MARÍA GUADALUPE RAMOS PONCE (SemMéxico, Guadalajara, Jalisco). Las marchas feministas ocurridas el 8 de marzo del 2023 en el mundo, en América Latina y el Caribe, en México y particularmente en Jalisco y en Guadalajara, se enmarcan en lo que se conoce como la Cuarta Ola Feminista.
Tanto los trabajos académicos como los producidos desde los activismos ubican la cuarta ola en el período que va desde el 2010 hasta la fecha, aunque es importante señalar que esta metáfora no necesariamente es utilizada para hacer un análisis más amplio de las movilizaciones feministas.
En relación a lo que se ha escrito respecto de la cuarta ola feminista, uno de los elementos centrales, es su carácter internacional, que se construye como el resultado del impacto de las redes sociales en los activismos que permiten la coordinación casi simultánea entre regiones. Es decir, lo internacional es el resultado del uso de la tecnología y de las posibilidades que esta produce.
Otro elemento importante es la movilización de las masas en torno a la oposición al capitalismo neoliberal y patriarcal como el enemigo que le da carácter internacional al feminismo de esta ola.
Otro elemento es el carácter heterogéneo o plural (según el caso) de los feminismos. En este sentido, hay que entender la transversalidad de los feminismos que avanzan en distintos espacios sociales como escuelas y universidades, sindicatos, partidos políticos, organizaciones sociales y hasta en las propias familias.
Otro elemento es la respuesta colectiva contra las violencias machistas. Y aquí encontramos la construcción colectiva del Me Too, Ni Una Menos, La Marea Verde, La Ola Violeta, Ni una Más, en contra del Acoso callejero, del hostigamiento y por supuesto contra los feminicidios y las desapariciones de niñas y mujeres.
Otro elemento a destacar es la reivindicación de las mujeres como sujetas políticas del feminismo en todas sus intersecciones y diversidades.
Otra consideración importante es la marea violeta pintada de gleter y de brillitos, personificada también con la incorporación de otras maneras de expresión feminista a través del arte, la música, los performances, la intervención de los edificios públicos, etc.
Por otro lado, el carácter plural de la cuarta ola tiene su origen también en la politización de las mujeres que en los últimos años han encontrado en la lucha feminista la reivindicación de sus propias corporalidades. El entretejido feminista en espacios como el movimiento sindical, rural, popular, campesino, obrero, partidista, universitario, académico y escolar, etc., genera la multiplicación de nuevos campos del accionar feminista plural y rebelde. Los discursos y prácticas feministas ahora los escuchamos de las propias niñas y de las jóvenes que vienen a darle una nueva vertiente para desatar los nudos que siguen atorando algunas posturas feministas de la Región.
Todos esos elementos nos permiten entender las marchas del 8 de marzo del 2023, que se caracterizaron por la masividad de las mismas. Tan solo en Guadalajara, Jalisco, marcharon más de 70,000 mujeres, lo que la convierte en una movilización inédita e histórica en la ciudad.
También fue muy importante la presencia de mujeres de todas las edades, desde niñas acompañadas de sus madres, hasta abuelas mayores que marchaban por primera vez en su vida, lo que le da a esta marcha un carácter intergeneracional.
Finalmente, quiero resaltar la empatía que siente la población en general con el propio movimiento feminista y la participación por primera vez en las marchas de jóvenes y mujeres que encuentran en la movilización feminista el espacio para hacer escuchar sus propias demandas. En Guadalajara quiero resaltar la presencia de cinco mujeres con sus vestimentas de escaramuzas y montadas en sus caballos. Ellas que provienen de una fiesta tradicional mexicana profundamente machista, este día también salieron a las calles a protestar.
Sin duda, el movimiento feminista es el gran movimiento social del siglo XXI, que contribuye a los procesos de cambio y generación de alternativas. Al mismo tiempo, como teoría crítica, muestra los múltiples rostros de la dominación y la diversidad en formas y agentes de resistencia, que implica reconocer la complejidad del sujeto colectivo feminista. Las nuevas y antiguas generaciones de mujeres reconocen la opresión de género, entretejida con otras opresiones de clase, etnia y orientación sexual.
Ahora las niñas saben que la mano feminista trabaja no por su futuro, sino por un presente lleno de rebeldías y alegrías.