al Felipe Ángeles.
Si las terminales aéreas son esa ventana para tener la primera impresión del país a donde vamos, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y el Felipe Ángeles les queda a deber a los pasajeros. Por ahora seguimos lejos de tener una terminal aérea de primer mundo.
A esto se debe sumar que la aerolínea Mexicana de Aviación otro capricho de AMLO no termina por despegar. Fue hace un mes cuando se realizó el vuelo inaugural de la aerolínea del Estado Mexicano; sin embargo, el pasado 25 de enero se vendieron solo cinco boletos entre ellos destacó el vuelo de Acapulco al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) con solo 1 boleto vendido.
También los vuelos del AIFA a Acapulco y del AIFA a Zihuatanejo, con 8 y 9 boletos, respectivamente. Lo mismo ocurrió con el vuelo del AIFA a Ciudad Victoria con 9 boletos vendidos.
En el tema de carga del AIFA aún tiene carencias en términos de personal para atender las necesidades de importadores y exportadores que ya lo utilizan. Un empresario del sector de retail explica que el aeropuerto cuenta con una insuficiencia de agentes de carga y aduanales, lo que provoca que el flujo no sea el esperado.
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Hasta la próxima.