TERESA GIL
Mujer de gran capacidad, con el deseo de transformar la capital del país como jefa de gobierno, Clara Brugada ha iniciado su gestión con mucho énfasis. La gente se ve contenta y espera un cambio importante. Parece no obstante, que hay temas que deberían de tratarse con más cuidado. Uno de ellos el del 12 de octubre que acaba de pasar. Esa fecha no es nuestra, es de España y ellos pueden hacer con ella lo que les de la gana en su espíritu aún vigente de colonialistas. Pero nosotros solo debemos de ver esa fecha como un acontecimiento histórico que ellos se adjudicaron fuera de las tierras que corresponden antes y actualmente a México, como muchos otros que se dieron en esa etapa de colonización que tanto estimuló el país ibero. El nombre que le puso Brugada a esa fecha, Día de la resistencia Indígena, puede entrar en otro día significativo para nosotros y dejar de lado lo que no nos vincula directamente. Los españoles llegaron después a invadirnos. Que ellos hayan partido de esa fecha es algo que no compete a México. Por otro lado se debe de tomar en cuenta que a México lo habitamos casi 130 millones de personas que participamos a nivel nacional en todo lo que atañe a nuestras fechas, no solo el pueblo indígena. Este merece por su parte, el respeto de enfrentar los nuevos tiempos, con otras perspectivas, nombres, historias…y fechas.
DOÑA CLARA YA HABÍA ENFRENTADO HECHOS HISTÓRICOS CON OTROS NOMBRES
La jefa Brugada tiene la obsesión de los cambios de fechas. Y lo vemos en su creación de las Utopías (que mas bien nos recuerdan a Tomas Moro) cuando se plantearon como los Pilares de Claudia Sheinbaum. Pero años atrás en la fecha correspondiente al 30 de junio ( fue sobre un hecho del 30 de junio de 1520)le cambió el nombre a la Noche triste y le puso algo así como La noche de la victoria. De por si esa fecha la del lloriqueo de Hernán Cortés, se presta mas bien a bromas que deberían de pasar de largo en la historia, en lugar de insertarlas en las efemérides que deben de recordarse. El señor estuvo lloriqueando bajo un ahuehuete que como símbolo se sigue guardando aunque ya está seco. En uno de esos días, la señora Brugada plantó en Iztapalapa donde gobernó con eficacia, un ahuehuete que recordaba el hecho. Hay que partir del cambio que ella había puesto en su afán de leerle la plana a las pequeñeces de la historia. Pese a ello reconoció el triunfo indígena, de los aztecas, porque al fin y al cabo el llanto del español se debía a su derrota.
SHEINBAUM FUE MÁS DIRECTA Y SE DESLINDÓ DE LOS GACHUPINES
Muy interesante la postura de la presidenta Sheinbaum en torno al caso del 12 de octubre, porque dejó claro que nada nos liga a esa fecha, porque en nuestra tierra ya había culturas de gran desempeño que se aplicaban. Desde su esfera presidencial dejó claro que nada nos une al 12 de octubre porque en realidad nosotros tenemos nuestra historia, “nadie nos descubrió, aquí ya había un México desde antes”. Esa postura debería de reflejarse también en todo lo que impone la vieja presencia española en fechas, nombres y lugares y dejar solo lo que realmente sea histórico y tenga importancia para el país.