LIBROS DE AYER Y HOY/ Leroux. Los fantasmas de la guerra…y el de la ópera

TERESA GIL

En estos días de inquietud, un fantasma se aparece provocador para recordarnos que no siempre los recuerdos son una ilusión, un desvarío, sino algo que existió y aquella terrible guerra de 1939 a 1945, ocurrió de verdad. No fue un sueño, ni una alucinación, sino una espantosa realidad. Quizá por eso los fantasmas de un hecho, deben escrutarse, analizarse para no caer en la irrealidad de un recuerdo. Según los últimos datos hay un alto al fuego total en la guerra que más nos preocupaba, la de Estados Unidos e Israel contra Irán. Las definiciones ya estaban puestas en algunas de las grandes potencias y el espectáculo podía haberse iniciado. Pero hay un paro y solo nos queda esperar que así siga.

EL FANTASMA DE LA OPERA ERA TODO MENOS FANTASMA ¿Y EL CUARTO AMARILLO?

Aquello que nos rondaba la mente como viejo fantasma de una guerra mundial, en realidad no existió, por lo tanto no era un fantasma, sino una realidad del pasado ¿Que es un fantasma sino una quimera, una fantasía, la ilusión de algo que no existe? ¿Pero qué pasa cuando eso irreal no lo es y tiene ciento quince  años? Es el caso de El fantasma de la ópera, la famosa obra escrita por  Gastón  Leroux, que ahora se celebra por sus cien años como filme. Se dice el nombre del autor, pero la academia francesa de la lengua y otras del mundo lo consideran  al mismo nivel que Arthur Connan Doyle el autor de Sherlock Holmes y de Edgar Allan Poe, el amo de La carta robada y El gato negro, ambos autores con Leroux, con multitud de obras. Se trata del periodista y gran escritor francés que entre sus obras tiene El misterio del cuarto amarillo, El perfume de la dama de negro y un total de más de 40 obras que han escalado a los niveles de las letras a veces con su famoso fantasma y otras con aquel muchachito cabezón que se llamaba Joseph Rouletabille. Este fue el más avezado detective que inspiró a la inglesa Agatha Christie, su gran admiradora, para crear  su también cabezón Hércules Poirot. Ninguno de los dos detectives era fantasma.

Al PASAR DEL DERECHO AL MISTERIO DEL CRIMEN, LAROUX BRILLÓ HASTA 1927

Gastón Louis Alfred Leroux, nació en París en 1868 y murió en  Niza en 1927. Crítico  de teatro entre otras de sus actividades, Gastón tuvo  la escena enfrente en 1910, para imaginar donde y como se movería  un hombre que viviera en sus oscuros interiores y quisiera hacer creer que era un fantasma. La novela  lleva a aquel famoso protagonista a aquellas profundidades oscuras de los teatros franceses del principio del siglo XX, después de haber quedado desfigurado en la  tierra donde vivía. Toda la magnitud de su desgracia se expresa ante  la pasión que siente por la estrella de una obra teatral. Eso que ya es mundialmente conocido se retrotrae a cuestiones igual de complejas como las que se viven en  la novela de 1907, El misterio del cuarto amarillo ( Libros de ultramar  Ediciones Nautilus 1976, Argentina. Nuevas y modernas ediciones en México), con un solitario Rouletabille,  que entonces vive  con los recuerdos no muy claros de una hermosa mujer de lindo perfume que lo acunaba. Después su memoria se pierde y solo se encamina a la vida de anécdotas y sucesos, tan  impresionantes como las de un cuarto amarillo en donde es llamado a descubrir quien quiso asesinar a aquella hermosa hija de un científico, para enfrentarse al famoso detective francés Federico Larsan, el hombre del bastón.

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