Se alebrestan los curas. Pero no hay impunidad
TERESA GIL. Con la iglesia católica, si bien es la más numerosa en el país aunque ya en descenso, hay muchas más iglesias y denominaciones religiosas que practican sus creencias y sus ritos. También hay 12 millones de no creyentes, agnósticos y librepensadores. Nadie pues, en las creencias, puede ni debe tener privilegios en un país laico, como no sea el respeto a esas creencias y la delimitación en su ejercicio político. Si eso se cumple, la fiesta se lleva en paz. Hay que tomar en cuenta además que en el caso de las jerarquías católicas, ellas sirven a un estado extranjero y tienen títulos y cargos incrustados desde ese estado y ordenanzas y hasta un código especial, el Canónico, al que cumplen. Es pues, su situación muy especial más si se asumen ciudadanos mexicanos. Esa situación es delicada en cualquier violación a la ley. Nadie es inmune ni está por encima del derecho vigente, ni puede haber impunidad. Pero periódicamente hay grupos que alebrestan cualquier situación, para generar entre ellos una embestida contra AMLO. Aún en casos injustos como es el de Chihuahua. Ahora está el caso del sacerdote tsotsil Marcelo Pérez Pérez que tiene una orden de aprehensión por presuntas desapariciones. El asunto ya puso en vilo a las organizaciones cercanas a esa iglesia y se levantan acusadoras contra un gobierno como si el derecho no tuviera sus fundamentos. La propia jerarquía, en apoyo a esa expresiones esta llamando a una serie de actos en sus iglesias, para protestar entre otros asuntos, por lo que llaman fallas en la seguridad. Cosa que jamás le reclamaron a Felipe Calderón.
EN EL SURESTE LA IGLESIA CATÓLICA DESENVAINA ESPADAS
En el actual momento que vive México, se ha procurado dar un trato igual a todas las creencias, porque el país, se recalca, es laico. Y es que algo que siempre se vio, quizá sea por su masividad, es la política que aplicaron los gobiernos mexicanos a favor del catolicismo, aunque se asumían laicos. Las demás denominaciones, pese a que muchas tienen raigambre de altura como las emigradas de la Reforma luterana, la judaica, las muchas sectas e iglesias que se desprendieron del anglicanismo inglés y se colaron a América a difundir sus mensajes, no aparecían en escena. Está además el amplio espectro de los fundamentalistas y todas las religiones que existen, subyacen y se extienden en el mundo, adoradoras en general de un dios que vive en otros mundos. Nunca las pelaron. Creencias que se difuminan de acuerdo a sus diferencias, porque siempre creen que su dios es el único. Son respetables esos puntos de vista porque a millones en el mundo les crean la ilusión de un mundo futuro y para otros es su razón de ser. La apertura hacia una concepción científica, las muchas teorías sobre el universo que se equiparan al nivel de los ritos religiosos, han creado una divergencia que es muy notoria. La historia del universo se va abriendo paso a partir de teorías que nada tienen que ver un Jehová de largo y rizado pelo, que desciende rodeado de ángeles de las alturas.
¿QUE CAMBIOS ÉTICOS HA OFRECIDO UNA IGLESIA QUE CRITICA?
En una postura del sacerdote mexiquense Alejandro Solalinde publicada en medios, se pone de manifiesto que no todos los curas están de acuerdo con la actitud de las jerarquías católicas. No es la primera vez que el mencionado religioso emite críticas y a diferencia de teólogos de la liberación del pasado que tenían una concepción progresista pero seguían siendo fieles a las estructuras de su iglesia, él si llega al fondo del asunto para criticar a sus homólogos. Señala que el alto clero fue cómplice de la corrupción de los gobiernos priístas y panistas. Y se refiere incluso al representante de Roma Gerónimo Prigione ya fallecido como “un hampón”. Lo que se exhibe en las palabras de este luchador social y protector de migrantes, es la crisis ética y moral que se desprende de cierto sector de su iglesia y el hecho de que sus actuales críticas y todas las que se expongan a partir de los mismos posicionamientos, no son validas. Se supone que su papel es elevar los valores de la ciudadanía. Si hay tanta violencia en el país, es porque los encargados de predicar la moral no lo han hecho. Su papel ante el 70 por ciento de mexicanos queda invalidado en sus propias críticas.