TERESA GIL
Alrededor de 170 ferias del libro, más las que no están registradas, se realizan al año en el país. La idea se fundamenta porque se realiza, además de la presentación de autores, la venta de libros. La intención es importante para los editores porque la venta los estimula económicamente y para el lector que tiene recursos poder comprar ediciones que por lo general, son caras. Es justo para un lector que tiene gran interés en un autor que no
encontraría en otro lugar y el precio pasa de largo. Esa es la ventaja que tienen los editores sobre todo en ediciones nuevas o reediciones de libros que habían estado ausentes. Pero para el lector común que se nutre de libros accesibles o para un gran pueblo que debe ser instigado a leer, es difícil. Si se parte de los bajos salarios que tienen la enorme mayoría, imagínense libros de trescientos cincuenta pesos o cuatrocientos pesos en adelante. Adquirirlos sería como no comer en muchos días.
SE DEBERÍA HACER MÁS ACCESIBLE LA VENTA DE LIBROS EN LAS FERIAS
Las ferias, sobre todo las que incluyen show, interesan a la gente y promueven el turismo. En algunas como la Feria Internacional del Libro (FIL), se invita a personajes de la literatura. Pero una gran mayoría de las personas que asisten y lo he comprobado, no compran muchos libros, uno o dos quizá, porque no llevan suficientes recursos y en realidad van a la fiesta. Visitantes de otros lugares tienen que pagar hotel y comida. Son instituciones las que terminan subsidiando ferias. Pero pese a ello son un instrumento cultural importante y debería de buscarse la forma de hacer accesible cierta literatura, con una doble edición quizá, de libros, unos de más bajo precio.
HAY LIBROS QUE SIEMPRE ATRAEN AL PÚBLICO Y SE SIGUEN EDITANDO
¿Por qué algunos autores del género que sean se siguen leyendo pese al transcurso del tiempo y otros no? Los que han vivido de cerca el fenómeno a lo mejor ni siquiera tienen una explicación real. Es algo que siempre se da, como la atracción que ejercen algunas personas sobre otras. Se puede alegar que la obra está bien escrita, que toca temas de interés general, que es accesible que es una obra maestra, que es un clásico, pero lo mismo puede decirse de otras obras y otros autores que no se leen. Las respuestas varían, pero ninguna satisface por si misma, sobre todo si se considera que son obras que están vigentes desde hace siglos ¿Por qué se siguen leyendo Hamlet, Madame Bovary, Ana Karenina, El conde de Montecristo, La dama de las camelias, Crimen y castigo, Los miserables, El Quijote, la Biblia, El lazarillo de tormes, A sangre fría, Pedro Páramo, El diario de Ana Frank y unos cuantos más?
EN LOS MAS EDITADOS DE NOVELA POLICIAL ENCABEZA RAYMOND CHANDLER
Ante la avalancha de títulos y los nuevos escritores que surcan el mundo de la publicación, siempre aparecen los antiguos autores, los que en su momento signaron una especialidad de la literatura. En el caso de la novela policial, que se ha extendido a todos los países con autores relevantes, los que mas se imprimen de los clásicos o tradicionales que se ven en las librerías son Edgar Allan Poe, Conan Doyle, George K. Chesterton, Wilkie Collins, Gastón Leroux y unos pocos más. Los clásicos de la novela negra que fueron editados en los años ochenta, se siguen imprimiendo en este siglo cuando se trata de grandes autores. Bruguera lanzó tres ediciones al hilo de Raymond Chandler en 1978-1981 y Aguilar una edición de lujo con sus novelas escogidas en 1980, a la par que Orbis lanzaba en 1984, una edición de cien tomos de Grandes maestros del crimen y misterio, en donde aparecen casi todas las novelas de ese autor y pero no se incluye a su contraparte en la novela negra, Dashiel Hammet. Una editorial de Barcelona. RBA, editó en 2012, todos los cuentos de Chandler y Leonardo Padura el cubano, tomó en 2014, el título de uno de sus cuentos famosos El hombre que amaba los perros (que Chandler canibalizó en Adiós muñeca, Farewell para el cine) para poner el mismo nombre a una de sus novelas. De vez en cuando hay alguna edición por ahí como la que lanzó Alianza Editorial, en 2003, de Hammet. Pero sus viejos congéneres que aparecen en los cien tomos mencionados, a excepción de Simenon, se ven poco como Cain, Gardner, Chester Hymes, Rex Stout, Wallace, Rex Mac Donald entre otros. Estos datos están tomados de mi libro Mis crímenes con la señora Miller, Apuntes de novela policial (Groppe, abril 2015).