LIBROS DE AYER Y HOY/ Fox y Fecal, sombras de la ultraderecha

TERESA GIL

Las sombras son un término muy utilizado por los poetas, escritores, compositores de canciones, y hasta por los dichos comunes.  En la contradicción de lo que el mundo vive, las sombras son la antítesis de una claridad que alterna en el mismo espacio. Vemos lo que acaba de pasar en Inglaterra con el triunfo del partido laborista y el último jalón que dio la izquierda en Francia. Y para no ir más lejos, lo sucedido en México el pasado 2 de junio. Pero por otro lado las sombras se expresan en muchas partes del mundo, con las guerras, sismos, hundimientos económicos y aquí, en una oposición que se aferra en enturbiar la búsqueda de un cambio para México. Lo acaban de hacer Vicente Fox y Felipe Calderón, al permitir que la soberanía del país pueda ser vulnerada por grupos ultraderechistas de otros países, en algo que no se puede ni debe tolerar, y que es en efecto como se ha mencionado, una traición a la patria. Los tipos fueron a meter un asunto interno como es el del Poder Judicial en proceso de reforma, para que los extraños intervengan. Los que invocan a las sombras en sus canciones, lo hacen sin embargo a partir de un amor que puede oscurecerse. Cantaba Julio Jaramillo

 

Cuando tú te hayas ido

me envolverán las sombras.

Cuando tú te hayas ido,

con mi dolor a solas

 

EX PRESIDENTES DE ULTRADERECHA, TRAICIONAN A MÉXICO EN EL EXTRANJERO

Fox y Calderón junto con Luis Videgaray a los que se sumó, quien lo dijera, Felipe González

ex gobernante de España, hicieron lo similar que acaban de hacer ahora, al viajar a Venezuela a enfrentar a Nicolás Maduro, bajo la férula de Juan Guaidó.  No hacían sino cumplir órdenes en aquel caso de Donald Trump. De hecho, la actitud actual de los dos expresidentes tiene el mismo origen, su cercanía con Estados Unidos, a cuyo gobierno Felipe Calderón ha enviado mensajes en compañía de José María Aznar el ultraderechista español. Es todo un tinglado de golpe blando para ir generando descrédito, en los países con cuyos gobernantes no coinciden, a partir de mentiras sin presentar pruebas. En esta ocasión, los dos mexicanos firmaron y apoyaron un desplegado que dio a conocer el organismo ultraderechista Iniciativa Democrática de España y las Américas  (IDEA) para oponerse a la reforma del Poder Judicial en México, de un país al que no pertenecen la enorme de mayoría de los firmantes. Sombras oscuras desde el exterior. Jaramillo, un cantante ecuatoriano de izquierda, que murió a los 42 años, usa las sombras en el sentimiento, como un añadido terrible que llega incluso al amor de una pareja.

 

Evocaré ese idilio

de las azules horas.

Cuando tu te hayas ido,

me envolverán las sombras.

 

LAS SOMBRAS INSPIRARON A ROSARIO SANSORES Y A CARLOS BRITO

La canción Sombras, un pasillo que hizo famosa Julio Jaramillo, entre las mil 800 que dicen que grabó, fue escrita por María del Rosario Sansores, la yucateca que escribió un tiempo en medios locales de la capital y la música es del ecuatoriano Carlos Brito Benavides. En su libro Mujeres en las tormentas (Fondo de Cultura Económica 2022), del también ecuatoriano Galo Mora Witt, éste relata una interesante anécdota de su paisano, el cantante que emocionó tanto durante una época y que sorpresivamente murió en una operación a la que fue sometido ¿Quién no recuerda sus canciones más famosas Nuestro juramento, Que nadie sepa mi sufrir, Ódiame y otras por el estilo? La anécdota se refiere a una confesión hecha por el hermano de Julio, Pepe, quien dijo que el cantante solía regresar de sus viajes de conciertos internacionales, con los bolsillos repletos de dólares y antes de iniciar otro recorrido le decía a su hermano: Esta plata es para mi mamá, este fajo es para ti y este puñado de billetes “es para el Partido Comunista ecuatoriano”. El escritor, que fue uno de los altos funcionarios del gobierno de Rafael Correa, recuerda con mucha nostalgia, a ese cantante de izquierda, generoso, que iba a los países, no a traicionar al suyo, sino a entregar la belleza de su voz. Sin sombras, mi estimado Julio.

 

En la penumbra vaga,

de la pequeña alcoba,

donde una tibia tarde,

me acariciaste toda.

 

Te buscarán mis brazos,

te besará mi boca

y aspiraré en el aire,

aquel olor a rosas.

 

Cuando tú te hayas ido,

me envolverán las sombras.

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