>> Desde hace 8 años sobrevive: ebrio, chofer tripulaba un vehículo de Sigma e impactó al auto de la pareja, a él le amputaron las piernas y ella recorre oficinas en busca de justicia
>> La Aseguradora AXA, con artimañas y amenazas quiere comprar su silencio
>> Se burlan de la pareja ofreciéndoles un carrito de hot dogs para que de ahí coman
Guillermo Pimentel Balderas
Ciudad de México, 09 de enero (entresemana.mx). Hace 8 años, el 24 de diciembre de 2014, un chofer de Sigma Alimentos Centro, S. A. de C.V., integrante de Grupo Alfa, en estado de ebriedad, tripulaba un vehículo de la empresa y chocó contra un automóvil estacionado en el que viajaba un matrimonio.
El impacto fue de suyo fortísimo al grado de desplazar al automotor por 7 metros. Desde entonces, la Aseguradora AXA que ampara a los vehículos de Sigma, ha querido comprar su silencio.
Izol Nieto, la mujer afectada, al poder recuperar la conciencia observó a su esposo en el asfalto, inconsciente y en un charco de sangre y, ver salir del automotor de la empresa de alimentos al chofer en evidente estado inconveniente. En el Ministerio Público ((que por desgracia no se menciona el nombre del encargado), inició la pesadilla de este matrimonio.
De acuerdo a la narración de la afectada -vía change.org-, las irregularidades empezaron ante el MP debido a que no se le hizo una prueba toxicológica al chófer y, las realizaron hasta 72 horas después. Además, la cámara c5 que tenía evidencia del choque, supuestamente no funcionaba; entonces, no había ninguna grabación. Son 8 años de una batalla legal contra Sigma y Axa, ya que se niegan a compensar TODO el daño causado.
“Hemos recibido amenazas. Han querido comprar nuestro silencio e incluso, nos han dicho de manera déspota e insensible que si el problema es que mi marido no tiene empleo que nos regalan un carrito de hot-dogs para que de ahí comamos.
“Han sido años de juicios, de amparos y apelaciones por parte de Sigma y Axa, de revictimización y de pelear por el acceso a la justicia. Nosotros no queremos un carrito de hot-dogs, queremos y merecemos justicia”, exclamó.
Izol relata su vía crucis y subraya que desde que pudo salir del MP, al llegar al hospital, “me informan que mi esposo se encuentra en coma; mientras tanto, tenía qué lidiar con los documentos, las denuncias y las pruebas para la investigación”.
Hemos pasado Navidades muy tristes. “Mi esposo estuvo un mes en coma y le tuvieron que amputar sus dos piernas por arriba de las rodillas. Y durante todo este tiempo, yo tengo que cuidarlo y a nuestro hijo y, tener qué ver los avances en las denuncias contra Sigma Alimentaria y Axa”.
Aquí no queda la tragedia de este matrimonio pues con el tiempo, al señor lo corren de su trabajo por su discapacidad y ella dejó de dedicarle todo su tiempo a su negocio, porque “quería estar y apoyar a mi compañero de vida”.
Por desgracia, la calidad de vida de este matrimonio ha cambiado. “Mi esposo debe pedir dinero en las calles porque ya nadie lo emplea por su edad y su discapacidad. Hemos estado meses sin gas, el mantenimiento de nuestro hogar ha decaído; y yo trato, con lo que puedo y la ayuda de otros familiares y amigos, de sacar esta situación adelante”.
La opinión pública exige a Sigma y AXA el cumplimiento de la indemnización total, la reparación del daño moral y el acatamiento de las sentencias ya establecidas. NO MÁS AMPAROS, NO MÁS CORRUPCIÓN. “Sólo exigimos lo que merecemos, ¡JUSTICIA!”, exclama.
Según el Código Global de Conducta de Sigma: “Las metas que logramos son tan importantes como la forma en la que las alcanzamos. En Sigma nuestra integridad y éxito son inseparables. Nuestro Código Global de Conducta define el marco ético y los estándares que guían nuestro comportamiento y cómo llevamos a cabo nuestras actividades”. ¿De verdad?