LIBROS DE AYER Y HOY/ Laicismo y vacaciones. Los no creyentes les valemos

TERESA GIL

En México no hay religión de estado. La señora Clara Brugada no debe haber leído  la Constitución y tampoco  lo hizo mientras gobernó Iztapalapa. Ahí hizo la exacerbación pública de una religión, desde un gobierno laico.  Ahora ve cumplido su gran sueño, que la Unesco reconozca  la llamada crucifixión en Iztapalapa, dentro de sus festivales escogidos. En estos días está promoviendo toda una festividad que tiene como base las fechas religiosas que fija la iglesia católica, sin tomar en cuenta el artículo tercero de la Constitución, ni a los miles que no son creyentes o tienen otras religiones. Ella debe responder públicamente de ésto. Es absurdo que unas vacaciones que concede el estado laico tengan nombre religioso. Las creencias son respetadas, pero cada quien en su creencias privadas. No pueden  los gobiernos que supuestamente cumplen  la Constitución, organizar fiestas religiosas, promoverlas y hacer orgullo de ellas. Están utilizando un espacio que es de todos. Es una violación que debería de tomarse en cuenta.

FIESTAS RELIGIOSAS EN UN PAÍS DE MÁS DE DOCE MILLONES DE NO CREYENTES

Igual que pasa en la ciencia, una sola persona que fuera no creyente en el país,  tiene el derecho a ese respeto. Mas cuando somos más de 12 millones de personas sensiblemente conocedoras de la situación frente  a los  millones que se dicen  religiosos, mientras cumplen sus creencias en las playas. Ya lo hemos dicho en otras ocasiones: millones de católicos que solo lo son de nombre, esperan corretear y disfrutar lo benigno de las playas, montañas, pueblos y centros vacacionales mexicanos. La oración  y el recogimiento pasan de largo. Solo quedarán para las iglesias, los fieles parroquianos y los que no tuvieron dinero para salir. La doble  moral religiosa disfruta de la llamada Semana Santa. Pero más doble la moral oficial que sigue reconociendo fechas que se oponen a la propia Constitución. De tiempo atrás, pese a las leyes de Reforma, en México se celebran incorporados a las fechas oficiales, días religiosos a los que, convenencieros,  adecúan a  los períodos vacacionales. La propia fecha de Navidad, que no queda muy clara no solo por la existencia de un hombre presuntamente nacido hace más de dos mil años, sino por la veleidad de los calendarios, se impone como festividad crucial todos los años. El nombre de Semana Santa -impuesto por la iglesia católica-, se recoge por interpretación en las leyes laborales, en las  cláusulas de los contratos colectivos  y en los permisos y días festivos de las oficinas públicas. Benito Juárez se debe estar carcajeando. Y yo volveré como  en otras ocasiones, al español Campoañor, porque su religiosidad mas bien  era el escondrijo de su herejía.

RAMÓN DE CAMPOAMOR: EN ESTE MUNDO TRAIDOR NADA ES VERDAD NI MENTIRA.

Lo grave es que el propio estado reconoce imposiciones que vienen  desde la religión. Uno  de ellos el calendario. Este que se usa en occidente es el gregoriano nombrado así por el papa Gregorio XIII en 1582 y que sustituyó al calendario juliano. Está basado como se sabe, en 365 días a diferencia de otros calendarios, que tienen diferente número de días. La nominación  del actual calendario, está en manos de la iglesia católica que da y quita, de acuerdo a sus necesidades, y fija las fechas de sus celebraciones en las que involucra estados que se asumen católicos en el mundo y a algunos como el nuestro que ostentándose como laico, sigue la rutina de ese calendario. Las vacaciones no tienen nada que ver con  los días que certifican la Pascua. Es un período de descanso para los escolares, que incluye a la burocracia en algunos días. Los que se confiesan religiosos y profesan el catolicismo,  creencia que da nombre a estas fiestas, aseguran ser creyentes, pero millones deben andar muy giritos en sus jolgorios de descanso sin acordarse de su fe. La famosa frase de Ramón de Campoamor

En este mundo traidor

nada es verdad  ni es mentira

todo es según el color

del cristal con que  se mira

Bien aplica a estas fechas y a la doble moral que utiliza la gente, cuando de sus desahogos se trata. La propia institución  que los ampara se hace de la vista gorda y se queda con los feligreses  pobres o con aquellos a los que no les gusta salir, para desarrollar sus servicios. La otra fiesta, para algunos religiosa y para otros pagana, la de Iztapalapa, a la que el propio gobierno espera que la Unesco  la declare Patrimonio Cultural de la Humanidad -quien los viera-, se desarrolla esa si, con multitudes a las que no les importa el sol candente. Las insolaciones y caídas corren parejas en todo caso, con las clásicas caídas de Jesús.

OTRA VEZ CAMPOAMOR: LA VIRTUD DE LA HIPOCRESÍA Y EL DOMINGO DE RAMOS

Poeta, filósofo y matemático de dos siglos (nació en 1817 y murió en 1901) hombre de cierto abolengo en realidad se llamaba Ramón María de las Mercedes Pérez, Campoamor y Campoosorio.  Erudito que publicó centenares de poemas debidamente diferenciados en 7 capítulos, para integrar 8 tomos con su obra, era visto más bien como filósofo a la hora de versificar. Llevaba sus posturas filosóficas a los versos, de literatura realista. Sus críticos lo consideran un hombre polifacético, abundante en  su creación,  modesto y generoso, aunque hay quienes lo tildan de misógino. En sus poemas no se capta esto último. Uno de ellos de los  más famosos, ¡Quien supiera escribir! es la tierna historia de un cura que le ayuda a una jovencita a enviar una carta de amor. Y el que ahora ocupa nuestro último título La virtud de la hipocresía, es el consejo  que le da a una joven para que no se turbe ni amilane si hay alguien que le reclama su virginidad perdida y coloque las palmas del domingo de ramos en su ventana como prueba de pureza. Aquí,versos alternados:

 

 

Mas tu niega el hecho Elena

porque en materia de honor

“antes”, el código ordena

“ser mártir que confesor”

 

Aunque hablar de ti se atrevan

siempre será necio intento

dudar de honras que se llevan

palabras que lleva el viento

 

Da el misterio la verdad

que la virtud en esencia

es “opinión” la mitad

y otra  mitad “apariencia”

 

laislaquebrillaba@yahoo.com.mx

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