
TERESA GIL
¿Qué sucederá al abrir la puerta mañana, cuando un año nuevo esté en la entrada? ¿habrá preguntas, habrá saludos, habrá exigencias? Lo sabremos mañana. Pero hoy nos despedimos de un año que nos deja marcados de muchas maneras. Una de ellas, comprobar, porque ya lo sabíamos, que los valores humanos en sus diferentes dimensiones, pueden llegar a la más profunda destrucción, sin que una gran parte del mundo se conmueva. Esa fue a nuestro entender la más terrible verdad que ratificamos en el caso Israel-Palestina. Y el hecho de que puedan existir seres como Benjamín Netanyahu, que gobierna un país, que se mueve en los niveles del poder con los imperios, viole sentencias y ahora en poco tiempo, el amo de los milagros Donald Trump, lo declare inocente de todas sus muertes: más de 70 mil de ellas. Si eso ocurre, el derecho a la vida habrá perdido todo su valor, los principios lanzados en declaraciones serán letra muerta y el derecho internacional será un manojo de artículos inservibles. Las vidas de más de 8 mil 200 millones de personas estarán en peligro
LA VIDA NOS ENSEÑÓ, QUE LA ESPERANZA MUERE AL ÚLTIMO
La idea anterior es terrible. Es cierto que los aliados del agresor se han sumado a sus acciones o se han quedado callados. Pero están los demás. Los que quieren un mundo en paz. Y existe la esperanza, existen las ideas del cambio y somos millones dueños de la vida en este mundo, que queremos ese cambio. Nicolás Maduro se quejó de que mientras el gobierno de Estados Unidos cerca su seguridad y la va mermando, no hay una respuesta global ante esa agresión Y en eso está equivocado. Hay muchos países, entre ellos el nuestro, que han denunciado los hechos y están atentos y renuentes a lo que pasa. Hay llamados frecuentes a la cordura. Hay muchos que han denunciado públicamente a Trump, incluso personajes de su propio partido. Hay juristas importantes que consideran ilegales todas las maniobras que está realizando Trump en el Caribe y con las amenazas a Venezuela. Cada día hay más respuestas en contra de Trump. Este se vale de sus leyes internas que apoyan invasiones terrestres, sin permiso del Congreso. Pero hay otros mecanismos y es ahí, donde la ONU puede dar razón de su existencia a partir del Consejo de Seguridad. Hay actos de altura que pueden darse, aunque este último haya fallado muchas veces.
EN LAS GRANDES CATÁSTROFES, LA REACCIÓN DEBE SER TAMBIÉN GRANDE
En su ultima aparición, el secretario general de la ONU Antonio Guterres, se mostró muy desalentado e hizo un llamado urgente a los países de la ONU y a los líderes mundiales, a participar. Rusia y China han estado en la mira venezolana con varios llamados. Hay una idea ya casi generalizada, de que un avance de Estados Unidos en Venezuela puede desatar la tercera guerra mundial Es urgente, entonces, que se impida a todo trance el avance gringo en el país del sur. Es ahí donde está la disyuntiva y en donde debe haber concentración. Mientras Trump juega a dueño del mundo y trata de resolver el caso de la guerra en Ucrania, hay que copar desde la ONU, que al parecer es la propuesta de Guterres. Hay ahí 193 países, algunos de los cuales están con Estados Unidos por lealtad o por miedo. Pero un gran contingente quiere la paz y una verdadera reacción mundial puede dar resultado. El funcionario internacional, en su urgencia, está llamando a responder. Es la hora de hacerlo.
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