SARA LOVERA
SemMéxico, Ciudad de México. En unos días, en medio del revuelo que causará el inicio formal del proceso electoral de 2024, que asoma una contienda donde estarán en el centro la imagen y las demandas de las mujeres, se teme, con razón, que la Cámara de Diputados, una vez más no cambiará, ni una coma de lo que presente el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
El presupuesto para el avance de las mujeres, prácticamente se nulifico durante cinco años.
El Presupuesto de género se discutió hace dos décadas, buscaba crear programas o políticas transversales con recursos etiquetado que grantizaran el avance de las mujeres.
Así se firmó en 1995 durante la IV Conferencia Mundial de la Mujer, tuvo logros empujados por a las organizaciones no gubernamentales, academia, instancias federales y algunos gobiernos y congresos estatales. Estuvo en la discusión en la LVII Legislatura, en 1997.
Pero desde 2019, con todo y el el anexo 13 del presupuesto, los recursos bien definidos, apenas llegó la 4T, se vació. En 2023 había perdido 30 mil millones de pesos, particularmente en recursos destinados a enfrentar la violencia y la desigualdad.
Se recortaron programas en salud de las mujeres, apoyos para las trabajadoras, y los destinados a la transversalidad. Hasta este septiembre no se entregaron los faltantes para los refugios para mujeres violentadas, etiquetados en el PEF de 2023.
Hoy, cuando la 4t se apresta a ungir a una mujer para la presidencia de la república, su carta de presentación es deplorable. Oficialmente canceló la creación del Sistema Nacional de Cuidados, que podría descargar a las mujeres del pesado fardo de cuidar niños, niñas, personas mayores o con discapacidad.
Como se ve no sólo desaparecieron las estancias infantiles y las escuelas de tiempo completo, sino recursos en la atención de los cánceres femeninos. Cero recursos para las acciones de prevención, y ni esperanza para el cambio cultural. No hay un centavo para discutir las nuevas masculinidades, ni los hay para las unidades de género en la administración pública.
Un balance de especialistas, de febrero pasado, llegó a la conclusión de que este año sólo se destinaron 14 pesos por mujer para la política de género. Nada para el programa para disminuir el embarazo en niñas y adolescentes, donde México tiene el primer ominoso lugar entre los países de la OCDE, tenemos madres a niñas menores de 15 años, entre otras cosas por la violencia sexual en casa.
Las instancias internacionales que vigilan el cumplimiento de los acuerdos o convenciones firmadas por México hoy reclaman acciones que parecen una quimera. ¿Con qué recursos que no sean sólo punitivos? Se puede enfrentar el fenómeno de la trata, la desaparición forzada de niñas y mujeres, y el feminicidio.
Pero tampoco hay para las pobres. Las casas de la mujer campesina, este año vivieron con 55 pesos al día, lugar para, indígenas, afro y las más olvidadas con problemas de salud reproductiva o violencia de género.
Sin rubor en este asunto, no hay simulación. El gobierno de la cuatroté, simplemente no tuvo ni tiene voluntad política, ni le da importancia al avance de las mujeres. Hablar de salud materna, sexual y reproductiva es ver que se recortaron de más de 88 millones de pesos y para el Bienestar de las niñas y niños, hijos-hijas de madres trabajadoras se perdió el 4.4 por ciento.
También se identifican reducciones a la perspectiva de género en el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (69.51 por ciento), al Instituto Federal de Telecomunicaciones (23.06 por ciento), a Turismo (12.96 por ciento), al Instituto Nacional Electoral (7.86 por ciento) y a las Aportaciones de Seguridad Social (7.33 por ciento). Tremendo. Veremos.
*Periodista. Directora del portal informativo: http://www.semmexico.mx