TERESA GIL
La cantinela que usan los curas haciendo eco a la oposición para justificar el fracaso electoral, es la elección de estado. Que potencia tiene el señor AMLO que, con solo echarle una flor a la candidata presidencial, logró cerca de 36 millones de votos a su favor. Ni el niño más ingenuo lo cree. Pero son palabras de justificación que al menos les levantan el ánimo. En el caso de los curas, la situación es más compleja. No hay que olvidar que ellos, siendo mexicanos, dependen en todos sentidos (aunque las limosnas son mexicanas) de un país extranjero como es el Vaticano. Y están colocados en un deslave ilegal por los títulos y nombramientos también, que usan, prohibidos por la Constitución cuando son impuestos desde afuera. Señalar, como lo hizo el obispo de Apatzingán Cristóbal Ascencio García, que “va quedando más claro que fue elección de Estado con tantas irregularidades como nunca se habían visto”. Lo cual, agregó, debería de anular los comicios, porque hubo compra de votos y crimen organizado. Eso lo señaló ante una asistencia a su sermón, sin ofrecer pruebas. No darlas con todos sus datos verídicos y comprobados, implica calumnia y lo que resulte. Hay que exigir que las proporcione.
PESE A PROHIBICIÓN, LA IGLESIA CATÓLICA SE METIÓ EN LOS COMICIOS
En forma permanente muchos titulares que tiene la iglesia católica estuvieron opinando sobre el proceso electoral por lo general en contra de Morena. Su postura era clara a favor de la derecha y la ultraderecha colada, en una definición política que no tuvo efectos por los resultados obtenidos. La situación se presta a un análisis porque siendo el 77 por ciento de católicos en México, es lógico que muchos de los votantes a favor del partido oficial eran católicos. Eso significa que hay una maduración que separa las creencias de lo terrenal y que el ciudadano que votó lo hizo llevado por sus propias convicciones. Si hubiera estado sujeto a imposiciones oficiales por un lado y a creencias por otro, ante la presión clerical que buscó la misma oposición, el voto hubiera sido a favor de esta última. Pero triunfó el criterio personal del ciudadano.
CURAS OFENDEN AL PUEBLO AL SEÑALAR MANIPULACIÓN DE INE Y GOBIERNO
Las acusaciones que lanzan miembros oficiales de la iglesia mencionada rebasan el propio púlpito, porque las iglesias son públicas. Lo que se diga ahí tiene valor público. Y toda expresión denigratoria contra el proceso electoral alcanza al electorado, como presunto ignorante que se deja maniobrar. Con esa concepción están ofendiendo al pueblo en general y en especial al pueblo católico, al que ellos se dirigieron. Además, sus posturas agreden al gobierno, a los candidatos y a los órganos electorales que tienen entre sus miembros, consejeros a favor de la oposición. Para donde se haga la iglesia católica representada por los que han aparecido en escena para golpear los resultados comiciales, sale perdiendo. Y exhibe la actitud de quienes utilizan espacios públicos para denostar a los que no creyeron en ellos.