SARA LOVERA*
SemMéxico, Ciudad de México. La selección de las candidaturas morenistas a los 9 gobiernos que se renovarán en 2024, entrañan algunas interrogantes necesarias. ¿Todo el teatro que se hizo es en función de la paridad? ¿Democráticamente? ¿Cómo fueron escogidas?
La paridad constitucional no es un juego. Es un avance democrático, de igualdad y de futuro. Pero nada será verdadero mientras prevalezca la disciplina partidaria, donde las mujeres no son autónomas y encima designadas por un método muy enredado.
Los partidos políticos desde 2021 tuvieron todo bien claro. No había necesidad de tanto aspaviento. Los resultados para ellas no son mejores que hace 3 años. Otra vez las designaciones fueron pragmáticas, con arreglos fuera del contenido fundamental de la paridad, que exige perfiles comprometidos con el avance de las mujeres. Pero Morena, además, es un amasijo de intereses. Mujeres al poder, ¿así de simple? no convoca a echar campanas al viento.
Encima no hubo verdaderas evaluaciones. La medida para previsibles éxitos electorales es que las candidaturas se deciden sólo por su cercanía y “lealtad” al presidente Andrés Manuel López Obrador.
¿Qué resultó de 2021? Con visión semejante. Tres ejemplos, nada más: Baja California, donde la Gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmedo tiene origen panista y está seriamente cuestionada por los negocios de su familia; encima estamos a años luz, de que se respeten los derechos sexuales y reproductivos. En esa entidad, que gobernó el PAN 30 años, donde sistemáticamente se arrinconó la agenda feminista.
Guerrero, que duele tanto, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, llegó tras imposición desde Palacio Nacional, porque el compadre del presidente Félix Salgado Macedonio, no podía ser. Acusado de violador mostró cómo funciona esto del Pacto Patriarcal. El desempeño de Evelyn es gris y ahora, en la tremenda desgracia del OTIS, no logró mostrar liderazgo alguno. Guerrero duele por todo: atraso, pobreza, y muy lejos del interés presidencial, de hace mucho tiempo. Encima porque todavía las niñas son vendidas y es casi imposible practicarse un aborto legal.
Campeche, donde Layda Sansores San Román, además de priísta, fue acusada y sentenciada por violencia política contra las mujeres, que la reveló con total desapego, no sólo de la democracia, sino de la problemática femenina. Sin resultados de gobierno.
Las ahora candidatas virtuales, ¿Las designaron para perder? ¿Están enviándolas a donde Morena no las tiene todas consigo? ¿De qué se trata? En la Ciudad de México, con Clara Brugada Molina y en Morelos, con Margarita González Saravia por cierto las únicas dos que vienen de movimientos sociales, hay hartazgo de la población por los gobiernos de Morena. No podemos olvidar que en 2021 la 4T perdió la mitad de la capital y en Morelos el gobernador tiene la peor calificación.
Guanajuato, bastión panista, y aunque Alma Alcaraz Hernández, viene del PAN, y Morena pensará que le conviene, luego de 32 años de gobiernos panistas ¿será exitosa? y Claudia Delgadillo García, ex priista para Jalisco, habrá de enfrentar a Movimiento Ciudadano ahí asentado. De Rocío Nahle García, quien además de no tener experiencia no es veracruzana y encontrará una entidad desecha. No ser de Veracruz ya le generó controversias, sobre todo cuando la Suprema Corte rechazó el cambio constitucional para que se elijan personajes nacidos en otras entidades.
Las cosas no son tan sencillas, como se piensa, como emocionalmente se aplaude el avance de las mujeres. No sólo por el “método” desaseado para elegirlas, sino peor aún, es que ninguna de ellas tiene agenda para mejorar la condición de las mujeres. Veremos.
*Periodista. Directora del portal informativo http://www.semmexico.mx