EDGAR GONZALEZ MARTINEZ. El 2023 empezará con un primer semestre de franca ralentización en el consumo y un entorno de política monetaria más restrictiva; así lo señala el Indicador de Consumo Big Data del BBVA Research, que reportó en el mes de noviembre una caída de (-)3.4%, llevando el promedio de la variación mensual de 4T22 a (-)1.2% (vs -0.7% de los dos primeros meses de 3T22), con cifras reales ajustadas por estacionalidad. El comportamiento del gasto se vio afectado negativamente por la caída de (-)4.9% en el segmento de bienes, la mayor desde diciembre de 2020. Al interior de dicho componente del gasto, la partida de alimentos se contrajo (-)2.1% durante el periodo. El desempeño negativo del consumo se registra para un mes de noviembre con un Buen Fin más corto; este año el periodo de rebajas tuvo una duración de 4 días, mientras que en 2021 el periodo de descuento duró 7 días, de acuerdo con lo establecido por la Secretaría de Economía.
El segmento de servicios, por su parte, registró un crecimiento de 1.0%, con desempeño mixto entre sus componentes. Si bien el gasto en restaurantes y hoteles se contrajo (-)5.9% y (-)4.0%, respectivamente, el componente de servicios de entretenimiento creció 4.9%. Con la contracción de noviembre, el segmento hotelero regresa a su nivel de enero de 2022, mientras que el sector de restaurantes retorna al nivel de ventas registrado en febrero de este año. En lo que respecta al gasto por tipo de establecimiento, las compras en línea cayeron (-)4.9%, mientras que el gasto en establecimientos físicos se redujo (-)3.3%, su mayor caída desde el inicio de la pandemia (abril 2020). El gasto en gasolina como proxy de movilidad cayó (-)0.9%, retornando a su nivel de marzo de 2022.
Si bien la menor duración del Buen Fin explica en parte la pérdida de dinamismo del consumo este noviembre, los incrementos consecutivos en la tasa de interés de referencia suponen asimismo una restricción al gasto, en la medida en que aumentan el costo del financiamiento para los agentes en la economía.
Personas con más de 50 años empiezan a ser contratados laborales
Una de las primeras empresas en cumplir con aceptar a trabajadores mayores de 50 años, fue la cadena de restaurantes Popeyes, el establecimiento de venta de pollo, que por cierto cumple 50 años haciendo el mejor pollo frito a mano y con amor.
A pesar de que legislaciones han buscado recientemente hacer frente a que la edad no sea un impedimento para encontrar un trabajo en México, actualmente el 90% de las ofertas laborales en el país excluyen a las personas a partir de los 35 años de edad, situación que impacta significativamente a quienes llegan a los 50 años, que no sólo se enfrentan a una discriminación laboral por la edad sino a muchos otros prejuicios como la falta de adaptación a nuevas tecnólogias, falta de concentración o compromiso, falta de cohesión con jóvenes, por mencionar algunos.
De acuerdo con los datos de la última Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo realizada de julio a septiembre por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México el desempleo impacta a más de 2 millones de personas en edad productiva y el 20% del total de desempleados son personas entre los 45 y 64 años. La población de 50 años y más, está dotada de sabiduría y experiencia lo que les permite facilidad para la toma de decisiones, por lo que, acciones como nuevas oportunidades laborales pueden ayudar a cambiar la visión de las empresas y sociedad hacía este sector.
Desde su llegada en 2017 en Jalisco, Popeyes cuenta con el respaldo de su receta original de 1972, cumpliendo 50 años de tradición culinaria basada en la cocina cajún y creole que se inició en el estado de Louisiana al sur de los Estados Unidos, distinguiéndose por su pollo cuidadosamente marinado por más de doce horas, su sabrosa comida auténtica con numerosas opciones para toda la familia y sus más de 3,600 restaurantes en el mundo.
Televisa buscaría fusionar a Izzi con Megacabl
Corre el rumor de que Televisa está buscando fusionar a Izzi con su competidor Megacable (“Mega), aunque se menciona que esta última no ha aceptado todavía la propuesta. En caso de que se realice la transacción, mediante un intercambio de acciones, se prevé que en la entidad resultante Televisa tenga una participación del 55%, mientras que el restante 45% sería de Mega, quien seguiría siendo pública.
Se dice que Televisa estaría ofreciendo un premio del 19% a la valuación (FV/EBVITDA) de Mega vs. la de su negocio de Izzi. Aunado a lo anterior, los accionistas de Mega recibirían un dividendo extraordinario de $14,800 millones, que representa alrededor de un 35% de su valor de mercado actual. Desde nuestro punto de vista, la fusión sería positiva para Televisa, ya que le permitiría seguir fortaleciendo el negocio de Cable, como operador líder, mientras se une a la estrategia de escisión de ‘Otros negocios’, y así, detonar un mayor valor para los accionistas. Mientras tanto, y a reserva de los comentarios que pudieran surgir de las autoridades de competencia, Televisa posiblemente aprovecharía para vender su participación en Sky, negocio que ha enfrentado retos importantes en trimestres recientes. Estaremos atentos a más información que pudiera surgir del potencial acuerdo.
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