YANETH TAMAYO ÁVALOS (SemMéxico, Querétaro). Las niñas de todo el mundo siguen enfrentándose a retos sin precedentes en lo que respecta a su educación, bienestar físico y mental, y la protección necesaria para una vida libre de violencia, UNICEF.
Naciones Unidas desde el 2011, ha reconocido que sobre los derechos humanos de las niñas, existen cargas y desafíos desproporcionados por su género, lo que impide a estas poder materializarlos.
Por ello, la urgencia de que los Estados parte adopten estrategias legislativas y de política pública, encaminadas a que las niñas y adolescentes tengan un futuro más equitativo y próspero. *
Algunas cifras **
Datos de UNICEF, refieren que hasta 10 millones de niñas correrán el riesgo de contraer matrimonio infantil. Los graves efectos de la pandemia del Covid-19 exponen a las niñas a un mayor riesgo de matrimonio precoz debido a una combinación de conmociones económicas, cierre de escuelas e interrupción de los servicios de salud reproductiva.
Las niñas son principalmente víctimas de la explotación sexual (72% de las víctimas detectadas), mientras que los niños son principalmente sometidos a trabajos forzados (66% de las víctimas detectadas).
Casi 1 de cada 4 niñas de entre 15 y 19 años en todo el mundo no recibe educación, empleo o capacitación, en comparación con 1 de cada 10 niños.
Por su parte, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, advierte que cerca de 10 millones de niñas y adolescentes quedan embarazadas cada año. De ahí que, la región de las Américas tenga la segunda tasa más alta de embarazo adolescente y es la única con tendencia ascendente del número de partos de niñas menores de 15 años.
En el caso de embarazo adolescente, la Organización Panamericana de la Salud, ha estimado que el 20 por ciento son producto de violencia sexual, el resto es consecuencia de la iniciación sexual temprana, la falta de acceso a la información y de programas de educación sexual de calidad.
Mientras tanto, en México las cifras van en aumento, tan solo en el 2022 el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), informó que hubo más de 27 mil delitos contra niñas, niños y adolescentes, lo que implica 7 homicidios diarios, de los cuales más de 107 fueron feminicidios contra niñas y adolescentes.
La realidad
En México y en el mundo entero, las niñas y adolescentes siguen enfrentando y resistiendo la violencia, el adultocentrismo y la discriminación, que surgen de patrones sociales que fomentan la cultura del silencio, que encubre y justifica a los agresores, culpando a las víctimas e invisibilizando las diversas formas de violencia a las que son sometidas.
La discriminación estructural y los estereotipos de género han colocado a las niñas en una situación especial de peligro, que se traduce en altas tasas de homicidios por razón de género, desapariciones, acoso y violencia sexual, entre otros, así como la subsistencia de serios obstáculos que les impide tener un acceso oportuno a la justicia, reparación y protección integral frente a estos casos.
A su vez, estas barreras estructurales han impedido el acceso real a la educación, información y servicios de salud sexual y reproductiva, de manera imparcial, oportuna y culturalmente adecuada; circunstancias que en el futuro acarrean desventajas en el acceso a la igualdad de oportunidades en lo profesional.
Si bien las niñas y adolescentes han sido creativas, tenaces y resilientes para vencer algunas adversidades, lo cierto es, que siguen necesitando que se les facilite habilidades y oportunidades que les permitan progresar y construir un futuro sólido e igualitario en condiciones de libre de violencia.
En conclusión
Mientras los Estados sigan sin reconocer las problemáticas, las vulnerabilidades particulares y las necesidades especiales de protección que enfrentan las niñas y adolescentes, no se logrará cumplir con el objetivo de la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas. ***
Se requiere la implementación de políticas públicas y sistemas de protección con perspectiva de género, basados en el interés superior de las niñas y adolescentes, que les garantice una vida libre de violencia.
*En 1995, en la Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing, los países adoptaron por unanimidad la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing -el plan más progresista jamás realizado para promover los derechos no solo de las mujeres sino también de las niñas-.
*** Los derechos y desafíos particulares a los que se enfrentan pasan desapercibidos bajo la categoría sin edad de “mujeres”, la cual no considera las necesidades especiales de protección que requieren por su condición de crecimiento y de desarrollo; o quedan invisibilizadas bajo la categoría de “niños”, “adolescentes” y “jóvenes” que no tienen en cuenta el género y las problemáticas que enfrentan.