TERESA GIL. No se si a los personajes vivos o a sus herederos se les tomará en cuenta para poner el nombre de un personaje en algún sitio. Los millones de nombres públicos que deben de existir en el país ¿Tendrán la justificación de un permiso y alguna vez sabremos los ciudadanos quienes son todos? Esto último porque hay nombres que en su casa y su tiempo quizá los conocieron porque en este momento no nos dicen nada. Saco a colación este asunto porque leí que un parque que lleva el nombre del poeta chiapaneco Jaime Sabines está en disputa en la alcaldía Coyoacán de la ciudad de México porque el que debería de ser un lindo lugar de remanso, está abandonado, sometido a la destrucción y las autoridades se hacen de la vista gorda. Y que más cercanos que los personajes de las alcaldías Benito Juárez, Álvaro Obregón y Miguel Hidalgo, coincidentemente gobernadas por el PAN tras esa extraña elección en donde se dio la rara ganancia de un partido que a lo largo de las décadas solo había tenido dos alcaldías. Esos nombres históricos deben presionar en sus oídos mientras se dedican a una frágil forma de gobernar. Sabemos ya lo de la Benito Juárez, pero en la segunda no canta mal la señora Lía Limón y no se diga en la tercera en donde hasta el propio padre del alcalde Mauricio Tabe, sacó tremendo cuchillo para amenazar a un empleado ¿Que pensarían los próceres, de esas atrocidades, ante el uso de sus nombres?
NOMBRES DE GRANDES PERSONAJES LLEVADOS Y TRAÍDOS POR EL PÚBLICO
Cuando un nombre está expuesto al público es difícil controlar su uso, como no sea en torno al lugar en el que se ha puesto. Cuando hay calles o colonias que se llaman Victoriano Huerta, Porfirio Diaz y otros malandrines, es difícil impedir su repetición. De la misma manera que el que haya 14 mil calles que se llaman Miguel Hidalgo, 10 mil Emiliano Zapata, 9 mil 759 Benito Juárez no significa que los que transitan por ellas deban ser patriotas. El nombre se lanza y se convierte por lo general en una referencia legal. Es diferente con los nombres que se ponen a organismos que pueden ser negados por familiares o sometidos a juicio. Es el caso ya mencionado del nombre de Juan Rulfo. retirado por sus familiares de la FIL de Guadalajara, porque se dio el premio a un poeta que había criticado al escritor. Las nomenclaturas que se hacen famosas y que no se sabe de quienes son, deberían de ser sometidas a Información. Sabremos por ejemplo, quien dio el nombre a La Barranca del muerto. Y no está de más, dado que la gloria no es eterna, que algunos nombres ya muy lejanos, exceptuando próceres, se eliminaran para dar paso a otros cercanos de gran envergadura. Sobre todo en la CDMX, en donde hay mas de 25 mil calles, en más de dos mil 200 colonias en las que podrían actualizarse nombres valiosos de ciudadanos, escritores, poetas, pintores. et al.
JAIME SABINES EXTIENDE SU NOMBRE PÚBLICO, EN PARQUES OLVIDADOS
Aparte de parques, como el mencionado de Coyocán, Jaime Sabines da su nombre a muchos sitios. Como uno de los poetas mas leídos en México es natural que eso suceda y que su nombre se mencione sin que esté de por medio su esencia que es la poesía. Aunque la Medalla Belisario Domínguez que se le dio en 1994, fue por su gran trabajo como poeta entre el que se cuentan más de 20 obras. Nacido en Tuxtla en 1926, este singular hombre murió en 1999 después de haber tenido la desgracia de una caída que le fracturó una pierna y la cadera y que le generó permanentes secuelas. Poeta y político fue legislador por el PRI al que criticaba. Los que escogen su nombre para señalar un lugar, quizá no tienen en mente que su poema mas famoso es Los amorosos que escribió en 1983. Va una parte:
Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan.
Los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.