GREGORIO ORTEGA MOLINA
*¿Cuánto gana Loret? Más que conocer el salario de ese periodista, a los mexicanos de pie, los que amamos a la patria, nos interesa más que haga públicas las escrituras de “La Chingada”, que aclare el origen de los dineros con que lo adquirió, o la manera en que lo recibió como herencia, legado o donación, y de parte de quién. El santón no es tal, es un pícaro de siete suelas
El vivillo de Andrés Manuel López Obrador aprendió a servirse de ciertas frases, de elegidas palabras para ocultar sus fechorías, adormecer al México bueno y sabio en el conformismo de su ignorancia.
Cabalgó y cabalga todavía sobre la frase “honestidad valiente”, como si ser honrado, pulcro en el manejo del dinero fiscal requiriese de algo más que sensibilidad y vocación de servicio, cuando la honradez, el proceder honesto va más allá de la entrega puntual de cuentas, pues el engaño, la verdadera corrupción, la auténtica pudrición del quehacer político está en el escenario mañanero, la mentira repetida una y mil veces para convertirla en una verdad que, de ser exigido por el pueblo, no podrá comprobarse.
Le corroe la envidia el que los ministros de la Suprema Corte tengan un mayor salario que el del presidente de la República, cuando él sabe que la aplicación de la ley no es retroactiva, e incluso las ministras “impuestas” bajo su égida, pudieron haber renunciado al salario antes de recibirlo. ¿Por qué Arturo Zaldívar (el) Lelo de Larrea no se disminuyó su ingreso?
Lo verificable, lo cierto, es que nuestro presidente de la República dista mucho de ser honesto, ya no digamos valiente. Se amuralló en su Palacio, tiene pavor del feminismo, y huyó como buen caballero de un diálogo con la ministra Norma Piña, porque si bien se pasa de listo, es un profundo ignorante de los temas que se requiere conocer para tomar las decisiones adecuadas y convertirse en hombre de Estado, lejos de los políticos del montón.
Confundir honesto con honrado equivale a hacer lo mismo al comparar lo gordo con lo hinchado. El presidente mexicano se ha convertido en un especialista en ocultar su verdadero “yo”. Freud fracasaría al intentar psicoanalizarlo, porque es capaz de torear tractocamiones, no sólo toros de lidia.
¿Cuánto gana Loret? Más que conocer el salario de ese periodista, a los mexicanos de pie, los que amamos a la patria, nos interesa más que haga públicas las escrituras de “La Chingada”, que aclare el origen de los dineros con que lo adquirió, o la manera en que lo recibió como herencia, legado o donación, y de parte de quién. El santón no es tal, es un pícaro de siete suelas.
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