LIBROS DE AYER Y HOY/ Las huellas. Bancos, sindicatos y Morena

Todo en la vida deja huellas, pero los bancos se han convertido en  instigadores exigiéndolas a clientes cada vez más

TERESA GIL. Los bancos abusan en exigir huellas digitales. Al anuncio del desmantelamiento de Citigroup, siguió otro para calmar ánimos en los clientes, en el que  Banamex señalaba que no habría cambios en los servicios del banco. Pero casi el mismo día se cerraron varias sucursales lo que ha ocasionado grandes colas en las que están  abiertas. Al menos en la CDMX. Y ya no se sabe si son colas de prueba de Covid, de vacunación o de pagos bancarios. Al mismo tiempo hay problemas en los demás bancos en los que giran actualmente muchas de las gestiones ciudadanas. Estas  se complican ya que los mismos bancos están obligando a que los pagos sean en cajeros o vía internet y no todos pueden hacerlo.  En las sucursales han reducido los empleados  cajeros. He sabido de muchas cancelaciones en diferentes bancos, denuncias sobre el abuso de exigir que se grabe la huella digital cada vez que se hace una gestión y la insistencia a las personas de la tercera edad a someterse a estrictos controles, porque según los empleados, con la edad se borran las huellas y los sistemas no las captan. Abuso, pero buen tip para los que no quieren dejar sus huellas en algún lugar.

LOS TRABAJADORES SINDICALIZADOS POR ENCIMA DE SUS LÍDERES

Lo que debió ser siempre, lo está planteando el actual gobierno ante el problema que se ha recrudecido en la huelga del Sindicato Nacional  de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, en la empresa Buenaventura del Cobre, en Cananea. AMLO se refirió a la trascendencia del trabajador sobre el líder sindical en ese caso porque hay dos sindicatos en pugna, el que tiene el registro y el otro, impuesto por la empresa cuyo socio mayor es el empresario Germán Larrea. En otros sectores se está viendo algo similar. En Notimex, por ejemplo, en donde hay dos sindicatos, el que tiene a la agencia en huelga desde febrero del 2020, acusados sus líderes de corrupción y otro surgido después. El sistema sindical estereotipado y con problemas similares desde hace décadas, no ha sido sometido a un análisis profundo en México y son los líderes, como antaño, los que llevan la batuta y por lo tanto los intereses. En muchos de ello se manejan enormes millonadas, No se ha cambiado nada desde que el sistema priísta centraba el asunto laboral en el Congreso del Trabajo y en su líder casi sempiterno de la CTM, Fidel Velázquez. Hay sindicatos por ejemplo, de los que se supone están  en el lado democrático como los de la UNAM y Teléfonos de México, la CENTE como parte del SNTE, entre otros, en los que como los dos primeros, tienen dirigencias de  20 años, a más de 40 años y en la ultima que se ha convertido en un organismo de arrebatos, amenazas y estallidos. Solo el de Telmex, tiene un líder desde 1977, Francisco Hernández Juárez, dueño de plazas y salarios.

BUSCAN DAÑAR A LA 4T A TRAVÉS DEL MENOSCABO DE MORENA

Hay quienes buscan debilitar al partido que encumbró a la 4T aparentando ser Amlistas. Como un contrasentido, muchos que dicen estar con este régimen, separan al titular del ejecutivo,  del partido que lo lanzó al poder, el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) Y de ellos vienen críticas acerbas a ese partido  que exhiben sus verdaderos propósitos. Porque da la casualidad de que el instrumento del triunfo ha sido precisamente ese organismo por las cuestiones electorales formales, no obstante que hubo un buen candidato. Esta separación es la que están recalcando con mucha insistencia también desde la oposición, para debilitar  al instrumento que da el triunfo. Una jugada a la que se prestan Amlistas con o sin inocencia. Los movimientos no son peritas en  dulce, menos cuando fungen también como partidos. Ha sido el caso extraordinario de Morena cuyas interioridades son  complejas y están en el contexto de todo columnista de la oposición  o en el de esos que se bambolean entre dios y el diablo. Ahí si que a diferencia de las de los viejitos, sus huellas están presentes con un fin muy claro: acorralar a Morena.

LAS HUELLAS DEL DELITO NO SIEMPRE SE PUEDEN BORRAR

El gran escritor inglés William Somerset Maugham incluyó en uno de sus muchos libros, El collar de perlas y otros cuentos (Producciones Editoriales 1980), el de Huellas en la jungla. Convertido en gran viajero, Maugham se dedicó a la literatura después de abandonar la medicina que había estudiado en París. Parte de su autobiografía se desprende de la famosa obra Servidumbre humana que ha sido llevada al cine, igual como muchas otras de sus producciones. El cuento en referencia, situado en Malasia uno de los lugares en donde habitó, se refiere a las huellas dejadas por un asesino en la jungla, cerca de una plantación y que décadas después, pese a que el investigador del caso sabía a quien pertenecían, no se podían probar. Pero ahí estaban esas huellas, en la jungla y en el rostro de los dos asesinos  el autor y la instigadora, ya envejecidos y viviendo como una pareja normal estimada por la comunidad. Maughan plantea el hecho de como una acción culpable se exhibe de muchas maneras, en este caso en un envejecimiento prematuro, aunque las personas traten de darle otra imagen o explicación. Ese tipo de relatos y cuentos fueron parte de los muchos viajes del inglés y se reflejan por ejemplo, en la vida de Gauguin en La Luna y seis peniques, y otras, en la Carta, Lluvia y muchas más. Maughan nació en 1874, fue contemporáneo y murió en 1965.

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