TERESA GIL
Siempre llama la atención que a los curas los llamen padres. Quizá es la postura de una iglesia que se asume patriarcal en una sociedad, en la que en algunos sectores lo ven natural. Pero la palabra padre distrae de lo que realmente es, si se usa solo en lo metafórico por más que muchos curitas tengan hijos por ahí. Yo lo demostré en varios reportajes que realicé en Italia y España sobre los curas casados. Pero la palabra padre la usaban esos curas casados o arrejuntados, desde esa perspectiva patriarcal, del hombre que domina desde la tribu. La biblia con sus Abraham y sus Moisés les había enseñado eso. La idea ha generado el desprendimiento que cala hondamente en la sociedad y solo la lucha femenina que se está dando, va en un despeje que busca equilibrar los contornos. Pero en este día del padre todavía relumbran todos esos contornos y el machismo en México aún se aposenta por lo que vemos en feminicidio y agresiones de todo tipo contra mujeres. Falta mucho.
EL PADRE BROWN DE UN ESCRITOR CATÓLICO QUE CREYÓ EN LOS CURAS
Más de 50 novelas sobre su personaje el padre Brown, lanzaron al mundo al genial Gilbert Keith Chesterton, cargando La espada y la Cruz, (El padre Brown, relatos completos Ediciones Encuentros 2017) sin que por cierto nos haya dicho nunca porqué llamaba padre al sencillo sacerdote de su obra. El escritor inglés lanzó a la fama al tal cura desde 1910 y lo siguió hasta 1935, cuando predominaba la novela policial tradicional, con una Agatha Christie cuyo detective Hércules Poirot también era católico. Singular en un país en el que predomina uno de los principales desprendimientos de Lutero, la iglesia anglicana. Poirot se auxiliaba de sus famosas células grises, es decir el cerebro para resolver los crímenes, pero el padre Brown era igual de certero partiendo de lo más natural, las apariencias, lo que está expuesto.
EN SU CATOLICISMO TARDÍO CHESTERTON SE ACERCÓ A KAFKA Y A NIETZSCHE
Con Chesterton Reino Unido tiene a uno de sus grandes personajes, sin desplazar a Shakespeare desde luego, ni llegar al Premio Nobel como Bernard Shaw en 1928. Pero su obra es igual de leída aunque pasa por etapas de silencio. Considerado escritor, filósofo y periodista, su obra y personajes predominaban en una etapa de relumbres y agresiones, la Primera Guerra Mundial y el acercamiento de la segunda ya en 1936, año de su muerte. Y escribía desde su estatura de 1.93 y su peso de 130 kilos una especie de gigante que se expresaba además en sus más de 80 libros entre novelas, cuentos, ensayos y documentos diversos. Profundo en sus conceptos se balanceaba no obstante en sus creencias, como algunos de sus personajes de El hombre que fue jueves y del acucioso personaje de El hombre que sabía demasiado y lo sorprendente en Los negocios raros. Y así pasó de lo anglicano a un catolicismo tardío, que no le impidió acercarse a Niezstche y a Kafka, H. Wells y otros grandes de la época, mientras aplicaba las creencias de Tomás de Aquino. su obra, el padre Brown, es un personaje que sin ser padre natural, lo es de distintas maneras.