EDGAR GONZALEZ MARTINEZ
En enero de 2024 ingresaron a México 4,574.6 millones de dólares por remesas familiares, lo que significó un crecimiento de 3.1% respecto de enero de 2023, cumpliéndose 45 meses continuos de crecimiento anual sostenido. Así mismo, el flujo acumulado de los ingresos por remesas en los últimos doce meses (febrero 2023 – enero 2024) sumó 63,459 millones de dólares, superior al flujo acumulado a doce meses registrado en diciembre pasado de 63,320 millones de dólares (enero 2023 – diciembre 2023).
En el primer mes del año, el 98.6% del total de los ingresos por remesas se efectuó a través de transferencias electrónicas, al sumar 4,511 millones de dólares. Por su parte, las remesas realizadas en efectivo y especie y las “money orders” representaron 1.1 y 0.3% del monto total, respectivamente, al alcanzar niveles de 50 y 13 millones de dólares, en el mismo orden. Y con datos ajustados por estacionalidad los ingresos por remesas mostraron una contracción mensual de 1.8%, mientras que los egresos por remesas presentaron un crecimiento de 2.4%. Así, en enero de 2024 el superávit de la cuenta de remesas fue de 5,203 millones de dólares, inferior al de 5,304 millones de dólares registrado en diciembre de 2023.
Por su parte, la institución crediticia con sede mundial en España, hizo un ejercicio para identificar el grado de pobreza de los hogares mexicanos que reciben dichas remesas. Así, (con datos del 2022), a nivel nacional, había una mayor proporción de personas pobres o vulnerables en hogares que recibieron remesas (88.6%), respecto de la proporción de personas en hogares sin remesas (72.2%). En 31 entidades federativas, la proporción de personas pobres o vulnerables era mayor en hogares que recibieron remesas, respecto de hogares sin remesas. Y por entidad federativa, en Oaxaca y Chiapas la proporción de población en pobreza extrema en hogares que recibieron remesas era de 14.9% y 22.8%, respectivamente; mientras que esta proporción en hogares sin remesas fue de 20.8% y 28.6% (una diferencia de 5.9pp y 5.8pp, respectivamente).
Cabe aclarar -señala el BBVA México-, que dicha evaluación de pobreza se analiza con base a resultados del El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), con información de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares 2022 (ENIGH), utilizando su metodología para identificar cuándo una persona se encuentra en pobreza. En esta metodología se consideran dos tipos de pobreza, la “moderada”, que ocurre cuando la persona presenta al menos una carencia social (no tiene acceso a derechos de educación, salud, seguridad social, vivienda o alimentación) y tiene un ingreso inferior mensual al valor de dos canastas, una alimentaria y otra no alimentaria (el valor de ambas canastas se denomina Línea de Pobreza por Ingresos). Asimismo, define a una persona en pobreza “extrema” cuando tiene al menos tres carencias sociales y su ingreso mensual es inferior sólo al valor de la canasta alimentaria (denominado Línea de Pobreza Extrema por Ingresos). Por otro lado, hay personas que no son consideradas pobres, sino “sólo vulnerables por carencias sociales” que son los que tienen al menos una vulnerabilidad social y sus ingresos son superiores a la Línea de Pobreza por Ingresos, las personas que son “sólo vulnerables por ingresos”, ya que sus ingresos son inferiores a la Línea de Pobreza por Ingresos, pero no presentan alguna carencia. El último grupo de personas son las que no presentan alguna vulnerabilidad y sus ingresos son superiores a la Línea de Pobreza por Ingresos.
Y precisa: en 2022, en 31 entidades federativas, la proporción de personas que son pobres o vulnerables era mayor en hogares que recibieron remesas, respecto de hogares sin remesas. Si se analiza la información de población en pobreza entre los hogares que recibieron remesas y los que no las recibieron, se puede observar que: sólo en Quintana Roo la proporción de personas que “no eran pobres ni vulnerables” fue mayor en hogares que recibieron remesas, respecto de personas en hogares que no las recibieron (33.3% y 31.3%, respectivamente, con una diferencia de 2.5pp).
En las demás entidades federativas (31) se observa lo contrario y sobresalen Querétaro, Nuevo León y Baja California como las entidades con mayor brecha entre la proporción de personas que “no eran pobres ni vulnerables” en hogares sin remesas, respecto de la proporción en hogares con remesas (-25.0pp, -24.0pp y -21.1pp, respectivamente). Por otro lado, los que tuvieron menor brecha fueron Yucatán, Tabasco y Puebla con una brecha de -0.7pp, -5.0pp y -6.0pp, respectivamente. Sólo en Yucatán la proporción de personas con “sólo vulnerabilidad por carencias sociales” fue mayor en hogares sin remesas (30.2pp), respecto de los hogares con remesas (29.5pp).
De las entidades federativas, donde fue mayor la proporción de personas con “sólo vulnerabilidad por carencias sociales” en hogares con remesas, respecto de hogares sin remesas, sobresalen el Estado de México, Querétaro y Tamaulipas quienes tuvieron la mayor brecha, 35.8pp, 28.2pp y 25.9pp, respectivamente. Por otro lado, los de menor brecha fueron Morelos, Colima y Oaxaca, con 5.4pp, 7.3pp y 8.0pp.
En lo que respecta a las personas con “algún grado de pobreza” (patrimonial o extrema), sobresalen Nuevo León, Coahuila y Tlaxcala, donde hubo una mayor diferencia entre la proporción de personas pobres en hogares con remesas, respecto de hogares sin remesas (12.7pp, 11.4pp y 8.9pp, respectivamente). Por otro lado, sobresalen Quintana Roo, Estado de México y Baja California Sur como las entidades con menor diferencia con -18.2pp, -13.0 y -12.6pp, respectivamente.
Respecto a Oaxaca y Chiapas son las entidades que tienen relativamente menor proporción de población en “pobreza extrema” en hogares con remesas (14.9% y 22.8%, respectivamente), respecto de los hogares sin remesas (20.8% y 28.6%, respectivamente), lo que genera una diferencia de 5.9pp y 5.8pp, respectivamente.
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