Elvira Gomezturja
Ciudad de México, 01 de mayo (entresemana.mx). Elvis Aaron Presley (1935-1977) fue y es un icono de la música, el mundialmente famoso Rey del Rock and Roll.
Richard Nixon (1913-1994) fue el presidente 37 de los Estados Unidos (1969-1974). Dos personajes inolvidables.
El cantante estaba acostumbrado a cumplir todos sus caprichos por muy excéntricos, costosos o inalcanzables que parecieran.
El presidente estaba habituado a mandar.
Existe una película interesante Elvis & Nixon (2016), dirigida por Liza Johnson y escrita por Joey y Hanala Sagal y Cary Elwes. Los protagonistas son Michael Shannon como Presley y Kevin Spacey dando vida a Nixon.
La anécdota central relata todo lo que ocurre alrededor del encuentro entre ambos en la Casa Blanca el 21 de diciembre de 1970.
La cinta se estrenó en Estados Unidos el 22 de abril de 2016.
Podría ser un documental, aunque claro le faltaría el tono solemne. Presenta lados desconocidos de los dos personajes, los mundos que habitan, sus peculiaridades y al final se da a conocer la cordialidad y simpatía que nació entre ambos; a pesar de que Nixon rechazó esa entrevista de primera instancia, dijo que no tenía tiempo y que el acercamiento no era trascendente.
La historia es que una mañana el chico oriundo de Tupelo, Misisipi, amaneció con la idea de visitar al Presidente Nixon para solicitarle una placa de agente federal, pensaba que los jóvenes estaban en gran peligro con el uso y abuso de las drogas. Presley se apareció en la puerta noroeste de la Casa Blanca, entregó al vigilante una carta escrita de su puño y letra, explicando que se oponía a la cultura de las drogas, a los hippies y a los Panteras Negras. Pretendía ser un agente encubierto de la Oficina de Narcóticos y Drogas Peligrosas (Bureau of Narcotics and Dangerous Drugs, hoy la DEA).
Dwight Chapin (Evan Peters) y Egil Krogh (Colin Hanks), dos de los principales asesores de Nixon le plantearon al presidente la posibilidad de un encuentro con Elvis, pero se negó tajantemente porque para colmo sus brillantes asesores querían utilizar el tiempo que Nixon tomaba para su siesta; tiempo que era intocable.
Chapin y Krogh estaban interesados en la reunión para promover la imagen de Nixon y ganar el voto del sector joven e influenciarlo en contra de las drogas. Nixon se mostraba renuente. No quería recibirlo en el Salón Oval de la Casa Blanca y lanzó la frase: “Que regrese cuando elijan a un demócrata”. Nixon era republicano.
Alex Pettyfer interpreta a uno de los mejores amigos de Presley, Jerry Schilling, su RP. Un hombre que estima a Elvis y no desea sacar beneficios de su relación con él. Hay un diálogo entre ellos donde le dice que ‘lo quiere y es su amigo y no tiene que comprarle cosas o darle dinero para que esté con él’. También parte del petit comité que acude con Elvis en estas andanzas es Johnny Knoxville quien da vida a Sonny un asistente y chofer del cantante quien sí aprovecha estar cerca del actor para sacar provecho de su fama.
Estos dos hombres, de repente estaban en aprietos, porque Elvis se sentía libre y salía solo a buscar algo de comer como cualquier hijo de vecino y era una tentación para los malhechores ya que salía con sus alhajas que no eran precisamente discretas. Sin embargo, Elvis no era ningún ingenuo y siempre estaba armado aunque se mostraba amistoso con la gente y cortés con las mujeres que ¡lo adoraban! Una de sus pistolas se llamaba Lucille.
La película deja claro que la súper estrella era amigo de sus amigos e incluso, como es obvio Nixon solo lo recibió a él, y Elvis aprovechó una coyuntura para presentarlo con sus amigos.
Elvis & Nixon deja entrever que el círculo alrededor del rockandrollero trataba de manipularlo a su antojo y él se daba cuenta. Además se sentía utilizado y se percibía a sí mismo como un objeto.
Increíblemente todo parecía indicar que esa reunión nunca se llevaría a cabo. Nixon no quería. Los más interesados en que se lograra eran los dos asesores de Nixon, los amigos de Elvis, y el mismo Elvis que neceaba que quería su placa de agente federal. Son ellos cuatro los que a través de Julie la hija de 22 años de Richard Nixon se concreta la cita, ya que ella deseaba un autógrafo y una foto de Elvis.
Esta reunión fue algo especial. Conjugó al hombre más famoso del mundo Elvis con el hombre más poderoso del planeta Nixon.
Entre las curiosidades de la película está todos los menjunjes que en sus viajes llevaba Elvis en un neceser: Crema para hemorroides porque desvanecen las bolsas de los ojos, tinte para el cabello por eso era tan negro, spray para que no se moviera un cabello, cremas para diferentes propósitos y consistencias, perfumes, lociones. Un culto al ego.
Trajes, cinturones, anillos, anteojos; cada accesorio para que El Rey sobresaliera entre la multitud.
La trama nos revela todo lo que la fama y el dinero ofrecen, y todo lo que arrebata. Elvis confiesa que ya nadie ve al muchacho de Memphis, Tennessee, que ese está enterrado. La gente solo mira y admira a Elvis, con cuyas canciones o películas se enamoraron, se besaron por vez primera…
Nos da a conocer que Elvis vivía en un mundo de ficción, tan es así que pretende abordar un avión armado y es que él nunca viajaba solo de modo que no tenía idea de lo que podía llevar y lo que no. Tampoco viajaba en vuelos comerciales, solo en privados.
Presley era cinturón negro en karate.
Elvis representaba, como muchos artistas, un hombre ideal. A donde iba había una fila de mujeres esperando por conocerlo, enamoradas de un ideal que en realidad no existía. Elvis de acuerdo a su historia y a su final no fue un hombre muy dichoso a pesar de tener todo lo imaginable. Y cuando es todo, es en verdad todo. Cuando llega a la casa presidencial, una de las secretarias le dice sobre la Casa Blanca: “Es hermosa, ¿verdad?” A lo que Elvis contesta: “Se parece a mi casa”.
La negativa de Nixon para verse, lo deprime. Pero cuando se entera que aceptó viste sus mejores galas y su RP le dice: “Te ves más sexy que una golfa”.
Presley no era ningún tonto. Al llegar al primer filtro de la Casa Blanca un agente de seguridad le pregunta si lleva armas de fuero ilegales y contesta que no. Sin embargo, los detectores acusan que sí va armado. El agente pregunta porque respondió que no, sí lleva armas. Elvis responde que porque preguntó si llevaba armas ilegales, y las suyas, son legales, portaba permisos.
Antes de entrar los asistentes de Nixon informan a Elvis sobre el protocolo a seguir en presencia del presidente. Lo que ignoraban es que el propio Elvis tenía el suyo.
Le piden que no vaya a comer las M & M ni a destapar el Mr. Pepper del presidente porque son para él.
Nixon advirtió a sus empleados que únicamente concedería 5 minutos a Elvis, ni un minuto más. Transcurrido ese tiempo deberían entrar y cortar la entrevista. Sin embargo, ya juntos todo cambia, Elvis se sienta donde quiere, se come los M&M, se bebe el Mr. Pepper del presidente. Elvis ve una roca lunar bajo un capelo y Nixon le dice que puede sacarla y tocarla. Elvis contesta que Aldrin le mandó una a él. Ahí Nixon se percata que está tratando con una celebridad como él. El ambiente de tenso se convierte en cordial hasta El Rey le dice que es un hombre guapo, cuando Nixon minutos antes con su asesor admitía no sentirse atractivo físicamente.
En confianza ninguno de los dos acepta ser seguidor de Los Beatles. Al término de la entrevista, Elvis confiesa que le pegó a Los Beatles pero ellos jamás lo sabrán.
Nixon se muestra orgulloso de sus orígenes. Recuerda que su papá trabajó en una verdulería, mientras que el papá de Elvis fue parcero y agrega Nixon: “Nos levantamos de la nada”.
Con la euforia del encuentro el RP cuenta a Krogh la anécdota del choque en moto que sufrió con Elvis. Se sentía orgulloso de que lo mencionaran en la nota de un periódico y la llevaba a todos lados. Lo triste es que la nota decía que por suerte no había sido Elvis el que tuvo contusiones si no su acompañante. Triste caso de quienes rodean a los famosos que “desean los salpiquen con un poco de su fama”.
El mensaje más valioso es el que da su RP: “No tienes que comprar mi amistad, te quiero a ti”.
Elvis era amante de la numerología. Él era un 8.
Ya para despedirse Elvis le explica a Nixon que el karate es importante porque es autodefensa, autocontrol. Disciplina de mente y cuerpo que evidentemente Presley no puso en práctica. Pide al presidente que golpee sus nudillos para que constate que son de acero.
Elvis quiso sorprender al Presidente Nixon y le llevó al un regalo: una pistola conmemorativa, Colt 95 semiautomática calibre 45, de la Segunda guerra mundial en donde Nixon estuvo en el 43.
Al final Elvis escribe el autógrafo para Julie y pregunta si a la otra hija de Nixon no le gusta, el Presidente responde: “Le gustan los Beach Boys” y claro se toman la foto juntos.
Elvis obtuvo su placa bajo juramento.
La foto de Presley y Nixon en el Salón Oval es la más buscada en los archivos nacionales de los Estados Unidos y Elvis… sigue siendo El Rey.
¡Véanla, vale cada minuto!
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