TERESA GIL
Sorpresivamente la Fiscalía General de la República decidió asumir la existencia de un segundo tirador en el asesinato de Luis Donaldo Colosio ocurrido el 23 de marzo de 1994. Y dio el nombre de un empleado del Cisen, Jorge Antonio N que de acuerdo al organismo fue protegido por Genaro García Luna hoy en proceso en Estados Unidos. Un misterio que no se ha resuelto a cabalidad, y respecto al cual se lanzaron en su momento una serie de especulaciones. Con un título igual de rotundo, Eduardo Valle, el Buho, lanzó a la PGR de entonces el mismo reto que ahora se le lanza a la FGR, El segundo disparo (Oceano 1995) plantea la hipótesis de un segundo tirador diferente a Mario Aburto, hecho que fue archivado y no tomado en cuenta por quienes investigaban, pero respecto al cual Valle da una explicación técnica que según se desprende de su libro, no les interesaba aclarar. “Aún si Mario Aburto tiene tiempo para hacer el segundo disparo, se presenta el problema de la distancia entre el revolver y el cuerpo, el cual según la teoría del giro ha dado una media vuelta. El segundo disparo es casi a bocajarro; la quemadura lo demuestra y no deja lugar a dudas”.
EL CASO DURMIÓ EN LA OSCURIDAD DE LA HISTORIA, PERO AHORA RESUCITA
Con los datos que tiene la FGR y el nombre ya señalado, aunque tarde se puede establecer la verdad y descubrir quien estuvo realmente detrás de ese crimen. El caso durmió en la obscuridad de la historia hasta que se resucita. Y viene a ser un prolegómeno de lo que se vive con el quinto autobús de Ayotzinapa, que se ha pretendido encubrir desde el principio.
Valle me dijo que estaba preparando El primer disparo, pero nunca supe si lo terminó. El murió aún joven a los 65 años, en mayo del 2012, en Tamaulipas. Su libro refleja la hiperactividad de este personaje tan singular que era el Búho, polémico, complejo, excelente persona, que había recorrido todos los recovecos de la política mexicana – fue dirigente del PMT y diputado, además de periodista- y que llegó a conocer las honduras del narco, al grado de que el subtítulo del libro es La narcodemocracia mexicana.
MUCHOS DATOS, OFRECIÓ EL BÚHO QUE NO FUERON TOMADOS EN CUENTA
Todo eso se vuelca en El segundo disparo, con vehemencia, a veces con desorden, centenares de datos de todo tipo que repiten lo que en esta época escuchamos a diario, la vinculación política con el narco. No habría nada diferente si alguien pretendiera escribir sobre Ayotzinapa, impunidad, encubrimiento, complicidades y misterios que se ocultan.
Valle soñó con destruir el enclave tamaulipeco como un quijote y montado en un helicóptero quele facilitó el procurador Jorge Carpizo del que era asesor, se lanzó a la búsqueda del capo Juan N Guerra. Vana ilusión, terminó exiliado en Texas muchos años de su vida. Se le debe un análisis sobre esa vida, que como muchos personajes de su tipo, compendian las contradicciones que vive la etapa del país en el que les tocó vivir.