LIBROS DE AYER Y HOY/ Peregrinos guadalupanos y bancos mochos

TERESA GIL

Mientras la fiesta guadalupana ratificaba alrededor de 13 millones de peregrinos que se postraron ante su virgen, buen pretexto tuvieron los banqueros con el  Día del Empleado Bancario en ese mero día de celebración. Especie de camuflaje. Permanecieron cerradas sus oficinas en un día fundamental, fin de semana y pago de salarios. La historia de la fecha rondaba ya por 1929, curiosamente en mera etapa de la Cristiada. Y fue hasta 1952, con tiempo para fijar otra fecha, que se instaló el día que les sirve a los empleados de esos negocios para ir felizmente a la fiesta guadalupana. Y a los banqueros ocultar su verdadera intención; apoyar al clero. La fiesta se desarrolló como todos los años, las grandes afluencias, las mismas evidencias de un pueblo sencillo arrasado por una fe y una jerarquía y curas que los acompañan, mientras el porcentaje de sus religiosos se mueve casi al 72 por ciento, según el, INEGI.

BASURA POR DOQUIER, EN MEDIO DE LA BÚSQUEDA DE UN MILAGRO

Mientras los medios informan que ya se recogieron  980 toneladas de basura, se advierte que podría haber más ya que la presencia peregrina seguirá hasta el 14 de diciembre con la llegada de los que quedaron rezagados. En las imágenes se ve de todo pero llama la atención como siempre, los que llegan de rodillas por la banqueta, realizando con ello uno de los sacrificios que se aplican. La salud no fue precaria, ya que los informes reportan hasta el momento  de esta información, 3 mil 441 atenciones en el interior del recinto y 2 mil 476 en el exterior. Muchos de los peregrinos vienen con salud difícil y a pedir milagros, y esa circunstancia no se valida de una manera más directa, ya que si bien  hay instalaciones  médicas  apropiadas, hay gente que trae males contagiosos que pueden afectar a multitudes. La CDMX gasta de nuestro presupuesto, en las muchas instalaciones de apoyo más los  5 mil 80  elementos que han estado vigilando en diferentes zonas. La fe le cuesta caro al pueblo de la capital, solo para dar pie a la celebración de una iglesia. Y todavía falta dar a conocer los últimos resultados, entre ellos si se han encontrado los extraviados y si los fieles dejaron como en años anteriores a decenas de pobres perros.

Y MÁS BASURA EL MISMO DÍA, ¡DE TRABAJADORES DE LA BASURA!

La gran ciudad aguanta. Y el mismo día de la celebración más importante para los dueños de la Basílica, los trabajadores de la basura, en la capital, realizaron una inédita manifestación utilizando el objeto de su labor: la basura. Y al faltar al respeto a aquel pensador religioso que fue Fray Servando Teresa de Mier (Memorias, Conaculta 2009) utilizaron la calle que lleva su nombre para protestar por su rechazo sindical, tirando basura. Se habla de toneladas que cubrieron la zona, y además de un proceso peligroso porque se le prendió fuego a esa basura.  La protesta tiene mucho que ver con la negativa de darlos como miembros del Sindicato Único de Trabajadores  del gobierno de la Ciudad de México.

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