LIBROS DE AYER Y HOY/ Doble moral en comicios y la verdad en juego

TERESA GIL

La doble moral es como un hado vengador que aprovecha el momento para presentarse y exhibir lo que es. Acaba de pasar con el obispo Salvador Rangel Mendoza. Y ahora se le presenta al señor José Francisco Yunes Zorrilla candidato de la oposición, que aspira o aspiraba a ser gobernador de Veracruz y que acaba de ser exhibido como un hombre infiel que tiene dos casas. El señor ha sido expuesto a nivel nacional como un tipo infiel que tiene dos mujeres. La cosa no es menor ni es simple chisme para reírse a costa. Si los candidatos están exhibiendo un rostro con el que pretenden erigirse como voceros de la verdad, el caso es muy serio. No porque el señor tenga una o mil mujeres y su mujer en el desahogo económico de su hogar, le tenga sin cuidado, sino que plantea un grave problema para un elector que espera la honestidad en las ofertas y proyectos que en el fondo pueden ser mentiras, ocultamiento y doble moral. Más cuando se informa que tiene unos gemelos en su segunda casa a los que no quiso reconocer como padre y pidió a la madre que los registrara con su nombre. Sucio y denigrante mensaje para la niñez veracruzana.

LA VERDAD ES PRINCIPIO FUNDAMENTAL CUANDO SE PRETENDE GOBERNAR

La candidata de Morena dio a conocer el dato mencionado arriba en el pasado debate, pero según datos publicados por el portal SDP el 13 de mayo, hace unos meses, un candidato de Movimiento Ciudadano Polo Deschamps señaló lo mismo con datos que el medio da a conocer. La mujer que es madre de los gemelos se llama Brenda Ibarra y era una empleada dependiente del Yunes, lo cual ya hace más compleja la situación. Los convencionalismos que ha impuesto la sociedad funcionan en su generalidad vinculados a leyes, presencia y exhibición públicas de la persona. Las vinculaciones personales son comunes, con más razón cuando el poder está de por medio. En redes como las de Youtube presentan muy seguido las noticias de amasiatos de los presidentes y otros altos funcionarios, lo que exhibe la relación del poder y el dinero que incluye a las mujeres como si fueran cosas.

EN OTROS CASOS PUEDE HABER MENTIRAS GRAVES QUE AFECTEN A CANDIDATOS

La falacia de una vida oculta que ahora se le menciona al señor Yunes no es lo único que aparece en estos días. Ya de por si las mentiras que se expresan a diario sin presentar datos han sido apabullantes en todos los niveles de lo que integraría un buen gobierno. Ahora que se dio el caso de los balazos que se lanzaron contra el vehículo de la candidata a la alcaldía Cuauhtémoc Alessandra Rojo de la Vega, sale a relucir que alguna de las cosas que se mencionan se caen por su propio peso.  Que ese famoso papelito que le dio una señora que la hizo arrancar al lugar donde era citada, se presta a discusión.  En datos públicos se ha mencionado que en 2022, la señora también armó un problema y señaló varias veces que la habían amenazado.

BILL Y MÓNICA. EN OTROS NIVELES LOS PROBLEMAS SON SIMILARES

En su libro Cuando el sexo lo puede todo (Editorial Pronto. Publicaciones Heres. S. A. 1999), la escritora española, de Córdoba, Pilar Muñoz Gallego, se metió en lo profundo de aquel romance que se realizó en la Esfera Oval de la Casa Blanca y que tuvo como protagonista al entonces presidente Bill Clinton y a la estudiante de esa época Mónica Lewinsky. El asunto se dirime en altas esferas, no como ahora en pequeñeces que andan mendigando puestos. Bil se enfrenta a los republicanos que quisieron utilizar el asunto para eliminarlo de la presidencia. Pero lo singular en que en el caso se mezclaban dos casos más, uno de Paola Jones que acusaba al mandatario de acoso sexual. Y otro, de Jennifer Flowers, que ya había sido amante de Billl. El caso se metió en las esferas del poder y por meses fue lo principal de las noticias de Estados Unidos, hechos extendidos al resto del mundo. Como mecanismo de defensa, el presidente mintió en todos los casos, pero en el caso de Mónica traicionada por presunta amiga, que  grabó lo que había contado Lewinsky, de  nueve veces de encuentros,  eso perdió al mandatario. El caso se discutió y publicó   por meses y en determinado momento, llevados quizá por su complicidad de machos o por quitar líos a la presidencia, Bill fue exonerado y siguió feliz con la mujer mil veces engañada Hilary. Por eso era tan dura como funcionaria. Los casos son iguales a los que vemos, guardando las diferencias. En las que  las mentiras como cosas personales, se extienden a su  vez, peligrosamente, a las públicas.

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