ADRIANA MORENO CORDERO
Había una vez un país en el que solo los gobernantes creían que era la nación más democrática sobre la Tierra y suponían que solamente con decirlo tantas veces como fuera posible, el decreto se cumplía.
Sin embargo, por más que se empeñaban estos gobernantes que por cierto pertenecían al partido Morena, menos podían ocultar su desesperación, su angustia porque la aberración que es la elección judicial, avizoraba con meterles tremendo revés, dada la nula participación y entonces, tuvieron que echar mano el acarreo y el pago para que la gente acudiera a las urnas.
Un fin de semana antes de que este pseudo ejercicio electoral se lleve a cabo, ya no hallan qué hacer los morenistas para invitar a la ciudadanía a que vote el primer domingo de junio.
Por lo menos por las calles de la Ciudad de México, la propaganda no podía ser más evidente; como si los del partido guinda estuvieran vendiendo algún producto maravilloso que se ponía al alcance de los ciudadanos.
Tal parece que el poder de la convocatoria ni más ni menos que de la presidenta Claudia Sheinbaum una vez más demuestra que no funciona.
El más reciente exhorto vino desde Jalisco, a donde estuvo de gira la jefa del Ejecutivo, no obstante, pese a echarse frases y convocatorias realmente “domingueras”, como aquella de que “el pueblo es muy inteligente y sabe por quién va a votar” nada más no logra convencer.
Y aquí habría que precisar que la ciudadanía que acuda a votar el próximo domingo, no es precisamente la más inteligente porque estarán en su respectiva casilla básicamente por dos razones:
Una, como ya se anotó en líneas anteriores, van por un pago, y la número dos, están “hechos bola” con esa votación, de ahí que el partido Morena haya distribuido las famosas “acordeones” en las cuales, los que vayan a votar solo se tiene que aprender una serie de números y fijarse en los colores y ya está.
Otra duda que surge es:
¿cómo está eso de que las boletas que sobren no las van a destruir? Por lo visto se trata de una operación que tendría que ver con las urnas embarazadas, basándose en que la participación va a ser casi, casi nula.
MC Y SHEINBAUM
Retomando la visita que hiciera Sheinbaum Pardo a Jalisco, donde fue recibida por el gobernador de MC, Pablo Lemus, llama la atención en más de un sentido.
Acaso fue para “amarrar” al partido naranja como su nuevo aliado, dado los múltiples problemas que sigue teniendo el partido Morena con el PT, lo que ha llevado a ambos institutos políticos al borde de la ruptura y en muy malos términos, por cierto.
Baste con recordar que hace no muchos días, el coordinador del PT en la Cámara de Diputados, Reginaldo Sandoval, no tuvo empacho alguno en declarar que los integrantes del partido guinda se han llenado de soberbia.
¿A poco hasta hoy se dio cuenta el diputado Sandoval? Antes de esto último estuvo la fea manera en que los petistas abuchearon y corrieron al presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, Gerardo Fernández Noroña, quien de plano le jugó las contras a su expartido, el PT.
Sin embargo y según se sabe, la reunión entre Sheinbaum y Lemus, no estuvo tan cordial como ambos lo hubieran querido.
Todavía está reciente la tragedia bañada de rojo del rancho Teuchitlán, así como las referencias que de diversos lados vienen sobre que el Cartel Jalisco Nueva Generación, (CJNG) ha ido cobrando fuerza para colocarse al frente de otras organizaciones delincuenciales.
Retomando la absurda elección del 1 de junio, una vez más la presidenta repitió que ella misma, renunció a poner a los Ministros de la Corte ahora, “¿quién va a poner a los ministros de la Corte?, ¡el pueblo de México!”.
El INE informó que 375 personas de 40 países solicitaron su acreditación como observadores de la elección judicial. AMEXI/ Foto: INE.
Nada más errado que lo anterior. Bien enterada está la jefa del Ejecutivo que quien puso a los ministros de la Corte, fue ni más ni menos que su antecesor y maestro Andrés Manuel López Obrador. Aquí de lo que se trata y parece que no lo puede hacer del todo bien Sheinbaum, es cumplir el capricho del delirante expresidente.