
MARTÍN DE J. TAKAGUI
Si de algo sabe Pablo Gómez es de asuntos Legislativos, por más de tres décadas vivió de ser Diputado, asambleísta y senador, pero sobre todo estuvo presente en las grandes reformas electorales de la inconclusa transición democrática.
Hoy con su designación como presidente de la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral, Pablo Gómez, que dejó la Unidad de Inteligencia Financiera para asumir el compromiso de demoler el Instituto Nacional Electoral.
Hubo en la historia moderna varias reformas electorales que crearon sistemas para dar participación a las minorías políticas, a través de los diputados plurinominales.
Con esas reformas se arrancó del seno del gobierno la organización de elecciones, se dió transparencia al financiamiento de los partidos, se creó la justicia electoral y todo un sistema de arbitraje y organización electoral, propiciando el crecimiento de la oposición.
No tenemos duda de que la llamada cuarta transformación ya tenido como objetivo destruir a la autoridad electoral que ha sido un ejemplo mundial para la organización de elecciones democráticas.
Entre las reformas más relevantes de las cinco décadas anteriores destacan
las de 1977, 1987, 1990, 1993, 1996, 2007 y 2014, de ell L primera que hizo posible que se incrementará de 300 a 500 el número de diputados, garantizando que los 200 adicionales fueran electos de manera proporcional a los votos obtenido por cada partido político.
La de 1990 fue la que creó al entonces llamado Instituto Federal Electoral, para sustituir a la Comisión Federal Electoral que presidía el Secretario de Gobernación y fue todavía Fernando Gutiérrez Barrios el encargado de instalar el nuevo órgano electoral ideado por Carlos Salinas de Gortari.
Después vino la que llevo a la ciudadanización del del árbitro electoral quedando al frente del IFE José Woldedmberg que sin duda sentó las bases de esa gran transición democrática, que muy probablemente quedará inconclusa y que será punto de partida para un nuevo sistema electoral.
No sabemos si será bueno o malo ese nuevo sistema, lo que sí se puede asegurar es que será favorable al Partido en el gobierno y que Pablo Gómez se encargará de hacer posible la preservación del Poder en manos de Morena.
Hoy habremos de esperar a ver cuáles son las indicaciones de la presidenta Claudia Sheinbaum en torno a su reforma electoral, que pretende ser un cambio profundo, con la eliminación de los diputados plurinominales que acabarán con la representación de las minorías.
No lo digan, Pero parece que ser un gobierno absolutista ¿o dictatorial?
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