TERESA GIL
La debacle electorera y los fines que se advierten, tienen largas sombras. Tanto el PRI, como el PAN tienen que reconocer su pasado y saber que las cosas se revierten. Pero en el caso del PRD su situación es muy triste y su caída infame. De haber sido un partido que capitalizó las grandes luchas de la izquierda, que se apoderó de la larga historia del Partido Comunista Mexicano, sus luchas, las persecuciones que sufrió, los muchos muertos por la represión ahora quedan en la nada de un partido sin sustento. Cuando se dice públicamente que el PRD jamás obtuvo registro y que el registro que tenía era del PCM, se dice todo. Fue el suyo un agandalle de la suma de todos los que se unieron para enfrentar al sistema. Lo extraordinario del caso es que al frente de esas organizaciones que presumían luchas para enfrentar al gran enemigo, el PRI, ¡eran priístas!.
LA CORRIENTE DEMOCRÁTICA EMERGIDA DEL PRI, ENCONTRÓ LA MESA PUESTA
La aparición de la Corriente Democrática encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, causó una gran conmoción. No solo porque eran dos destacados priístas, más los que los acompañaban, que llegaron nada menos que a los dominios de la izquierda. Había que reconocer que ambos grupos estaban en crisis. Los recién llegados porque venían de un sistema que ya les había dado todo y del cual podían esperar y recibir poco frente a las nuevas generaciones. Y la izquierda, encabezada por el PCM, nutrida de una serie de pequeñas organizaciones a excepción quizá de la más provista de ellas, que era el PMT. Grupo que no tenía mucho para donde hacerse si bien contaba con la larga historia del PCM, el partido más antiguo del país, desde 1919. La unidad pensó, era la única respuesta. Uno piensa ahora en la rara composición de dirigencias donde Lenin y Marx se unían por necesidad a gente como Muñoz Ledo que había sido funcionario de Gustavo Díaz Ordaz.
¿QUE HUBIERA SIDO DE LA CORRIENTE DEMOCRÁTICA SIN LA IZQUIERDA?
Lo extraordinario del caso en ese frente que crearon es que los recién llegados no arribaban con ánimos de hacer méritos, sino que de entrada venían con ánimos de encabezar. Fue el suyo, aun considerando la buena fe política que no se sabe si existe, un asalto. Y lo curioso, además, es que ambos sabían que ninguno de los dos grupos podía protestar. O se sumaban o por su lado irían en declive. Desde mi punto de vista tenía más la izquierda que los recién llegados y aquellos no supieron defender su lugar, ¿Han pensado que hubiera sido de Cárdenas y de Muñoz Ledo si no encuentran el acomodo en la izquierda? Al poco tiempo desplazado Arnoldo Martínez Verdugo líder del PCM, Cárdenas ya era el líder moral y Muñoz Ledo ex hombre orquesta del PRI, presidente del naciente PRD sobre la tumba del Partido Mexicano Socialista (PMS), antes de defeccionar de esa aventura e irse muy campante con el PAN en el gobierno de Vicente Fox Quezada.
EL FIN DEL DEL PRD INEVITABLE, PESE A HABER TOCADO LA GRANDEZA
La historia que carga el PRD es larga, como ya dijimos, pero empezó en merma
cuando empezaron a salirse sus principales líderes morales Andrés Manuel López Obrador y Cárdenas. La dirección se fue empequeñeciendo en dos mujeres sin arrestos como Amalia García y Rosario Robles. Esta se prestó en su momento a golpes contra AMLO como fue el caso de los videos que organizó el ahora prófugo Carlos Ahumada a instancias de personajes tan complejos como el jefe Diego, Fox y Carlos Salinas de Gortari. Huérfanos de personajes aunque quedan algunos integrantes respetables, el PRD se fue hundiendo más al quedar en manos de los Chuchos, uno de los cuales Jesús Zambrano, se sumó a la derecha para enfrentar a la 4T. En momentos de perdida de registro, llama a risa lo dicho por una de sus dirigentes, que lo que harán, ya sin partido, será tratar de unificar a la izquierda. Tipos que días antes estaban con el PAN y el PRI en gran abrazo.