LIBROS DE AYER Y HOY/ Maíz y migrantes, la urgencia actual

TERESA GIL

No hay mal que por bien no venga. La crisis del maíz y la movilización trumpiana para expulsar a migrantes de muchas categorías, ha generado en nuestro país otra movilización, pero en contrario: la urgencia de retomar los cultivos del maíz, al que se agrega el frijol, que inexplicablemente se había reducido y una serie de gestiones a favor de los migrantes, en lo que ha estado metido en las últimas semanas el canciller Juan Ramón de la Fuente. Se están creando en este último caso una serie de mecanismos sobre todo para migrantes mexicanos 38.4 millones, de los cuales según la SRE, 11. 5 millones son de la primera generación y 26.9 de la segunda generación,  aparte 4 millones de indocumentados. Hay una movilización mexicana en Estados Unidos, antes de que tome posesión Donald Trump, en los 53 consulados que tiene nuestro país, para generar situaciones de alerta a partir de una Agencia de Transformación Digital, a través de la cual permanecerán en constante comunicación los cónsules. Se han puesto en marcha, además, albergues y situaciones normativas para la legalización de los migrantes mexicanos expulsados, y que tengan las condiciones de ser recibidos justamente, en nuestro país. Por primera vez hay una respuesta de los gobiernos expulsores que le han dejado todo a México y varios de ellos, están en la mira de realizar un encuentro para tratar el grave caso.

LOS CULTIVOS PRIORITARIOS FUERON DEJADOS DE LADO Y VINO LA CRISIS

La lucha revolucionaria tuvo en puntos esenciales el uso y la distribución de la tierra, entonces en manos de hacendados.  La Constitución plasmó conciencia de eso. Pero no pasaron ni cuarenta años para que las tierras pudieran estar en manos privadas y el trabajador del campo siguiera igual, que el peón del hacendado. Desde la creación del PRI, ya los agricultores de las zonas agrícolas más importantes eran los dueños. En mi niñez, con padre trabajador del campo viví en zonas a principios de los cincuenta, en las que no había ninguna diferencia con lo que se mencionaba de la época de haciendas. Se levantaban grandes caserones más bien de tipo feudal, con campesinos viviendo en casas de petate, como ya lo he mencionado. Las tierras dedicadas al maíz en una población que tiene y tenía la gran demanda de ese cereal y del frijol, fueron pasadas a otros cultivos que son más rentables. Así se fue estrechando su cultivo y no pasó tiempo para que la demanda al exterior fuera necesaria.  Paradójico en  un país que es el origen de ese cereal. Estados Unidos que afila el diente ante cualquier interés, vio la gran posibilidad de las negociaciones con esos vecinos a los que les gusta tanto comer maíz. Y aquí estamos, con poca producción, con una demanda enorme en el país y a lo mejor con tierras suficientes que retomen el cultivo cuanto antes. No es largo el proceso, porque los cultivos de maíz son de zafra y teniendo la tierra especial de ese cultivo, se puede retomar.

EL MAÍZ DEBE SER CONSTITUCIONAL Y OBLIGAR TIERRAS PARA SU CULTIVO

Cuando un elemento es vital, se pasa sobre todos los otros valores. Es el caso del agua, frente a lo cual la propiedad privada de un afluente pasa de largo ante la necesidad vital de la población. En la situación de los alimentos que son vitales, que es el caso del maíz, debe ser lo mismo. Es la hora de definir las tierras que deben retomar esos cultivos, en lugar de las plantaciones de árboles para la venta de frutos y otros productos. El maíz debe ser constitucional, como un bien nacional intocable y dedicado a la alimentación de la gran población mexicana. Si ya se están enfrentando los grandes problemas de fondo en lo que va de este sexenio, y tras los informes tan negativos sobre el maíz que han dado las autoridades, es urgente legislar el valor de ese cereal y fijar terrenos especiales para los cultivos prioritarios, que sean intocables para otros cultivos que alteren su siembra periódica. El caso es urgente, repetimos.

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