TERESA GIL
Muchos autores políticos entre ellos, han trascendido los fenómenos que ocurren a sus cuerpos y mentes. Y en determinado momento, uno de esos fenómenos como el aura, que es muy común, impacta más que una buena o mala decisión. Según muchos conceptos, filosóficos, sicológícos, parasicológicos, artísticos etc, todos tenemos un aura. Es se dice, la proyección de nuestra propia alma a través de algo concreto, una estela de colores. Algunos pueden verla y hay una cámara especial que al parecer puede fotografiarla ¿Pero qué pasa cuando esa aura se presenta de pronto obnubilando la visión, generando un campo de luz en forma de diadema y dejando a la persona transitoriamente privada? Cuando eso me pasó fue aterrador. Pero a medida que el fenómeno se repetía, lo comenté con otros y ¡oh sorpresa!, un alto porcentaje también lo experimentaba. Consulté seis neurólogos, me hicieron electroencefalogramas, tomografías, resonancias magnéticas y nada. Fue entonces cuando investigué por mi cuenta y dí con la bibliografía de la Clínica Mayo. La Guía de la Clínica Mayo sobre dolor de cabeza (Intersistemas S. A. de C. V. 2004) avalada por muchos especialistas en migraña y cefalea, denomina aura a la alteraciones visuales que anteceden a la migraña, una especie de media luna dentada que se expande sobre la visión y enceguece por alrededor de 25 minutos. El dolor llega después, pero como hay migraña sin dolor, que es mi caso, algo es algo.
LA EXTRAÑA AURA, SE POSÓ EN LA VISIÓN DE GRANDES PERSONAJES
La migraña la han padecido muchos personajes con dolor penetrante. Se mencionan a Marx, Chopín, Allan Poe, Alfred Nobel, Rudyard Kipling, Freud. Kant. Darwin. Y hubo un monje pintor, Hildegard de Bigen, que describió en lienzos las alteraciones de la migraña: “Vi la estrella más grande, más hermosa, siguiendo a un caudal de estrellas fugaces hacia el sur…repentinamente todas se aniquilaron convirtiéndose en negros carbones…y se lanzaron al vacío”, dice una reproducción de sus experiencias. Mayo da una lista de detonantes que no siempre son los mismos y que por lo general no fallan, chocolate, vino chianti, cerveza, col, carnes frías, luces brillantes, olores y sabores fuertes, ruidos, movimientos exagerados, estrés, son algunos signos. Una vez al regresar de Taxco, me dio en plena carretera. Ya en la casa revisé la guía y ésta apuntaba; “viajar a la montaña”. Como se ve, los detonantes no fallan.
CARLOS FUENTES Y OTROS ESCRITORES, SE HAN BASADO EN EL AURA
Ignoro si Carlos Fuentes padecía de migraña cuando escribió Aura (Era 2012, edición especial por los cincuenta años de la obra), pero su intención al describir el desdoblamiento de una anciana que trascendía a la joven que fue, mas bien era metafísica. El joven historiador Felipe Montero, instalado en pleno centro de la Ciudad de México, debió sentir pavor al comprobar que Aura, la hermosa joven que lo recibió al ingresar a un trabajo de archivo, no era sino la anciana que lo estaba contratando. Era la proyección de una juventud revivida, ante la propia juventud del recién llegado. Libro breve pero uno de los más famosos de Fuentes, tuvo la influencia de Henry James y de Alfonso reyes, entre muchos, pero recreó una atmósfera muy particular que la hizo una obra maestra.