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Elvira Gomezturja
Ciudad de México, 13 de noviembre (entresemana.mx). Pocas veces escribo sobre cuestiones que no tengan relación con el espectáculo, aunque he tenido oportunidad de cubrir otras fuentes como salud, sociales y finanzas.
Sin embargo, soy mexicana, vivo en la CDMX, familia y amigos radican aquí, y una amiga casi mi hermana la Dra. Patricia Vilchis me llevó a la reflexión: “Tú que escribes, tal vez te toque hacerlo hoy por México”. Así que en esta ocasión es imposible omitir el tema, desviar la mirada a lo que sucede en nuestro país y el vía crucis que enfrentamos los mexicanos.
Más allá de los partidos políticos, sus dirigentes, toda la clase política, el presidente, las componendas que se manejan bajo el agua, la corrupción que nos invade como un cáncer terminal; hoy nuestro México, nos necesita imperiosa, desesperadamente.
Sí es necesario apoyar y defender al INE (Instituto Nacional Electoral), para que el gobierno lo suelte, no lo debilite, no lo desaparezca, ni lo controle, sino para que permanezca como un instituto independiente. Para que nuestras credenciales del INE, que utilizamos como identificación, no pasen al poder y control del gobierno.
Esta marcha de este 13 de noviembre, intentará frenar la iniciativa de la Reforma Electoral del mandatario tabasqueño. Aún no puedo entender cómo el presidente reniega de la seriedad del INE, de su transparencia, cuando el mismo INE reconoció su triunfo en 2018. Bueno, sí lo comprendo, es deseable manipularlo, apropiarse del Instituto en su beneficio propio, para jalar agua para su molino.
Más allá de las iniciativas para convertir a todos los diputados en plurinominales, de aceptar o rechazar algo tan vano como poner o no nacimientos en lugares públicos, de que no se compren vacunas contra la viruela del mono; más allá de esto, un agonizante México pide auxilio de sus ciudadanos a los que ha dado cobijo por décadas.
México atraviesa un momento de gran tensión, en donde nuestro presidente aspira a convertirse en dictador; de hecho lo es. Cómo es posible que en una democracia, insista y repita, que si no estamos de acuerdo con él, estamos en su contra. Está equivocado Señor Presidente, opinar y pensar distinto en una democracia, en cualquier relación, es válido. El diálogo entre dos personas con puntos de vista diferentes forma parte de la democracia.
¿Por qué ese deseo de polarizar a los ciudadanos? Reza el adagio: “Divide y vencerás” y todavía hay quienes no ven lo que busca.
Cómo es posible que el Secretario de Gobernación Adán Augusto López, la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum y el Secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard, descuiden sus cargos, sus deberes, sus prioridades, para iniciar campañas de precandidaturas para la carrera presidencial del 2024. Campañas, que los distraen a ellos y a nosotros los ciudadanos, de lo verdaderamente importante: salud, educación, seguridad, alimentación, transporte y la lista sigue. Está claro que hay que alejar el foco de atención del desorbitante fracaso de la 4T durante estos cuatro años.
Lo cierto es que en cuatro años de gobierno el presidente nos ha dado atole con el dedo. Hace creer a la gente que vamos muy bien cuando la gasolina subió, la canasta básica es inalcanzable, no hay trabajo, la educación desbarrancó, la inseguridad nos persigue, no existe la creación de nuevas fuentes de trabajo y todo el país es un caos. Me doy cuenta que el mundo entero está en crisis y repercute en todos los países, pero este gobierno no va, no fue, no irá a ningún lado, solo a la necedad de pensar en una transformación inexistente, utópica. No tenían un proyecto para el país y por eso van dando tumbos.
El país se cae a pedazos. Basta con acudir a un centro de salud para escuchar la queja incesante sobre la falta de medicamentos, la apatía de los médicos en el trato a sus pacientes. Sé que ellos no pueden hacer nada, pero desapareció el compromiso de los galenos. No hay reactivos para los estudios básicos de laboratorio. Un desastre.
¿Cuántos muertos contabilizados hay por covid 19 en México? Recordemos la declaración del Dr. Hugo López Gatell, Subsecretario de prevención y promoción de la salud, que con su boca manifestó al inicio de la pandemia en junio del 2020, que 60 mil defunciones por esta enfermedad sería un escenario catastrófico. Esa cifra quedó muy atrás, la OMS (Organización Mundial de la Salud) calcula más de 600 mil muertes y López Gatell no da cuenta de ello. La historia, lo juzgará.
Todos voltean a otro lado, mientras el ejecutivo disfruta de Palacio Nacional e informa que pedirá su pensión del ISSSTE, que nunca trae dinero, ni tarjetas. ¿Para qué?, él, su esposa, su descendencia, viven del erario público. A quién engaña.
A los pobres los ataranta con su pensión Bienestar, los ricos continúan siéndolo y a los demás nos tiene fregados.
Y no Señor Presidente, no estoy contra usted porque sería una aberración, solo clamo por el bienestar perdido de México y de los mexicanos, que usted enloquecido y ciego con el poder y el miedo que le tienen sus súbditos, ha olvidado por completo.
Escucho a Epigmenio Ibarra, productor y realizador parte de la pléyade de amlo, cada miércoles con Ciro Gómez Leyva y me abofetea con su soberbia y falsa bonhomía. Con su cara de solo yo poseo la “verdadera verdad”.
El poder corrompe. El poder absoluto, corrompe, absolutamente.
Pobre de mi amado México, ni el ahuehuete en la glorieta de La Palma fue trasplantado correctamente.
Nací en los 60s y este es el peor gobierno del que tengo recuerdo. Y no porque los anteriores fueran santos, sino porque teníamos para comer, había medicamentos, oportunidades de crecimiento y no nos daban un show mentiroso e inverosímil cada mañana pagado con recursos del pueblo bueno.
El 13 también es el cumpleaños 69 del tabasqueño. Qué coincidencia. Él estará lejos, como siempre.
El arranque de la marcha será en el Ángel de la Independencia a las 10:30 horas. La marcha recorrerá Paseo de la Reforma hasta llegar a Avenida de la República para cerrar en el Monumento a la Revolución.
¡Marchemos por México! este 13 de noviembre para que podamos sacar al país de este pozo profundo, oscuro, y no quedemos hundidos en la indolencia, la miseria, la falta de oportunidades.
La ira del preciso estalló al saber que José Goldenberg será el único orador al finalizar la marcha. Explotó en insultos como lo acostumbra, según documenta López-Dóriga en su columna de Milenio. A los que osemos participar nos ha llamado: «Rateros, clasistas, hipócritas, achichincles, despistados, racistas, aspiracionistas, fifís, corruptazos, vulgares, ambiciosos. Los ha acusado de cretinismo y sinvergüenzas, injurias que repite haciendo del insulto un discurso presidencial: mentirosos, farsantes, corruptos, matraqueros, inmorales, alcahuetes, saqueadores, esto independientemente de las 20 veces que a unos y otros ha mandado al carajo».
Dolorosamente el presidente no argumenta, solo ataca con insultos baratos.
Pidamos a Dios benevolencia por nuestro país, pidamos también por nuestros hijos, nietos, familias; que volvamos a ver la grandeza de este México nuestro que está a punto de fenecer.
No se queden en casa, unámonos a la marcha antes de que nos detenga el miedo o el sistema. Dios nos ampare. ¡Hagamos lo que nos corresponde!
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