LIBROS DE AYER Y HOY/ Quevedo Zubieta, árboles de EU y la tala ilegal

TERESA GIL. Solo en retribución de la naturaleza en la capital del país, Estados Unidos sembrará 436 árboles en la colonia Irrigación de la alcaldía Miguel Hidalgo donde construye las nuevas instalaciones de su embajada. La jefatura de gobierno aplicó alguna de aquellas medidas que fueron la constante del Apóstol del árbol don Miguel Ángel de Quevedo Zubieta que en su cumpleaños 160 el 27 de septiembre nos recuerda la trascendencia de los  árboles en las poblaciones, más cuando el arribo del otoño nos deja huérfanos un poco de la protección de esos seres vivientes. La polémica causada con los árboles que taló la representación estadounidense en la capital del país, por su extensa instalación, nos hace pensar que el país del norte ya no necesita hacer una guerra contra México para apoderarse de otra parte de nuestro territorio. Con construir su embajada y todos los consulados que quiera tiene tierras suficientes para ser coparticipe de México, con nosotros. Los datos que se han venido mencionando desde el sexenio pasado, cuando se autorizó la tala de 122 árboles, presuntamente por razones de seguridad, señalan cien mil metros cuadrados incluyendo anexos y eso hace pensar en las grandes atribuciones y negocios que aplicará el vecino país, para utilizar tanto espacio. La inversión será de mil millones de dólares. El gobierno actual de la CDMX paró el asunto tras 114 árboles talados e impuso la sanción de la restitución y pago de 122 árboles más 314 en el interior de las instalaciones. Este último número demuestra que los gringos no construirán una pequeña choza. Ken Salazar, el embajador, anunció además que harán un parque adicional en beneficio de la población, añadido que es justo no solo por lo de ahora, sino por aquellos terrenos nuestros que están en su poder, desde donde todavía tienen el descaro de enviarnos puyas.

MÉXICO CON GRANDES BOSQUES Y SELVAS, DONDE LA TALA ILEGAL  ACECHA

La atención que puso la ciudadanía en el caso de la embajada, para denunciar no solo la tala de árboles, sino la anuencia que habían tenido los extranjeros de parte del gobierno del pasado sexenio, no se ve en otros casos. Esta vigilancia ciudadana  debería de estar presente en otros lugares donde impunemente llegan las constructoras y destruyen árboles. México es un lugar privilegiado con 64 millones de hectáreas de bosques, de clima templado y selvas que cubren el 32 por ciento del territorio nacional. Pero por desgracia, ya desde el 2018 se hablaba del aumento de la tala ilegal que en ese entonces era de 8 por ciento pero ha ido a la alza. Esa tala se hace también a pequeña escala en  las ciudades, con las mencionadas constructoras que no son sancionadas como en el caso de la embajada estadounidense.

MIGUEL ÁNGEL DE QUEVEDO Y SU VIDA DEDICADA A LA REFORESTACIÓN

Otro aspecto que no trasciende a la población, es el cuidado que debe tener el ciudadano en los árboles de sus entornos, sobre todo en estas épocas en las que según los expertos, los árboles entran en una etapa de depredación por el ambiente frio, las hojas se caen como un mecanismo de defensa al disminuir los nutrientes por los suelos fríos. Las autoridades tienen  manuales que por desgracia no se difunden. Son documentos muy completos sobre  el comportamiento ciudadano en cuidados, riego y limpieza. De acuerdo a esos manuales, los árboles aportan a la población no solo su frescura y protección contra los contaminantes, moderan el ruido, protegen contra la erosión al generar humedad, son hogares de aves y en algunos hay valores medicinales como en el árbol del eucalipto. Un caso único en el tema arbóreo y la reforestación, fue el ingeniero Quevedo Zubieta que no solo pugnó por crear parques y desarrollar en las ciudades la implantación de jardines, sino que creó la primera ley forestal en 1926, cuando gobernaba Plutarco Elías Calles. Desde su niñez y adolescencia en su vida europea cercana a zonas boscosas, el personaje cuya avenida divide cierta parte de la capital, tuvo inclinación por la naturaleza. Su ejemplo más evidente está en la Ciudad de México con los Viveros de Coyoacán en una de cuyas entradas está un busto suyo. Este hombre llevado por su inclinación hacia zonas en donde la vegetación cumpliera sus funciones no solo de adorno sino de salud, logró que el diseñador de parques Frederick Law, de Nueva York, lo apoyara  en el diseño de 34 parques arbolados en México. Como ambientalista que ya mencionaba en su época de funcionario las partículas suspendidas, propuso desde la Secretaría de Agricultura sistemas de diques y de control de agua y fundó la sociedad forestal mexicana. Su gran aporte es reconocido. Quevedo Zubieta murió en julio de 1946.

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