Ciudad de México, 16 de mayo (entresemana.mx). Durante abril del 2022, la canasta alimentaria en las regiones urbanas registró un incremento de precio de 12.4%, de acuerdo con cifras del Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social). En las viviendas ubicadas en regiones rurales, se encareció 13.3% en comparación con el mismo mes del año pasado.
Estos niveles de incremento interanual en el costo monetario de la canasta alimentaria son ligeramente más bajos que los presentados el mes previo; sin embargo, todavía se encuentran por encima de la inflación general.
En términos absolutos, sólo para pagar la comida de una sola persona en zonas urbanas se necesitan 1,979 pesos cada mes y para zonas rurales son necesarios 1,522 pesos mensuales, de acuerdo con las estimaciones del Coneval.
Para contener el impacto del incremento generalizado en los precios, la administración de Andrés Manuel López Obrador presentó el PACIC (Paquete Contra la Inflación y la Carestía), que con la participación de la iniciativa privada y acciones de producción y reducción de costos busca garantizar un precio «justo» en 24 productos.
En México y el mundo la inflación se ha convertido en una de las preocupaciones principales en términos económicos y sociales. La escasez de materias primas, la turbulencia en cadenas globales de suministro, las alteraciones en los mercados laborales y la lenta recuperación pospandémica han llevado a los precios de los alimentos en el mundo a alcanzar sus niveles máximos históricos.
Los alimentos son el grupo de genéricos que más se ha encarecido en los meses recientes, golpeando particularmente el poder adquisitivo y la seguridad alimentaria de los hogares más pobres de México.
En el cuarto mes del 2022, la inflación general anualizada se ubicó en 7.68%, un nivel ligeramente por debajo de lo que esperan los analistas y los mercados.
Sin embargo, son los productos agropecuarios y los alimentos procesados, bebidas y comidas fuera del hogar los rubros en los que el índice de precios ya crece a doble dígito, de acuerdo con los registros del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).
De modo que el costo monetario de la canasta básica en la cual se basa la dieta de la población mexicana se ha elevado de manera importante.