LA CAJA DE PANDORA/ Ruffo y Gorbachov son historia

Elvira Gomezturja

Ciudad de México, 16 de octubre (entresemana.mx). En la actualidad podemos ver a Victoria Ruffo protagonizando la telenovela Corona de Lágrimas 2, de lunes a viernes por Las Estrellas, de 18:30 a 19:30 horas.

Esta semana vi un capítulo trágico en verdad. Me estrujó el corazón. Rómulo Ancira (Ernesto Laguardia) asesina a Patricio Chavero (Alejandro Nones), hijo de Refugio Hernández (Victoria Ruffo). La pobre Cuquita no solo vive el drama de perder a su hijo, además en el funeral hace tremendo entripado porque el asesino de su primogénito envió una corona fúnebre. La madre doliente va a dar al hospital. Este personaje ha pasado y sigue pasando enormes penurias en su vida.

Desde el primer capítulo iniciaron sus sufrimientos: muere su esposo Julián Corona (Pedro Moreno). En la trama “lo venden” como que falleció de muerte natural; aún no descubrimos la verdad. Todo parece indicar que la exmujer del marido de Cuquita, Diana (Sharis Cid) casada con Lázaro (René Strickler), “contribuyeron” a la muerte de Julián y pretenden despojarla de su casa. Ahora que su hijo murió en esa casa, Cuquita no quiere regresar, y al salir del hospital prefiere ir a la vecindad donde vivió tantos años. Así veremos cómo sobrevive esta mujer a tanta desgracia.

En el staff de escritores de Corona de Lágrimas 2, participa Gabriela Martínez del Río (Gaby Ruffo) “culpable” de tenerme con el alma en un hilo. Conozco lo profesional, comprometida, apasionada, lo entregada que es Gaby con su trabajo. Me parece maravilloso que esté involucrada en esta historia. ¡Bien por Gaby! Estoy enganchada con tanta sufridera de un melodrama clásico.

Pero Victoria Ruffo, La Queen, va más allá de Corona de Lágrimas 1 y 2. Es mucho más que la adorable y sufrida Cuquita. Su anecdotario personal es extenso, y a veces, sorprendente. De ese anecdotario les platicaré hoy.

La Ruffo ha hecho historia en la televisión mexicana y mundial con sus telenovelas. Su fama trasciende nuestras fronteras e impacta corazones y vidas en diferentes continentes. Por ejemplo, su telenovela Simplemente María (1989) la ligó con la historia del mundo y con un personaje que formó parte de la URSS y su transformación. En vida y después de su muerte Mijail Gorbachov (1931-2022) es historia. Fue el último gobernante de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y tuvo un breve encuentro con Vicky. Gorbachov murió este año.

De todos sus viajes, la mamá de José Eduardo Derbez, recuerda con especial cariño y agradecimiento sus dos visitas a la URSS en 1994 y 1995.La recibieron con tanto amor, que la gente cerraba caminos y carreteras para verla. La llenaron de obsequios y la aplaudían sin cesar, mientras ella escalaba hasta el techo de los autos que la transportaron, para saludar y recibir la ovación de su público. Tuvieron tantas atenciones con ella que quedaron tatuadas en la mente y el corazón de la actriz.

La Ruffo conoce bien el amor y admiración ilimitadas que le profesa su fandom. Una de las manifestaciones más impresionantes que recibió fue en esas visitas a Rusia. El gobierno la invitó y le dieron la bienvenida como si fuese un jefe de estado.

Simplemente María marcó un parteaguas en la televisión rusa. La transmitieron y la aceptación y repercusión social fueron impensables.

Para empezar, hubo una avalancha de niñas registradas al nacer con el nombre de María. Una popular marca de máquinas de coser agotó sus existencias porque todas las mujeres deseaban convertirse en costureras, modistas o diseñadoras; cambiar su vida, sacar a sus hijos adelante y conocer a su Príncipe Azul.

Publicaron libros con la historia de María López y Victoria Ruffo fue contratada para anunciar diversos productos en aquel país. Su presencia movió multitudes. Lo más importante fue que animó a miles de mujeres a pensar que podían transformar su propia existencia y la de sus familias.

Fue tal el efecto de la telenovela, que fue el mismo presidente Boris Yeltsin (1931-2007) quien la invitó en 1994. Tenía la inquietud de conocer a la mujer que provocó esa revolución y saber cómo era. Yeltsin vivía sorprendido de que su esposa  Anastasia “Naina” Yéltsina, todas las tardes postergaba cualquier actividad o compromiso para sentarse a ver qué ocurría con Simplemente María.

Cuando Victoria llegó a Rusia, a Moscú, se enteró que el papá de la esposa de Yeltsin había muerto. La cita programada con la pareja presidencial se canceló por obvias razones.

La segunda visita fue al año siguiente, en 1995. Es Victoria que a través de sus recuerdos, la trae al presente: “Fui invitada para visitar Armenia y pedí conocer a Mijaíl Gorbachov, recuerda la ojiverde. Por fortuna, la secretaria de Gorbachov era mi súper fan. Hablaba un español perfecto. Al confirmar la cita, me comentó que Gorbachov nos daría solo cinco minutos. Contesté que estaba bien. Me acompañaron mi papá y Marcela mi hermana. La secretaria de Gorbachov tenía toda la colección de los libros de Simplemente María. Las fotos que ilustraban el libro las tomaban directo de la pantalla de televisión.

“Había mucha pobreza en aquel país. Me platicaban que entre los vecinos cooperaban para comprar el libro. Cada tarde se reunían varias familias para leer capítulo por capítulo y lo comentaban.

“Marcela mi hermana, al enterarse de que conocería a Gorbachov me platicó el contenido de La Perestroika, el libro que escribió el expresidente. Trata sobre la política reformista que se llevó a cabo en la Unión Soviética tras la llegada al poder de Mijaíl Gorbachov. Marce lo leyó y me lo prestó. Lo compró en la Comercial y todavía traía el precio pegado. Ya en la oficina del exmandatario, se presentó la oportunidad de sacar el libro para pedirle que por favor lo autografiara. La letra de este personaje; era una letra difícil de descifrar. Hasta hoy no recuerdo qué dice. Durante las grabaciones de La Madrastra, pedí a Anita Layevska que lo tradujera, pero no entendió la letra.

“Él se mostró muy amable. Estuvimos con él como media hora y me explicó que me recibió porque armé una revolución en su país y todo mundo hablaba de mí. Él conocía México, nos había visitado. Me dijo que había visto muchas películas mexicanas y no entendía por qué todas las mujeres mexicanas eran tan sufridas y lloraban tanto, igual que María.

“Como no tenía la seguridad de que me recibiría no le llevé un presente desde México. Quería entregarle un detalle para agradecerle y mandé comprar allá una botella de tequila que se llamaba Olmeca. Ve tú a saber cómo estaba y a qué sabía, ¡bueno o espantoso! Él me regaló unas rosas muy bonitas, guardé una en las páginas del libro.

“Mi papá estaba fascinado de conocerlo, porque lo admiraba mucho, platicamos muy a gusto. Era un hombre impresionante, educado, simpático, con mucha personalidad. Yo no daba crédito que estuviera sentada con él, conversando. Los dos viajes fueron fenomenales.

“De mis recuerdos más vívidos son que en la primera visita, me obsequiaron cosas y cosas y cosas. Fuimos a ver el Ballet Bolshoi y estábamos, Toño Mauri y yo, en el palco de Los Zares, un espacio dedicado a presidentes, reyes, príncipes, y lo abrieron especialmente para mí. ¡Fue padrísimo! Inolvidable. Al entrar al palco, la gente se levantó de sus butacas, se voltearon hacia mí para recibirme con aplausos. Todo el público estaba de pie. También la compañía de bailarines que apareció en el escenario no dejaba de aplaudir. Todos aplaudiéndome. Al sentarme, se sentó el público, se metió la compañía y empezó la función. Todo lo que yo decía o pedía, era escuchado y hecho. Hasta pensé que era un sueño. Conocí ciudades y lugares hermosísimos. Me trataron con muchísimo cariño, mucho amor. Todos mis deseos fueron cumplidos.

“El segundo viaje fui a Armenia un lugar que estaba en guerra con Azerbaiyán, Irán e Irak. Su situación de vida era muy dura. Les quitaban el agua y la luz a cierta hora. Toda la gente tenía que cosechar su comida en casa, aprendieron a hacer sus huertos familiares. A mí llegada, me instalaron frente a una gran fuente sin agua y un gran reloj que no caminaba. Con mi presencia, de inmediato, echaron a andar la fuente y el reloj. Todo especialmente para mí, para darme la bienvenida. En las carreteras detenían el tránsito, la gente se reunió para saludarme y hasta que no me veían y los saludaba, nos dejaban pasar. Mi papá se asustó mucho al ver la cantidad de personas que gritaban ¡Ma-rí- a, Ma-rí-a! y me suplicaba: “¡No te bajes del carro!” Pero si no me veían, no se quitaban de la carretera. Fue complicado porque me subían arriba del coche para saludar a la gente. Me veían y enseguida dejaban libre el camino y nos permitían el paso. Fue algo muy bonito. ¡Nunca, nunca, nunca! olvidaré el trato, la gente, tanto amor. Fue una experiencia espeluznantemente bella. La gente me tocaba y se ponía a llorar. Era tanta la emoción y el gusto de verme, que llorábamos todos y yo me preguntaba: ¿Por qué lloramos? La sensibilidad estaba a flor de piel. Es un pueblo muy sensible, dulce, muy bueno. En cualquier lugar del mundo que encuentro rusos, se me acercan y me piden permiso para hablar conmigo. Son exageradamente educados. No quieren que yo pase un mal rato, no quieren molestarme. Los rusos son lindísimos conmigo. Los quiero y me quieren mucho.

“Llegué con cuatro maletas. Televisa me mandó con un vestuario completísimo para cualquier ocasión que se pudiera presentar. Iba como Victoria Ruffo, pero también  iba como mi personaje María, la diseñadora de modas. Me prepararon todo un guardarropa: vestidos de noche, de día. Me cambiaba tres veces al día. Fui por 20 días y regresé con nueve maletas. En cada lugar que visité me regalaban libros, santos, flores, matrioshkas, ropa, tejidos, de todo, y aparte cosas que compré. Estos recuerdos los guardaré en mi corazón por siempre”.

La vida profesional de algunos actores, como es el caso de Vicky Ruffo, ha sido mágica. Imposible imaginar hasta dónde llegarán y a quiénes conocerán. Una aventura insospechada.

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