TERESA VALDÉS BETANCOURT (SemMéxico, Colima). Como cada año, mayo es un mes de celebración para las madres, y también vale para reflexionar otros aspectos, que se agregan a las actividades de regalos, fiestas, reuniones y re-encuentros familiares, porque ¡madre solo hay una! En estas jornadas, la publicidad y las tradiciones refuerzan cada día las creencias y mitos de la maternidad especialmente para aquellas mujeres que, decidieron o les impusieron esa categoría.
Evaluar este asunto desde otra perspectiva puede propiciar un nuevo lente para desmontar ciertos prejuicios acerca de la condición maternal y que representa injustas acciones hacia los padres responsables.
Vale recordar que la mitología es un conjunto de historias y leyendas que desde posiciones de poder, intentan explicar algunos fenómenos físicos, astrológicos o sociales marcados por las imposiciones de la cultura patriarcal, que dominó el conocimiento humano por más de 20 siglo. Todavía se escuchan narraciones bien argumentadas que explican o dan sentido a determinados hechos o fenómenos que alteran de manera consciente las cualidades y modifican los verdaderos valores que tienen en realidad.
Resulta bueno apelar a ciertas recomendaciones durante los viajes en los vuelos nacionales o internacionales, en los cuales las aeromozas explican los requisitos de la boquilla de oxígeno, que cada persona debe ponerse el aditamento primero, para luego ayudar a quien lo requiera. Esta encomienda dará al traste con uno de los lemas que estimulan a las embarazadas y les afirman, “tus hijos e hijas son lo primero en tu vida” Hasta en la prevención de la salud natal solo se dirige a las mujeres y se omite al papá, quien también aporta características genéticas, por tanto la abnegación en la atención diferenciada al recién nacido(a) debe ser de ambos.
Cuando ocurre un nacimiento las amistades y familiares por lo general, se interesan por el peso y los parecidos de la o el bebé. ¿Quién “se ocupa de la madre? Si fue parto natural o cesárea o cómo se siente. La recién mamá, asimismo, oculta su malestar para aceptar las visitas.
Y cuál sería la preocupación porque ya la recién nacida, también es niña porque esperaban un varón y hasta le reclaman a la madre. Quizás no recuerdan que el sexo lo pone el hombre con la Y porque el óvulo siempre es X. Para la nueva vida, la biología humana obliga a la unión del espermatozoide y óvulo tanto físico como por otros medios científicos. Es un asunto dos y la madre no da vida solita.
La historia desde tiempos inmemoriales, otorga a la mujer que es ella quien “debe ceder sus tiempos para la crianza y atención”. Entonces cuando el hombre en la sociedad necesitó la presencia femenina en la producción de la riqueza, propició acciones sociales para que “ella pueda dejar la cría en lugares seguros, centros infantiles para la primera infancia, menores de tres años y para actividades escolares con horario ampliado y comidas incluidas.
Su labor de mamá es 24 por 24 horas, los siete días de la semana. Nada la libera. La maternidad deviene un cautiverio físico, social, psicológico, familiar con todas sus limitaciones ideológicas: ¡no eres mujer eres madre!
La antropóloga Dra. Marcela Lagarde, México 1948, explica profundamente en su tesis doctoral devenido el texto Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presa s y locas, un libroverdadero best seller, publicado por la UNAM, 2001, donde señala:
La opresión de género esta activa el mundo. A pesar de nuestros logros, la vida de cada mujer contemporánea sucede en condiciones históricas de hegemonía patriarcal. Las maneras de vivir de los hombres y de realizar sus identidades, los acontecimientos y los hechos que caracterizan al mundo actual tienen su evidente impronta.
Graciela Hierro, México,1928- 2003, filósofa, UNAM, comentó sobre el concepto de cautiverio, que denota rasgos diferentes dentro de la interpretación tradicional de la condición femenina de opresión, y en esa medida la distinguen, en su especificidad, de otras opresiones, tales como la de raza, grupo marginado y otras…
Y precisa que “la argumentación a lo largo del texto es sólida, flexible y no dogmática, muestra una capacidad de observación muy amplia, unida a la erudición y a la voluntad de saber de Marcela Lagarde. Todo lo cual se traduce en una expresión literaria fluida, sencilla pero no simple. Las conclusiones a las que llega cubre las hipótesis que se plantean al inicio de la obra: la liberación de las mujeres de sus cautiverios, con base en las estrategias que se detallan. Esto no significa que la experiencia de ser mujer se atomice, sino que se enriquece y muestra la evidencia de su complejidad inabarcable, aunque se compartan rasgos ontológicos. Descubrir nuestros cautiverios es el primer paso para abandonarlos”.
Pero, las mujeres inmersas en la ideología patriarcal recibida desde su educación familiar, por madres y abuelas acerca de la maternidad, con esa abnegación y entrega absoluta, tendrán respuestas consecuentes con esas falsas creencias.
Entonces, la mitología de la maternidad se abre paso a la realidad: Ante la ruptura del matrimonio o de la relación pareja las mujeres que asumieron todas sus historias, las creen, se auto-reconocen y asumen su supuesta condición histórica de única progenitora y responsable de la familia cuando amenaza al padre que se divorcia: ¡Hoy no te presto el niño!
@Letra Clara