EDGAR GONZÁLEZ MARTÍNEZ
La economía mundial -no hay duda-, se está realineando, el comercio y las cadenas de suministro se están volviendo menos descentralizados y menos interconectadas a medida que la globalización se ralentiza, o incluso se revierte, en un mundo multipolar. México, en particular, podría ser uno de los principales beneficiarios. Independientemente del partido que esté en el poder en Estados Unidos (Republicanos o Demócratas), la guerra comercial entre China y Estados Unidos no se aliviará en un futuro cercano, y el principal mercado a nivel global está buscando nuevos aliados que estén geográficamente cerca y políticamente alineados a su visión. La guerra comercial que comenzó con Trump, -es un hecho- no ha dado reversa con Biden, y pareciera que, dejar la dependencia de la manufactura china es prioridad de las dos ideologías políticas.
Y ahí entra México, con todo su potencial. Según cifras de Intercam Banco, la IED en México ha crecido a una tasa promedio anual de 14% en los últimos dos años. El potencial de crecimiento es enorme, no solo por la llegada de nuevas empresas sino también por los efectos de segundo y tercer orden, en el nivel de actividad económica. Si bien es cierto que en un inicio los mayores flujos se destinarán a las naves industriales, centros logísticos y las industrias establecidas como manufactura de automóviles y autopartes, así como equipo eléctrico y aeroespacial; no podemos dejar de señalar que en la siguiente década podríamos tener efectos adicionales. Eventualmente, la llegada de empresas a nuestro país podría detonar también inversiones adicionales en el sector de telecomunicaciones, consumo básico y turismo. A la postre no podemos descartar que un tercer efecto, podría ser el incremento de la clase media y un mayor ingreso disponible en las familias que tenderá a apoyar mayor consumo e inversión en la siguiente década, modificando el potencial de crecimiento de nuestra economía. Aún es pronto para dilucidar los efectos finales, y de corto plazo es bastante incipiente la porción destinada a nuevas inversiones, pero la maquinaria ya comenzó a moverse.
La tasa de desempleo disminuye una vez más y se ubicó en 2.75%
De acuerdo con cifras de Banorte, la PEA aumentó en 248.3 mil personas, con +321.5 mil empleados y -73.1 mil desempleados. Con esto se reanuda la creación de empleos tras una pérdida acumulada de 362.0 mil posiciones en los dos meses previos. Así, en lo que va del año se han creado 1.5 millones de plazas. La tasa de participación aumentó a 60.5% desde 60.4%. Por su parte, la Población No Económicamente Activa (PNEA) disminuyó en 6.9 mil. Al interior, aquellos ‘no disponibles para trabajar’ aumentaron en +137.4 mil, con los ‘disponibles’ cayendo en 144.3 mil, también normalizándose tras las distorsiones del verano. Como en ocasiones anteriores, añadimos a las personas ‘disponibles para trabajar’ que no están en la PEA tanto a los desempleados como a la fuerza laboral para reflejar mejor las condiciones del mercado. Con esto, la tasa de desempleo ‘expandida’ se ubicó en 10.4%, menor a septiembre (10.7%), apoyando otras señales de fortaleza –y de poca holgura– dentro del reporte.
Exitosa primera reapertura de CEBURES de Nacional Financiera
La operación en el mercado de capitales fue a un plazo de 3.2 años, por un monto de 6,760 millones de pesos, en seguimiento de la estrategia del Gobierno Federal y de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) respecto a la emisión de bonos sostenibles con etiqueta social. En total, se obtuvo una demanda de alrededor de 1.5 veces el monto inicial de 5 mil millones de pesos ofertado, lo que demuestra la confianza de los mercados inversionistas en Nafin. Además, de contar con tres calificaciones “AAA” en escala doméstica por las agencias S&P Global Ratings, Fitch México y HR Ratings México
La transacción contó con el apoyo y la fuerza de ventas conjunta de Casa de Bolsa Banorte, Casa de Bolsa BBVA, Invex Casa de Bolsa y Scotia Inverlat Casa de Bolsa, quienes manifestaron su beneplácito por la colocación de este papel. El destino de los recursos será para reforzar los programas y servicios que ofrece Nafin y que generen un mayor impacto positivo en temas sociales, en apoyo al financiamiento de las pequeñas y medianas empresas del país, con énfasis en el mediano y largo plazo, complementando los esquemas de crédito que ofrece la banca comercial.
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