Es extraño, pero es verdad,
porque la verdad es siempre extraña,
más extraña que la ficción.
George Gordon Byron
ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ (@arturosuarez)
El cuento del complot contra López Obrador viene desde los videoescándalos en los que el empresario argentino Carlos Ahumada grabó a René Bejarano metiéndose fajos de billetes hasta en los bolsillos del saco, claro que tuvo que ver Diego Fernández de Cevallos y Federico Döring en que los archivos llegaran a Televisa y que Víctor Trujillo los diera a conocer mientras el “señor de las ligas” sudaba frío al verse en la pantalla, para López Obrador se trataba de una confabulación para sacarlo de la carrera presidencial del 2006 que había dicho que lo dieran por muerto.
Esa ha sido la vida política de López Obrador, claro que tiene adversarios de peso y que le metieron el pie para que no fuera presidente en 2006 y 2012 como Carlos Salinas de Gortari, el ya mencionado “jefe” Diego, Vicente Fox, Claudio X González y muchos, muchos más. Pero en honor a López Obrador, la mayoría de las ocasiones se la pasa boxeando con sombras o contrincantes inventados en su cabeza, algo así como los molinos de viento del Quijote, pero ese discurso y su estrategia de decirse víctima le funcionó por años, pero cuando se es presidente y no hay más allá en algún momento rayará en lo demencial o la infamia.
El sábado pasado, en la Ciudad de México se manifestaron de nueva cuenta, padres de niños con cáncer, marcharon por Paseo de la Reforma y en avenida Juárez fue detenida para que no ingresaran al primer cuadro, la exigencia es la misma que desde el 2019, que se termine con desabasto de medicamentos que impera desde la llegada de la 4T y que ha dejado 3 mil menores muertos. Claro que los infames como Hugo López-Gatell, protegido del presidente se dio licencia para mencionar que era una estrategia “golpista” de los conservadores, esa declaración la hizo en un programa de moneros zalameros que manejan la escuela de cuadros y hasta medios adoctrinadores de los que no hay claridad de donde salen los recursos. Eso sí en otros tiempos se rasgaban las vestiduras y mordían la yugular, y que bueno, de los gobiernos anteriores, pero su supuesta superioridad moral los vuelve ciegos y solo le entran como en los cultos religiosos al “ver y cree” en su mesías tropical.
Nadie le puede regatear a López Obrador su capacidad para ser escurridizo, salir al paso cuando parece que está acorralado, pero insisto, no es lo mismo ser el mejor opositor que tuvo el país a ser el peor presidente, por lo menos en lo que va del siglo XXI, y no es víscera porque ahí están las evidencias los números que torcerán para presentar cifras alegres en su cuarto informe, ya lo dijo que va a seguir culpando al pasado y no va a asumir ninguna responsabilidad de sus actos. Pero afortunadamente el rasero de la historia funciona diferente y aunque se quiera justificar las acciones con narrativas positivas ahí están colocados Fox, Calderón, Peña y ya hay nicho para López.
Para los “chairos” una infamia es una acción vil, un hecho malvado y los cuatro últimos que han ocupado la silla presidencial, por acción u omisión, han incurrido en esos actos. Ejemplos del tabasqueño tenemos todos los días, juzga con una ligereza y castiga, suelta a sus hordas rabiosas en redes y sus youtuberos le hacen el juego. Así sucedió con los familiares de los mineros atrapados en Sabinas Coahuila, los primeros en politizar el lamentable hecho fue la 4T y los primeros en decirse atacados por los familiares fueron ellos mismos.
Como digo los ejemplos abundan, ahí queda la justificación de los fajos de billetes que recibieron sus hermanos de López, que dijo son aportaciones y a pregunta de un reportero de Reforma si su hermano era honesto y dijo que “también”, seguramente esa mañana le hicieron daño los de chipilín… pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
Los grupos opositores en el Congreso de la Unión reiteran que las reformas de la Guardia Nacional y la Electoral no van a pasar. Veremos.
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Hasta la próxima.