TERESA VALDÉS BETANCOURT
SemMéxico, Colima, Colima. La actualidad política en México exhibe la cosecha trascedente de las luchas feministas y sufragistas, que recuerdan aquellos momentos de la Constituyente con la demanda de Hermila Galindo, la culta y joven secretaria de Venustiano Carranza quien reclamó a los parlamentarios aprobar el derecho al voto femenino y también, a la historia del Primer Congreso Feminista de Yucatán en 1916, con las acciones trascedentes de Elvia Carrillo Puerto quien lideraba los reclamos por los derechos civiles de las mujeres.
No es casual que, en el siglo XXI, en la ciudad de Mérida también en Yucatán, se junten cerca de mil mujeres, en el 2do Congreso internacional Colectiva 50 + 1, Yucatán, Haciendo historia por las mujeres, para debatir temas de política mexicana desde el punto de vista femenino, con plenitud de sus derechos políticos-electorales.
En cada sesión ponentes y participantes con éxito, incorporaron muchas experiencias del legado del siglo XX que hoy, de manera consciente, permiten asumir con vistas al 2024, el rol histórico que nos corresponden como sujetos políticos dentro del espacio público.
La opinión pública analiza nombres de mujeres de diferentes procedencias políticas quienes, con su prestigio personal irrumpen y reclaman atención diferenciada como Xóchitl Gálvez, Claudia Sheinbaum y Beatriz Paredes por citar a las más relevantes.
Ellas con segura condición de ciudadanía, ejercen plenamente sus derechos políticos, y también con sus acciones, dinamitan los viejos conceptos patriarcales que aún persisten, en quienes prevén contiendas electorales desde las direcciones partidistas, y que se manifiestan en discursos con ciertas resistencias a través de palabras sexistas, misóginas y cuestionadoras.
Este tiempo de las mujeres resulta muy complejo para el poder patriarcal. La ley impone la obligación de flexibilizar las estructuras partidistas, y no basta con la presencia física de las mujeres biológicas, por las cuotas hasta lograr la justa paridad.
También hay que cambiar la manera de hacer política, incorporar la equidad y la perspectiva de género, para gobernar para esa parte mayoritaria de la sociedad que no se consideraba en la llamada “políticas públicas” que todavía carecen de presupuestos para ejercerlas, ahí están congeladas las alertas de género, las medidas de protección, funcionamiento de refugios a mujeres violentadas, etc. etc.
Y resulta que mujeres vinculadas a las acciones sociales y políticas decidieron opinar y analizar cómo hallar nuevos caminos, conociendo las necesidades de la desigualdad de género.
Ellas reflexionaron en el cómo, desde posiciones legislativas y de gobierno para ejercer la libertad de acción con autonomía en la toma de decisiones, sin aceptar presiones del poder establecido que emana de criterios ancestrales de la experiencia política patriarcal.
Con experiencias de ejercicio del poder, resultaron trascendentes las opiniones emanadas del panel “Gobernar con perspectiva de género” que moderó la diputada federal: Ana Lilia Herrera Anzaldo, presidenta de la colectiva de 50+1 estado de México e integrado por mujeres políticas con amplia experiencia como, Amalia Dolores García Medina, diputada federal y ex gobernadora de Zacatecas; Dulce María Sauri Riancho, ex gobernadora de Yucatán; Mónica Fernández Balboa, Senadora de la república; Libia Dennise García Muñoz Ledo, Secretaria de desarrollo social y humano del gobierno de Guanajuato y Zulema Mosri Gutiérrez, magistrada de la 2da sección de la sala superior y presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género del TFJA.
Demostraron con sus criterios que aún está pendiente la equilibrada presencia y acciones de las mujeres en la política mexicana. La urgencia para argumentar en las tomas de decisiones y en los debates de cada gobierno interno, proponer desarrollar y ejercer la plena libertad, con autonomía a fin de neutralizar el autoritarismo que aún persiste en las filas partidistas.
Todavía se aprecia como el empoderamiento de las mujeres se considera como mala palabra en sociedad civil. Estamos obligadas a crear redes, ejercer el gobierno con sororidad, fortalecer las alianzas para poder influir más, para cambiar los acontecimientos que limitan la presencia de las mujeres, las niñas y adolescentes.
Mantenerse alertas para continuar las acciones afirmativas como el 3 de 3, vincularse con la academia, apropiarse del estudio que existen y exponen los problemas junto con propuestas desde otras perspectivas. Las mujeres podemos alcanzar la unidad, para reconocer y neutralizar cualquier manifestación de violencia política, sin olvidar que el machismo y la misoginia son parte de la resistencia cultural y que desgraciadamente, también alcanza a las mujeres durante su ejercicio público.
La igualdad es la utopía que nos mueve, la equidad un reto porque convoca a conocer y respetar las diferencias que conducen a prever las acciones afirmativas para acortar las profundas brechas económicas, políticas, culturales, sociales que aún persisten.
Los alentadores resultados del 2do Congreso internacional Colectiva 50 + 1, Yucatán, Haciendo historia por las mujeres, demuestran que la lucha por el cambio es colectiva, generacional y que juntas, podemos cambiar la historia para mover a la sociedad en su conjunto. México así lo reclama.
@Letra Clara