TERESA GIL
Indudablemente es un gran avance el que una mujer pueda ser presidenta de la República. Y hay otros avances de gran relevancia, como la paridad de género. Pero falta mucho y en eso quizá se inserten las muchas denuncias que preparan las mujeres que marcharán el 8 de marzo. Las divergencias han seguido y en mucho tienen que ver las creencias y en este momento un caso extraordinario, el que Francia haya elevado a la Constitución el aborto. Recuerdo que el 5 de enero de hace cinco años hubo un enfrentamiento entre grupos feministas a favor del aborto y mujeres con fe dogmática. El asunto fue en un sitio propicio, a un costado de la Catedral Metropolitana. Lo curioso es que la fe puede ser la misma para los dos grupos, en un país con tantos católicos, pero la diferencia en las creencias se expresa en un caso de una manera libre y abierta y en el segundo, con los dogmas a cuestas de una religión que signó sobre todo a las mujeres. La mujer bíblica y la posterior del patriarcado fueron el sustratum en leyes en las que ya se asomaban los mandatos cristianos y se aseguraban en los códigos romanos y mas tarde brincaban a los códigos napoleónicos y hasta el momento en muchas normas. La etapa digital no ha entorpecido las creencias arcaicas.
EN MÉXICO EL PROBLEMA DEL ABORTO SIGUE, PERO YA HAY AVANCES
Algunos medios hablaron de un pleito feroz entre aquellos dos grupos, pero colocaron la situación como si fuera una riña. Ese tipo penal es absurdo porque suelen equipararse siempre los contendientes. Era clásica aquella frase: se enfrentan policías armados y estudiantes. Y la vieja historia de lo que, en ese tiempo entre Israel y Palestina, con un gobierno israelí equipado al más alto nivel militar y niños y jóvenes palestinos, defendiendo su entorno con piedras, era lo mismo. Por eso la información de esos medios debió ser más clara, porque provocó escozor. ¿Quién inició el pleito -es lo fundamental- ¿y a que se debió? Según los informes, personas con gritos: ¡Viva Cristo rey!, portando crucifijos y escapularios se enfrentaron a un grupo de mujeres que hacían campaña pacífica, para concientizar sobre el aborto y su necesidad en determinados momentos. La propia institución católica, había propagado que las feministas iban a atacar la Catedral, mediante una fake que circuló en redes. Ante sus propuestas se presentó la fuerza de un dogma milenario cuya aplicación ha causado tantas muertes por desatención en abortos, en el mundo.
FRANCIA A FAVOR DEL ABORTO, LEVANTA ÁMPULA EN LA IGLESIA CATÓLICA
Mientras se discute el caso de Francia y la iglesia católica no está contenta, en México, aunque ha habido avances, el caso del aborto todavía genera problemas. Desde hace tiempo se anunció la intención y búsqueda de equiparar los códigos estatales de todo el país a favor del aborto y su despenalización. Casos que deben considerarse contra toda violación de los derechos humanos, han sentenciado a mujeres que tuvieron un aborto, hasta por 40 años, acusándolas de infanticidio. Un caso ocurrido en el El Salvador con María Teresa Rivera —entrevistada por El Universal -, informó cómo fue condenada a 40 años de prisión, por aborto involuntario, tipificado como infanticidio y fue protegida por Suecia cuando ese país se enteró del caso. Ningún código penal ajustado a derecho en el mundo puede considerar infante a un ser que no ha nacido. Se trata de leyes vengativas y violatorias de la Constitución, en México. En este momento todavía hay presas en cárceles del país, por ese presunto delito. Sobre todo, en entidades donde gobierna el PAN. El tema ha sido muy difícil porque se mezcla con otras denuncias y agresiones contra mujeres como el feminicidio y se da el caso de la exaltación de los grupos feministas -en algunas circunstancias con agresión y violencia- que en nada ayuda en esa situación. Las mujeres de aquel pasado 5 de enero cerca de la Catedral, solo respondieron ante el ataque de que fueron objetos, a través de palabras. El término “pederastas”, se escuchó varias veces.
HILARY MANTEL EXHIBE EL TERRIBLE CASO DE LAS MUJERES EN EL MUNDO
Considerada por la crítica una de las cien personas más influyentes del Reino Unido, Hilary Mantel es de esas grandes escritoras que van pian pianito en la fama, pero terminan plenamente posesionadas. Talento y obras le sobran a sus 72 años. Tiene de competidoras a reconocidas escritoras como Jane Austen- con quien se le compara- , y a Agatha Christie, de fama mundial. Estudió derecho, pero se dedicó a la literatura, sobre todo histórica. Ha escrito novela, ensayo, cuento. Su libro El Asesinato de Margaret Tatcher, escrito en 2014 (Editorial Destino y Planeta Mexicana, S. A. de C. V, 2015) es una colección de once relatos redactados con una gran maestría, una bella secuencia y una descripción de escenarios que deja sorprendidos. Sin estridencias se va metiendo al tema de las mujeres golpeadas por la vida y los sistemas establecidos, como en el caso de La escuela de ingĺés en la que describe la agresión a golpes y violación sufrida por una trabajadora extranjera de parte del hijo de sus patrones, situación que se extiende a buena parte de esas migrantes. Y advierte sobre el machismo en las clases pudientes, (Delitos contra las personas) para buscar amantes jóvenes y la actitud de ciudadanos oprimidos por sus gobiernos, pero que a su vez aplican el caso bíblico del repudio, a las mujeres de su entorno, avalado por la sociedad. Esto, en Perdone la molestia. Pero a su vez la forma como mujeres de baja extracción copian las actitudes absurdas de las de clases altas como en Coma. El que da título al libro fue muy controvertido pero es un excelente relato sobre un militante del IRA que planea asesinar a Margaret Tatcher la ministra de hierro, y toda la descripción del hecho. La autora cuida su posición pública, pero entre líneas se expresa frente a la derecha de algunos gobiernos represivos ingleses. En esos relatos la verdad es que si se confirma lo que dice el Times de ella en la portada del libro: es “ingeniosamente genial”.