MIRADA VIOLETA/ Sin reglas

GUADALUPE RAMOS PONCE

SemMéxico, Guadalajara, Jalisco. El cuerpo de las mujeres siempre ha sido un campo de batalla, desde que nacen hasta que mueren. La violencia machista se hace presente a lo largo de su vida, de muchas maneras. Una de ellas ha sido el control de su cuerpo a través de su sexualidad. En mi primera columna de este 2024, quiero recomendarles a las mujeres mayores, que nunca es tarde para romper con los mandatos patriarcales de los que nos habla Marcela Lagarde.

El silencio con que las mujeres mayores viven su sexualidad después de la menopausia, las orilla a medicarse y hablar del tema solo desde la medicina y la biología. En una sociedad donde la heterosexualidad es la norma y la sexualidad femenina se considera concluida tras la menopausia; las mujeres se encuentran atrapadas entre estigmas y mitos médicos, socioculturales y religiosos.

Anna Freixas, escritora y doctora en psicología, ha querido mostrar los matices de las dinámicas sexuales en la madurez. Su libro, «Sin reglas: erótica y libertad femenina en la madurez» es una investigación que cuenta con los testimonios de más de 700 mujeres entre los 50 y 82 años.

La obra aborda los estigmas que enfrentan las mujeres mayores en el desarrollo de una sexualidad activa. Tras analizar la investigación y el conocimiento sobre el tema y las diversas posiciones teóricas que tratan de explicar la sexualidad después de la menopausia y las actitudes sociales y culturales al respecto, Freixas nos adentra en los grandes temas que afectan a la erótica femenina en la madurez. ¿Qué pareja desean las mujeres después de la etapa reproductiva?, ¿cómo se vive la sexualidad en nuestra sociedad globalizada, cuando no se dispone de una pareja cercana?, ¿cómo se viven las opciones sexuales diversas, más allá de la heterosexualidad?

Para Freixas, «El deseo femenino no ha tenido nunca palabras porque cualquier mujer que ha mostrado su deseo ha tenido el estigma de puta». En su investigación, la psicóloga reseña cómo, a pesar de los mitos y estigmas que giran en su contra, las mujeres mayores de 70 años son las que más desean tener relaciones sexuales esporádicas sin vínculos emocionales.

La reivindicación del deseo sexual en las mujeres mayores rompe el silencio sobre un tabú mantenido vivo por el patriarcado, el poder religioso y la industria farmacéutica: la menopausia.

De acuerdo con Freixas, el deseo sexual no desaparece si tenemos la libertad de decidir cómo y con quién seguir viviendo nuestra vida sexual.

Gracias a todas estas experiencias, encendemos una luz allí donde solo había silencio, para descubrir que ‘sexo’ no significa ‘coito’ y que existen infinitas maneras de vivir o no la sexualidad en las tres décadas de vida que nos quedan después de la menopausia.

El cuerpo de las mujeres es un enorme negocio del que todos se aprovechan desde que somos pequeñas hasta que nos morimos. La industria farmacéutica no ha tardado en identificar la longevidad de las mujeres con una enfermedad, abriendo así una nueva brecha en el mercado del consumo preventivo de medicamentos con la complicidad de la clase médica.

La industria farmacéutica y parte de la clase médica se han aprovechado, como siempre, del cuerpo y de la salud de las mujeres. Se han inventado enfermedades diciéndonos que si no nos tomamos algún medicamento específico puede que te pase algo muy grave. Eso ocurre con el tratamiento hormonal de la menopausia.

La investigación de Freixes es una de las pocas que aborda este tema con una mirada feminista. La narrativa de todas estas mujeres que rompen el silencio patriarcal permite que mujeres de diferentes edades, heterosexuales, lesbianas, con pareja, sin pareja, etc., pudieran ofrecernos una mirada distinta respecto del deseo y el sexo después de la menopausia.

La comercialización de la belleza, del deseo, de la sexualidad y del cuerpo de las mujeres han sido parte sustancial del patriarcado. La heterosexualidad también. Por eso es tan importante la lectura de esta investigación que ofrece además otras miradas, de mujeres que después de vivirse toda la vida en la heterosexualidad, deciden en la edad adulta amar a otras mujeres. Es interesante porque abre los horizontes a espacios y posibilidades nuevas. En esta edad, se abre la puerta a la sensualidad más que a la sexualidad centrada desde siempre y por cierta educación, en los órganos genitales. Hay otros elementos que constituyen una sexualidad y una sensualidad menos genital y más global, con la dificultad que implica, en un mundo tan marcado por cierta belleza estética, aceptar que el cuerpo ha cambiado, que no es lo que era antes, pero es el propio y hay que amarlo, así como es, sin que sea necesario someterlo a cirugías ni tratamientos médicos extenuantes que terminan por homologar los rostros de todas las mujeres.

Sin Reglas no es una invitación al sexo sí o sí, al llegar a los 50. Más bien es una invitación al sexo sí o no, a todas, como nos dé la gana y con quién nos dé la gana.

Así que, bienvenidas a la menopausia sin las reglas de los mandatos heteropatriarcales.

Dra. María Guadalupe Ramos Ponce

Coordinadora de CLADEM en México

Profesora Investigadora de la UdeG.

@dralupitaramosp

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