LA CAJA DE PANDORA/ Placentofagia, moda entre las bellas y glamorosas

Elvira Gomezturja

Ciudad de México, 21 de agosto (entresemana.mx). La moda ocasionalmente, pone en riesgo la salud. Tal es el caso de la placentofagia, que ha cobrado popularidad entre las mamás famosas y pudientes; que consiste en comer la propia placenta después del alumbramiento. La comen, la beben o la transforman en cápsulas.

Hay quienes están a favor, otros en contra, y es definitivamente, un tema controversial. Finalmente, es una decisión personal hacerlo o no, pero siempre, siempre, es conveniente consultar con un especialista.

No son pocas las artistas internacionales y mexicanas, las que han llevado a cabo esta práctica y muchas mujeres de a pie han seguido su ejemplo.

Las Internacionales:

  1. Lo, La diva del Bronx, al nacimiento de sus hijos Emme y Maximilian (2008) usó su placenta con doble propósito. El primero fue encapsularla y tomarla. El segundo para que elaboraran tratamientos para su piel en mascarillas faciales. Dichos tratamientos costaron cerca de 1, 200 dólares semanales y asegura que el resultado es asombroso. ¡Lo notamos!

Kim Kardashian, la socialité, de las celebridades más polémicas en el mundo, cuando parió a su hija North West (2013), pidió encapsularan su placenta con el objetivo de utilizarla para solucionar su depresión postparto y declaró a diferentes medios: “Me dio excelentes resultados. Me sentí con ¡mucha energía! La depresión desapareció. Cada vez que tomaba una cápsula sentía oleadas de energía”. Le hizo tanto bien que la modelo la tomó de nuevo en sus siguientes tres embarazos.

Rosie Rivera, la hermana de la fallecida cantante Jenni Rivera, bebió su placenta en un smoothie, una hora después del nacimiento de su bebé Elías (2015). Desde la cama del hospital mostró la bebida y le dio un traguito. ¡Uff!

Evaluna Montaner, casada con el colombiano Camilo Echeverry, tuvieron a su primogénita Índigo este 2022. El esposo de la cantante dio a conocer lo que hizo Evaluna: “A mi esposa se la encapsularon y se la comió”.

Algunas Mexicanas

Anahí, explicó en su libro Valiente que dividió su placenta en cinco partes: “El primer trozo lo bebí de inmediato con jugo de fresas y frambuesas”. El resto fue bebiéndolo en el transcurso de los dos días siguientes al nacimiento de su primogénito Manuel (2017): “Las propiedades de la placenta las detallo en el libro. Está llena de vitamina K, te ayuda a recuperarte mucho más rápido, a que el útero se contraiga en menor tiempo, evita hemorragias postparto. En fin, hay que investigar porque los beneficios son muchos”.

Claudia Lizaldi, la conductora siempre ha promovido un estilo de vida sano y natural: “Decidí tomar las cápsulas de placenta ya que contienen muchos nutrientes. Me dieron energía, ayudó con los dolores, es sano y me sentí muy fuerte al hacerlo. Además guardé las células del cordón umbilical de mi nena Elah (2019) en el Banco de Cordón Umbilical porque representa una oportunidad única de tener un seguro de vida para mi hija. Yo nunca le digo a la gente que lo haga. Son decisiones de vida que te benefician o afectan a la larga. En México estamos abriendo brecha sobre algo que no se hacía”.

Irán Castillo escaló un nivel, ya que después de su segundo parto la actriz publicó en su Instagram una fotografía de su placenta coronada por flores y comentó que decidió beberla en un smoothie porque ¡te da un levantón cañón! Lo que “sobró”, lo encapsularon. Lo toma al sentir cansancio y dice  equilibra las hormonas.

Marlene Favela recurrió a una empresa californiana para convertir su placenta en cápsulas y aprovechar todos sus nutrientes: “Cada mamá puede elegir el método que desee. A mí no me atraía la idea de comerla por la sangre y esas cuestiones. Estuve investigando y contacté a Mommy Made. Esta compañía procesa la placenta, primero la hierve 30 minutos a 220 grados. Después elaboran el polvo, llenan las cápsulas y añaden tus sabores preferidos”.

Zuria Vega, la actriz sugiere que: “Antes de tomar decisiones, ¡infórmense! Es necesario investigar. Después del parto me dieron un licuado hecho con un centímetro de mi placenta, agua de coco y berries. ¡Me cayó delicioso! después de tanto cansancio. Los beneficios son múltiples: evita la caída del cabello, la piel mejora muchísimo, la lactancia también, la recuperación es más rápida, equilibra las hormonas”.

El resto de la placenta de Zuria fue encapsulada para que la tomara durante la cuarentena; una cápsula diaria. También le prepararon una pomada para rosaduras que siempre lleva con ella porque asegura “¡es maravillosa!”.

 

¿Qué es la placenta?

Es un órgano que se desarrolla durante el embarazo en el útero, se adhiere a la pared de este y de ella nace el cordón umbilical. Provee de oxígeno y nutrientes al bebé en crecimiento. Elimina productos de desecho de la sangre del bebé.

 

¿Cuánto cuesta hacer cápsulas de placenta?

Ingerirla en cápsulas es un procedimiento mucho ‘más seguro’. Realizarlo cuesta entre 250 y 400 dólares. La placenta se hierve, deshidrata y tritura.

 

¿Es seguro comerse la placenta? Los expertos responden.

Curiosa pedí la opinión de la Federación Mexicana de Colegios de Obstetricia y Ginecología A. C., a través del Dr. Héctor R. Santana G. director médico recibí su respuesta: “Queda claro que la “placentofagia” carece de sustento científico en sus supuestos beneficios, es una práctica de riesgo y contraviene las disposiciones establecida en la Norma Oficial Mexicana NOM-087-ECOL-1995 (NORMA Oficial Mexicana NOM-087-ECOL-1995, Que establece los requisitos para la separación, envasado, almacenamiento, recolección, transporte, tratamiento y disposición final de los residuos peligrosos biológico-infecciosos que se generan en establecimientos que presten atención médica.).

En todo caso, la paciente debe consultar a su médico tratante.

 

“No hay ningún respaldo científico que considere a la placentofagia una práctica completamente segura”

La médico cirujana, egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México, Martha Rodríguez, dio su punto de vista sobre este polémico tema: “La placentofagia, nombre técnico que esta práctica recibe, se ha convertido en una moda en nuestro tiempo. Deriva de todas las necesidades fisiológicas que se despiertan posterior al alumbramiento. No está científicamente respaldada con estudios francos, donde se diga que la práctica es 100 por ciento segura y eficaz. Hay que tomar en cuenta que la placenta es el vínculo entre la madre y el feto. Recordemos que la sangre de la madre y la del hijo jamás se combinan, cada uno es un ser independiente y la placenta actúa como un filtro que se dedica por un lado a permitir el paso de sustancias benéficas para el feto, pero también, las que no son tan benéficas. Por lo tanto virus, bacterias, hongos, todo tipo de microorganismos se pueden encontrar en la placenta.

“El hecho de que se procese, como el encapsulamiento de la misma que es el más conocido, no garantiza ni el aumento de la lactancia, ni evita la depresión postparto; lo mismo si se ingiere cruda. La placenta evidentemente es un órgano que está nutrido de sustancias hormonales que permiten la adhesión al cuerpo de la madre para evitar su desprendimiento. Hasta hoy día no hay garantía de todo lo que se dice, no es eficaz y no hay un respaldo científico que diga que ingerirla cruda o encapsulada es una práctica completamente segura; es una práctica de riesgo. La paciente en todo caso deberá consultar su decisión con su médico tratante”, finalizó.

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