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*NATALIA VIDALES DE BITTERLIN (SemMéxico, Hermosillo, Sonora). Pese a la lejanía con nuestro país, el bombardeo ordenado por el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, a Ucrania ha cimbrado a los ciudadanos de todo el mundo, incluyendo a los mexicanos y a quienes, supuestamente, no intervendrán en esta guerra absurda pero que, de una u otra manera -y dada la “aldea” global en que vivimos- nadie se escapará de algunos de sus efectos.
Así que la preocupación ha aflorado en México y ésta nada tiene que ver con la cuestión económica -como lo acaba de mencionar el presidente en su mañanera- sino con el temor de lo que pudiera suceder en nuestro país y por las atrocidades que todos conocemos suceden en las guerras.
Cuando empezábamos a sentir que las cosas volvían a su normalidad; cuando apenas estábamos saliendo de la Pandemia; cuando sobre todo a los jóvenes les volvía la vida… llega esta otra calamidad que los afecta y nos afecta a todos al quitarnos la paz y la tranquilidad perdida con la llegada del Covid-19 y más recientemente con sus nuevas cepas y variables.
Un endiablado Vladimir Putin ha iniciado una nueva guerra en Europa al decidir, literalmente “por sus pistolas”, como suele decirse, que los misiles se lanzaran no solo en las instalaciones bélicas de Ucrania -como lo anunció inicialmente-, sino afectando -por supuesto- a toda la población: a niños, jóvenes, adultos a quienes, de la noche a la mañana les cambió la vida, como lo estamos viendo en las imágenes enviadas desde ese país, así como las caravanas al exilio de sus habitantes.
El mundo entero ha condenado este conflicto armado pero el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador ha guardado silencio con el pretexto de ¨no intervención¨, yéndose únicamente por el lado económico al expresar que México se encuentra preparado para los efectos económicos que pudiera generar el conflicto en el este europeo. Pero…de manifestarse en contra de tal afrenta y condenar el acto con energía -como lo esperábamos los ciudadanos que lo hiciera en concordancia con la opinión pública- …. ¡nada!
Solo le faltó decir, como lo expresó cuando inició la Pandemia, que le ¨cayó como anillo al dedo¨ esta intervención de Rusia porque así los mexicanos tendremos otro foco de atención y supuestamente dejaremos de lado el escándalo de corrupción que lo envuelve por las acciones de su hijo José Ramón -viviendo como marajá en una mansión en los Estados Unidos e indiciado como traficante de influencias-, sin olvidarnos todavía las de sus hermanos metiéndose fajos de billetes en los bolsillos.
Pero se equivoca López Obrador, porque los ciudadanos seguiremos muy pendientes de las investigaciones y continuaremos señalando sus errores, teniendo muy presente los horrores que un mal gobernante puede llegar a hacer con su pueblo, como -guardadas todas las proporciones del caso- sucede hoy mismo con los ciudadanos rusos en contra de la decisión de su mandatario de iniciar una guerra y, ni se diga, con las víctimas de Ucrania.
La violencia extrema de los tiranos está ante nuestra vista. ¿Eso quisiéramos para México?
Afortunadamente tenemos en puerta el recurso de Revocación de Mandato para expresarnos en consecuencia.
Periodista sonorense. Fundadora y directora de la revista Mujer y Poder.
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