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Elvira Gómezturja
Ciudad de México, 25 de septiembre (entresemana.mx). Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez, rechazaron la propuesta del cineasta Jorge Fons -fallecido el pasado 22 de septiembre- para apoyar el lanzamiento de Rojo Amanecer (1989); película cuyo tema es la represión que ejerció el Estado sobre el movimiento estudiantil de 1968, que tuvo lugar en la Plaza de Las Tres Culturas en Tlatelolco.
Desde la perspectiva de una familia que vivía en uno de los departamentos del complejo habitacional.
Fuentes, autor de La región más transparente, ni siquiera se tomó el tiempo ni la molestia de leer el guión, y el Nobel de Literatura El Gabo, explicó: “Yo no puedo hacer nada, soy extranjero y no puedo opinar”.
Esta anécdota la compartió el actor y productor de la cinta Héctor Bonilla junto con Valentín Trujillo, en 2015, durante el Festival Internacional de Cine de San Cristóbal de las Casas, en donde el cineasta fue homenajeado.
Rojo Amanecer enfrentó la censura de la época. Radio, Televisión y Cinematografía (RTC), que dependía de la Secretaría de Gobernación “metió la mano” y cortaron cuatro minutos a la historia original. “Desaparecieron” escenas en las que se cita a militares mexicanos.
Héctor Bonilla, produjo la cinta con sus ahorros y arriesgó su patrimonio: “Lo bueno es que mi mujer salvó la casa”, confesó alguna vez.
Valentín Trujillo, actor y productor, rescató el largometraje. Gracias a él llegó a las salas de cine: “Para nosotros era importante llegar a los cines, porque si no iba a pasar como un berrinche universitario”, reveló.
Rojo Amanecer ganó 11 Arieles. El elenco estaba conformado por María Rojo, Héctor Bonilla, Demián y Bruno Bichir, Eduardo Palomo y Ademar Arau.
Fons a lo largo de su carrera obtuvo tres Ariel, pero sin duda, su película Rojo Amanecer, fue una de sus batallas más exitosas y significativas.
El guión nació de la pluma de Xavier Robles. Fue la primera cinta de ficción sobre este tema y tuvo un éxito arrollador en taquilla.
El set para la filmación se habilitó en una bodega al sur de la Ciudad de México. Bonilla ‘se escapaba’ para conseguir fondos y continuar el rodaje.
Durante el sexenio del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari se hicieron dos copias enviadas a Estados Unidos y Cuba para mantenerlas a salvo. Esas copias ayudaron a promoverla a través de la piratería.
Otra película memorable de Fons es Los Albañiles (1976), premiada con el Oso de Plata en el Festival Internacional de cine de Berlín (Berlinale).
Su cortometraje Caridad (1973) se considera uno de los mejores en la historia de México.
También inolvidable, dentro de las joyas de la cinematografía mexicana: El callejón de los milagros (1995), basada en el libro homónimo de Naguib Mahfuz (1947), protagonizada por Salma Hayek, obtuvo el premio Goya a “mejor película extranjera de habla hispana” en 1996.
En 1966, Fons ya era coordinador de reparto en la cinta Los Caifanes, que marcó su línea y estilo.
Desde antes de Los Cachorros (1973), basada en la novela homónima de Mario Vargas Llosa, Fons, empezó a escribir su historia y a ser reconocido como un referente en nuestro cine.
En 1963, el director, ingresó al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM (CUEC).
En 1969 realizó su ópera prima, El Quelite.
Trabajó también en telenovelas como La casa al final de la calle, Yo compró esa mujer, El vuelo del águila y Una familia con suerte entre otras.
El director de Fe, Esperanza y Caridad y El Atentado nació en Tuxpan Veracruz y murió a los 83 años.
El legado de Fons más allá de su talento, portentosas imágenes, extraordinarias películas fue atrapar nuestra atención para posar la mirada en la realidad que nos negamos a aceptar. Una crítica a la sociedad, con el propósito de que prestemos atención a la conducta del ser humano y sus muchas miserias.
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