MARÍA MANUELA DE LA ROSA AGUILAR
Hace más de veinte años logró consolidar su poder, construyéndose una imagen de héroe a través de un gran aparato de propaganda gracias a lo cual en todo el mundo se le llegó a tener admiración, sobre todo por sus tan publicitadas habilidades de comunicación y dominio sobre los animales, llegando a utilizarlos incluso en las visitas de estado para impresionar y hasta para intimidar a sus pares. Su imagen de soltero codiciado y estoico recorrió el mundo, logrando deslumbrar a muchas mujeres.
Ahora a 16 meses de la invasión a Ucrania muchas cosas han sucedido, aunque Ucrania está destrozada por dentro, sigue en la lucha con admirable ahínco, derrumbada en lo material, pero fortalecida en el ánimo. Y el héroe casi mítico que construyó su imperio sobre las cenizas de la Rusia “socialista”, se descubre como el hombre despiadado que es, con una vida privada que nada tiene que ver con el hombre sereno e imperturbable que aparentaba y menos con una vida virtuosa; pero además, asociado por la complicidad con uno de los hombres más execrables y violentos que ahora lo traiciona, su sicario personal, el mercenario que formó el famoso grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, quien ha perpetrado los más feroces crímenes en África y Medio Oriente para favorecer los intereses de su amigo Vladimir Putin y en la guerra en Ucrania cometiendo delitos de lesa humanidad de manera despiadada con su pequeño ejército formado por ex combatientes y presidiarios que sacaron de las cárceles. Hoy Pregozhin está desaparecido después de levantarse contra su gran amigo, supuestamente en Bielorrusia. Putin olvidó que la lealtad es un término desconocido para un mercenario.
Y hay una orden de aprehensión contra el presidente ruso, quien ahora verá la oportunidad de endosar la responsabilidad que se le finca contra su ex amigo mercenario, pero éste, si es detenido por la Corte Penal Internacional, tendrá mucha información que proporcionar respecto a su antiguo socio, en un intento por salvarse, así funcionan las relaciones de complicidad entre los mafiosos.
Y mientras Rusia se tambalea, no sólo por la crisis política que aún no termina, aunque el levantamiento del grupo Wagner se haya diluido, porque la debilidad de Putin se ha manifestado, aunque trató de cubrir los problemas económicos tras la invasión, su falso poderío militar quedó al descubierto, con vehículos y equipo en mal estado por falta de mantenimiento, con efectivos fantasma que nunca pudo justificar, echando mano de los reclutas y luego de los reservistas, con tácticas militares equivocadas, con mandos militares corruptos y enfrentados por el poder, al tú por tú con un vulgar mercenario íntimo de Putin que lo ha traicionado. La soledad del poder se vislumbra ya y si bien los analistas han pronosticado que rodarán cabezas desde lo más alto de la cúpula del gobierno ruso, esto no ha sucedido y Putin sigue sin dar señales de su liderazgo.
Desde que el grupo Wagner realizó el sorpresivo y rápido avance hacia Moscú en abierta rebelión, siendo aplaudido por los ciudadanos durante su recorrido de más de 5,000 kilómetros, lo que habla de su inaudita popularidad en algunas parte de Rusia. Y al enterarse, Putin, en lugar de detener con contundencia el avance, se dijo que huyó hacia San Petersburgo; claro, conocedor del poder que él mismo le dio a Pregozhin, quien después de la mediación del presidente de Bielorrusia, Aleksander Lukashenko, se retiró hacia ese país, con la promesa del perdón, pero su paradero no está plenamente verificado.
Hay temores de que esta retirada sea sólo una táctica de distracción, porque conociendo las ambiciones del líder mercenario, es posible que se encuentre reclutando más soldados para tomar el poder, porque si bien aparentemente el Grupo Wagner fue disuelto, cuenta con elementos dentro y fuera de Rusia, no sólo en Ucrania, sino en Mali, Sudán, Siria, República Centroafricana, Libia y otros lugares, por lo que cabe la posibilidad que este levantamiento tenga tiempo organizándose y si alguien conoce a Putin y sus debilidades es precisamente Pregozhin.
Tras la rebelión de Wagner, muchos integrantes de las élites empresariales y políticas rusas salieron del país en aviones privados el sábado pasado. El temor se apoderó de los mercados y provocó una caída del rublo, que el jueves cotizaba en 84 rublos por dólar y subió a 100, aunque ya anda por los 86, aunque cuando se impusieron las sanciones a Rusia llegó a estar a 150 por dólar. Y es que muchos rusos retiraron importantes cantidades de dinero para buscar otras divisas provocando una caída de la moneda rusa; la demanda de divisas se disparó hasta un 70% y 80%, información que el mismo viceprimer ministro, Andrei Belousov, proporcionó en un comunicado. Y los boletos de avión desde Moscú hacia otras ciudades como Belgrado Estambul y Dubai se dispararon.
A esta crisis política y de seguridad interior se le agrega la de las sanciones impuestas por Occidente, porque si bien Europa ha sido dependiente del gas y petróleo rusos, ha encontrado alternativas para disminuir esta dependencia y ya ha logrado solventar dos inviernos con las sanciones, para sorpresa de Rusia, que calculó poner de rodillas a toda Europa con la llegada del invierno. Mal cálculo de Putin, que no consideró que también el petróleo y gas constituyen una de las principales fuentes de financiamiento de Rusia.
La larga lista de sanciones a Rusia seguramente la ha debilitado, porque muchas multinacionales se han retirado del mercado ruso:
American Express, Visa y Master Card suspendieron sus actividades en Rusia, por lo que prácticamente dejaron al país sin tarjetas de crédito en negocios y cajeros automáticos y consecuentemente las tarjetas emitidas por los bancos rusos salieron del comercio global.
El rechazo de la comunidad internacional provocó el mayor bloqueo comercial de la historia mundial contra un país, pues salieron de Rusia: BP importante petrolera de Reino Unido; Exxon Mobile de Estados Unidos; Shell de Países Bajos; Equinor, la petrolera noruega puso en venta sus participaciones en Rusia; Maersk, la naviera danesa más grande del mundo suspendió las entregas hacia y desde Rusia y no es posible pedir productos de Ali Express y ASOS.
La armadora de coches danesa Volvo dejó de vender ahí y se sumaron Mitsubishi, que despidió a sus empleados de 141 centros de servicio; Toyota cerró su planta y despidió a 2.600 empleados; Mercedes Benz salió del país, lo mismo que BMW, Chevrolet, Ford, General Motors, Audi, Jaguar, Renault, Porsche, Cadillac y Harley Davidson.
Apple Pay y Adobe están completamente bloqueados; Google Pay lo hizo de manera parcial; DHL también salió del mercado; FedEx suspendió todos los envíos; Amazon prohibió todas las ventas; Etsy bloqueó todos los saldos de cuentas rusas; PayPal bloqueo los pagos salientes.
Apple, anunció su salida total del mercado y Nike el cierre de todas las tiendas.
Boeing salió del mercado, lo mismo que Coca Cola y Danone, junto con su filial «Prostokvashino»; Nestlé cerró sus seis fábricas; y Carlsberg, la cervecera danesa puso límite a sus exportaciones.
Snapchat: salió de Rusia y Bielorrusia, lo mismo que LinkedIn; Facebook prohibió las cuentas de los medios de comunicación rusos; Instagram bloqueó la propaganda rusa; Only Fans apagó sus servicios; en Twitter los ciudadanos de Rusia no pueden registrar cuentas; Tik Tok prohibió publicaciones de rusos agresivos y medios de comunicación rusos; YouTube redujo la visibilidad de los contenidos de los medios estatales de Rusia; WhatsApp bloqueó en toda la Unión Europea el acceso a los medios de comunicación rusos RT y Sputnik.
Delta Air Lines suspendió todos los servicios que operaba en código compartido con Aeroflot.
Lenovo, Ericsson, Bolt y Dell abandonaron el mercado ruso; HP suspendió los envíos de productos a Rusia; Microsoft Office dijo que tomaría un amplio conjunto de medidas; Samsung bloqueó el servicio; AMD prohibió el suministro de microchips y el de tarjetas de video, lo mismo que Intel y Dropbox dejó de funcionar.
El Festival de Cannes bloqueó a la delegación rusa; el Comité Olímpico Internacional canceló de todos los eventos deportivos en Rusia; la FIFA descalificó a la selección de la copa del mundo y prohibió todos los eventos internacionales en Rusia; Manchester United rescindió su acuerdo de patrocinio con Aeroflot; Mobile World Congress negó la acreditación a la delegación rusa; NHL prohibió su entrada a jugadores de Rusia; Adidas se negó a trabajar con la selección nacional de fútbol; la Fórmula 1 canceló el Gran Premio que se realizaría en Sochi.
La BBC de Londres retiró la licencia de transmisión a Rusia; Megogo eliminó todas las películas rusas; Netflix bloqueo las suscripciones de Rusia y suspendió la producción de series de televisión rusas; Paramount quitó los estrenos y distribución de películas en Rusia; Sony hizo lo propio; Disney anunció que dejará de estrenar todas sus películas ahí; Cinema 4D también dejó de funcionar.
Google Maps bloqueó la información dentro de Rusia; Nintendo inhabilitó los pagos en rublos rusos; y Spotify bloqueó del pago de la suscripción.
Estas empresas y otras muchas más han abandonado a Rusia, por lo que la han condenado al aislamiento comercial, panorama que no es muy alentador para la economía del país, que empeñado en una guerra para apoderarse de Ucrania, se está consumiendo por dentro y es posible que colapse con la amenaza de una posible guerra civil, que no vendría de los ciudadanos, sino de mercenarios integrados por ex convictos que el mismo Putin excarceló.
Con un país sumido en una gran crisis política, económica y de seguridad; su mano derecha en contra, las élites políticas y económicas en desbandada y los altos mandos al acecho por el poder, Putin se encuentra en la peor encrucijada de su historia.