TERESA GIL
La oposición a través de sus comentaristas llega al extremo de señalar que el que alguien lleve una ventaja considerable en las encuestas para la Presidencia de la República, desestima el voto y muchos ya no irán a las urnas. Estamos fregados, hay que ser mediocres para estimular el voto. Vana y torpe posición, porque ahora resulta que nadie podrá encabezar encuestas por sus méritos porque los que no los tienen van quedando en la invalidez. Absurdo, porque es la misma ciudadanía la que está definiendo en esas cifras y ahora hasta en eso se quiere limitar. Lo más grave es que señalan que las encuestas se están comprando sin ofrecer pruebas al respecto. Es una ofensa, además, para las encuestadoras porque las lanzan al descrédito públicamente, como lo están tratando de hacer con Mitofsky. Las encuestadoras pueden denunciar penalmente. Tanto candidatos así estén registrados, como periodistas y comentaristas, caen en delito y el INE debería de tomar cartas en el asunto. La semana anterior se dieron a conocer los resultados de 26 encuestas y todas favorecían a Claudia Sheinbaum en porcentajes que llegaban a los treinta. Hasta el pudibundo diario Reforma les daba un porcentaje superior a veinte de diferencia. La señora inventada por los opositores quedó ampliamente rebasada.
COMO CARECEN DE PRUEBAS, USAN EJEMPLOS MAL ENFOCADOS
Llama la atención la insistencia de esos que quieren desestimar las encuestas, que se preocupen tanto por ellas y utilicen el caso de Delfina Gómez que ganó por gran ventaja la gubernatura del Edomex. Esos opositores dicen que el porcentaje del triunfo fue mucho menor cuando se manejaban cifras cercanas a los 20 de diferencia, y que eso puede suceder con Claudia. En esa acusación que toman como ejemplo, se les olvida que durante meses se estuvo denunciando la compra de credenciales y se presentaron innumerables pruebas durante la campaña amén de las frases de la candidata opositora que llamaba a sus iguales a actuar como deberían de hacerlo, todo con doble frase. La misma que conmocionó el tinglado a partir de cuestiones como robos de urnas, compra de credenciales y en todo caso fraude. Ante los pronósticos en contrario, vimos como Alito prefirió irse a un caso menos complicado y dejó sola a su candidata y se fue a lo más recuperable, como el de Coahuila. Los resultados ya los sabemos.
HABLAN DE ELECCIÓN DE ESTADO, SIN CONOCER LOS CONCEPTOS
La señora inventada por la oposición ha repetido varias veces que se está fraguando una elección de estado. Y algunos le han hecho segunda repitiendo la frase. Ignoran o se hacen tontos, que en ese aspecto ellos participan en esa elección de estado porque es el estado el que paga las campañas de todos los partidos con el dinero del pueblo y la que más gastó en la precampaña fue la de la oposición. Pero ellos van más allá e insisten en elección de estado, cuando éste está integrado por tres poderes y uno de ellos, el judicial, trabaja para la oposición. A lo que ellos quieren llegar es al término absolutista y señalar como el estado al jefe del ejecutivo: El estado soy yo. Falsa concepción porque ellos no han podido demostrar en ningún momento que AMLO se esté metiendo en la elección. Pero a ellos les valdrá, porque, así como ponen en dudas las encuestas sin dar pruebas, hacen lo mismo en este caso. La flaqueza de su proyecto de país, se combina con la flaqueza de sus argumentos.