DULCE MARÍA SAURI RIANCHO*
SemMéxico, Mérida, Yucatán. Concluyeron los procesos internos de los partidos para postular candidaturas. Quienes se sienten agraviados “velan armas”, pues podrán impugnar legalmente los resultados cuando el acto se consume, esto es, luego que se registren las candidaturas entre el 15 y el 22 de febrero próximo.
Ya hemos tenido algunos avances intensos y ruidosos al interior de Morena. Los militantes fundadores reclaman “derechos de primogenitura”, violentados por la avalancha de recién llegados procedentes de otras fuerzas políticas. No obstante, lo llamativo de las pugnas al interior de los partidos, existe una serie de pendientes que todas las organizaciones políticas tendrán que resolver antes de iniciar las campañas el próximo 1o. de marzo. Enlisto algunos de ellos.
Paridad de género en las candidaturas. Es mandato constitucional, no cuota ni acción afirmativa, que haya el mismo número de mujeres candidatas que hombres en los distintos cargos de elección popular. Además, es obligatoria una distribución equitativa de los distritos y municipios donde el partido o la coalición tiene mayores posibilidades de ganar y aquellos con alta dificultad. Es decir, a golpe de sentencias se ha logrado que las mujeres dejen de ser “nacidas para perder”, sino con las mismas oportunidades que sus colegas masculinos.
En la parte federal —Senado, Diputados—, se ha normalizado la participación igualitaria, que se aplicó por primera vez en 2015. La lucha, sin embargo, persiste en las candidaturas locales. A la hora del “aterrizaje” no es sencillo aplicar la paridad sustantiva, pero no imposible. Mayor grado de dificultad tienen las postulaciones a nivel municipal, sobre todo cuando se trata de municipios competitivos electoralmente y, además, densamente poblados.
Pongo el ejemplo yucateco y a las candidaturas comunes que, aparentemente, se están logrando fraguar entre el PAN y el PRI. De los 30 municipios más poblados, 14 presentan candidatas a encabezar la planilla del ayuntamiento, comenzando por la capital del estado. Si Yucatán tiene 106 municipios, los partidos tendrán que postular mujeres en 53 de ellos.
Reelección. En el proceso 2024 se incorpora plenamente la figura de la reelección consecutiva para legisladores (federales y locales) y ayuntamientos.
Aparentemente, esta figura choca con el principio de paridad y con la alternancia de género (si el triunfo fue para un hombre, debe seguir una candidata mujer en el siguiente proceso). Paridad y reelección consecutiva están en la Constitución, por tanto, cualquier cuestionamiento en su aplicación tendrá que ser resuelto en la Sala Superior del Tribunal Electoral federal.
El anuncio de la fórmula al Senado de Morena, con los actuales senadores yucatecos Camino y Ramírez abre paso a otra posible impugnación, pues el mandato constitucional condiciona a ser postulado/a por la misma fuerza política que en la ocasión inmediata anterior, salvo que se hubiese separado a mitad del periodo para el cual fue electo/a.
La senadora Camino cumple sobradamente, pues se adhirió a Morena desde 2021, cuando fue su candidata a la presidencia municipal de Mérida. No es el caso del senador Ramírez Marín, pues su incorporación a la coalición gobiernista, como sabemos, es muy reciente. Podría hacer valer que el partido Verde, que lo presenta, formaba parte de la alianza con el PRI en 2018. Solo que en el convenio de coalición de entonces se especifica claramente la procedencia priista del entonces candidato al Senado en la primera fórmula. “Opinable”, como dirían los abogados, pero no por eso menos real como fuente de posibles controversias.
Ahí no acaban los problemas vinculados con la reelección. En tanto la coalición Fuerza y Corazón x México (Frente Amplio) presenta relativamente pocos candidatos a repetir, MORENA la tiene más complicada porque es el partido que, por sí mismo, tiene el mayor número de distritos uninominales ganados. Y una larga lista de diputados y senadores aspirando a reelegirse.
¿Qué explicación les darán si no son postulados? Ante una posible negativa, ¿estarán “como agua para chocolate” en el último periodo legislativo que se inicia el 1o. de febrero, negándose a levantar el dedo en automático a favor de las iniciativas presidenciales? ¿O se quedarán callados, por la ilusión de participar en un futuro gobierno morenista?
Representación indígena. Es la más importante de las catalogadas como acciones afirmativas a favor de los grupos vulnerables, tanto por número como por reivindicación histórica.
Por mandato del Tribunal Electoral, el INE modificó a la alza el número de distritos electorales federales considerados para la postulación de personas representativas de los pueblos originarios de México. Fueron definidos 44 distritos y fórmulas al Senado en, al menos, dos entidades federativas. Ya comenzaron los desfiguros y malabarismos para tratar de meter un pie “dzul” en un zapato Maya, al menos en Yucatán. Otra fuente de impugnaciones, que en 2021 derivó en cambios abruptos de candidaturas.
Dejo para el final lo que debió haber ido al principio, no solo de estas líneas sino de todo el proceso electoral, muy especialmente para la alternativa a Morena, que es el Frente Amplio x México y su coalición electoral, “Fuerza y Corazón x México”. Su epicentro, su núcleo central, es la alianza partidos-ciudadanía, que quedó borrada en el reparto de las candidaturas al Congreso de la Unión.
Ni por asomo hubo intento de incorporar a alguno de los liderazgos sociales reconocidos, ni siquiera se mantuvo el tenue esfuerzo de 2018 que llevó al Senado a Emilio Álvarez Icaza y a Lucía Riojas a la Cámara de Diputados.
Tal parece que la ciudadanía es concebida por los partidos aliados como si fueran las fuerzas juveniles de antes: se usan sólo para promover, pegar carteles y distribuir volantes. Actitud incongruente de una fuerza política que pretende dar una alternativa de futuro a México.
La propia candidata presidencial, Xóchitl Gálvez, tuvo que emplearse a fondo para que el senador Germán Martínez, con su aroma ciudadano de reciente manufactura, no fuera desplazado de las listas panistas a la representación proporcional en Diputados. Lástima que no hubo tiempo ni oportunidad para la intervención de la candidata en otros casos que, sin duda, hubieran enriquecido su participación en la inminente campaña.
En cuanto a mi partido, extrañé sobremanera la ausencia en las listas de Enrique de la Madrid, de Idelfonso Guajardo y de José Ángel Gurría. Serían buenos y aguerridos senadores, capaces, valientes y con sólida formación. Esperaría que Idelfonso continúe su participación legislativa, local o federal, pero hasta el momento, no parece haber alternativa.
Y el caso de Beatriz Paredes es todavía más preocupante. Ella fue artífice de una revitalización del PRI durante el proceso para elegir a la coordinadora del Frente Amplio. Ninguno de los aspirantes a la candidatura presidencial del PRI aparecen como opciones legislativas. Malas noticias para un partido urgido de votos y de reconocimiento social.
Por otra parte, el regreso de Manlio Fabio Beltrones y la candidatura de Miguel Riquelme, ambos al Senado por elección directa, dan un cierto aire de esperanza hacia el futuro del PRI después del 2 de junio.
Muchos comentarios, muchas palabras, después de quince días de ausencia. — Mérida, Yucatán.
*Licenciada en Sociología con doctorado en Historia. Exgobernadora de Yucatán