TERESA GIL
De risa loca el bamboleo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), para tratar de lavarle la cara a la ex candidata opositora que rayaba al país con sus insultos durante su campaña por la presidencia. Y la risa se profundiza cuando se leen los argumentos de los magistrados acerca de la palabra calumnia, para darle un toquecito de dignidad y salvar a la señora mencionada de sus feas libertades. La “profunda” discusión que empequeñecería a cualquier lingüista, parte de que los desmanes de su defendida, que ahora cobra felizmente su salario en el Senado, tienen varias connotaciones, ya sea dentro de los debates presidenciales o durante la campaña y la definición de la libertad de expresión. Con ese concepto amplió todas las libertades como lo vimos, mentar la madre a su contrincante, decirle eres narca, asesina, ladrona y mentirosa. Y los magistrados se hacen de la boca chiquita.
LA OPOSITORA ES DAÑINA MORAL EN SUSTITUCIÓN DE CALUMNIADORA
Señores por si no lo saben, la calumnia como tal fue una tipificación penal federal mientras era delito contra el honor, y existe todavía como sanción civil de daño moral, a partir de que esos delitos fueron eliminados. Aunque hay estados que aún los tienen en sus códigos penales. Pero en lo federal y algunos estados, permanecen como daño moral en la persona que es objeto de una agresión verbal denigratoria, como las que lanzó en infinidad de ocasiones la señora del vientre amplio a la que defiende el TEPJF. Vergüenza les debería de dar. Los delitos contra el honor que según las argumentaciones que se mencionaron para eliminarlos, quitaban mucho espacio y tiempo en la administración de justicia (como si los jueces fueran tan comedidos), y los señores panistas asustados de los que se señalaba sobre ellos, decidieron eliminarlos.
ESTUDIOS QUE CONFIGURAN DAÑO MORAL, JUSTIFICAN SANCIÓN GRAVE
De acuerdo a un estudio realizado en 2012, un año después de que fueron eliminados los delitos contra el honor, la Dirección de Servicios, Documentación, Información y Análisis, encabezada por la maestra Claudia Gamboa Montejano, investigadora parlamentaria, al pasar a las leyes civiles, quedó pendiente esclarecer hasta donde llega la libertad de expresión de quienes como candidatos hacen campaña electoral. Eso es lo que se discute ahora, después de todo lo que padecimos en las pasadas elecciones. De acuerdo a lo que se ha considerado calumnia ahora vista desde la perspectiva de daño moral “es una acusación falsa hecha maliciosamente para causar daño, imputación falsa, a la que han dado las leyes un procedimiento de oficio”. Por su parte, la definición de daño moral que presenta la jurista “Es la afectación que sufre una persona en sus sentimientos, afectos, decoro, honor, reputación, vida privada, configuración y aspectos físicos en la consideración que de si misma tienen los demás”. Todo eso lo escuchamos y vimos publicado de parte de la candidata opositora contra los afectados. Buscarle vueltas a la situación para defenderla es una ofensa que se extiende y que acentúa el deseo del cambio que se propone para el poder judicial.
LOS CIUDADANOS FUIMOS AGREDIDOS POR LAS OFENSAS OPOSITORAS
Ofender a alguien verbalmente, si los magistrados leen bien la Constitución, implica agredirla moralmente y ofender su honor. Por eso se exige restituir el honor a través de una sanción económica y dejar desde luego signado que la persona calumnió a partir del nuevo nombre del caso. La señora no solo ofendió a Claudia Sheinbaum, a Morena y a AMLO, nos ofendió a todos los ciudadanos que esperamos tal como lo dicen las leyes electorales, que la democracia florezca no en promesas falsas y en mentiras, sino en un lenguaje de respeto y consideración para todos. La señora que representó al PRI, PAN y PRD nos ofendió a todos con sus ofensas cotidianas. Y en su absurda discusión sobre el tema, también nos están ofendiendo los magistrados del TEPJF.