*Tengo la terrible sensación de que estamos acobardados, de que los cresos mexicanos no aprenden de lo ocurrido a sus iguales venezolanos, o nicaragüenses o cubanos. Es la casi certeza de que los años que se anuncian verán correr sangre, enconos, envidias, confrontación, odios. Es la 4T
GREGORIO ORTEGA MOLINA. Sostener que desconocemos el cómo y el por qué llegamos a donde estamos, sería una falacia mayor que las afirmadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Como sociedad le pusimos la mesa, pero el avituallamiento fue servido sobre las complicidades de los políticos, lo mismo que sobre los cadáveres de los desaparecidos, de las víctimas de feminicidio, de los asesinatos que no cesan y crecen en número, sin nadie que detenga la violencia.
Debajo del enorme poder presidencial acumulado por el tío Andrés Manuel, nada sostiene al gobierno sino su narrativa, pues el vacío de Estado nos notifica que el neo Maximato hace rato dejó de llamar a las puertas de Palacio Nacional, porque se adueñó de la sala, como lo muestra la empinada de la SCJN para convertirse en cómplice esencial de la opacidad necesaria para construir una dictadura.
Nada debe saberse de la adquisición de las vacunas contra Covid-19, ni de la auténtica erogación de las obras insignia de esta 4T, porque por decisión presidencial son asunto de seguridad nacional. Mucho menos analizar cómo funciona el auténtico poder asentado en Badiraguato, Sinaloa.
¿Y qué decir de lo que ocurre bajo las vías del tren maya, o de que se necesita de la intervención gubernamental para que las aerolíneas lleven sus vuelos al AIFA, ante la incertidumbre de que los aviones no colisionan, sino que se repelen, y el rediseño del espacio aéreo para la operación simultánea de los aeropuertos de la Ciudad de México y Santa Lucía, considerando que al de Toluca lo ayudan a bien morir, como lo hacen con el tren suburbano entre la capital del Estado de México y la ciudad capital de la República.
¿Cómo podemos defender nuestras instituciones de educación superior, si ya dan el asalto sobre las bases del conocimiento? Abandonamos la ciencia por una doctrina política que nada tiene que ver con el humanismo, mucho menos con el desarrollo de los seres humanos.
Tengo la terrible sensación de que estamos acobardados, de que los cresos mexicanos no aprenden de lo ocurrido a sus iguales venezolanos, o nicaragüenses o cubanos. Es la casi certeza de que los años que se anuncian verán correr sangre, enconos, envidias, confrontación, odios. Es la 4T.
Joël Dicker, en Los últimos días de nuestros padres, lo deja asentado con absoluta claridad:
Que todos los padres del mundo, a punto de
abandonarnos, sepan el gran peligro que corremos
sin ellos.
Nos enseñaron a caminar y ya no caminaremos.
Nos enseñaron a hablar y ya no hablaremos.
Nos enseñaron a vivir y ya no viviremos.
Nos enseñaron a convertirnos en Hombres, y ya ni
siquiera seremos Hombres. Ya no seremos nada.
Ahora resulta que tienen razón los valedores de Andrés Manuel López Obrador, el problema con el populismo es que funciona. Así es.
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