• Que no pretenda asumir con este ceremonial, su cercanía con los más desprotegidos; como él también Vicente Fox lo recibió
Ciudad de México, 07 de septiembre (entresemana.mx). En voz de la diputada Olga Luz Espinosa Morales, la bancada del PRD en San Lázaro, censuró la farsa que se mantiene desde Palacio Nacional al utilizar figuras y ceremonias de los pueblos indígenas como la entrega del “bastón de mando” -del Presidente Andrés Manuel López Obrador a Claudia Sheinbaum- con tal de generar una percepción de respeto y respaldo sobre los usos, costumbres, lenguas y tradiciones de los dueños legítimos de este país, cuando es lo que este gobierno menos ha dado, y un ejemplo es el incumplimiento de los Acuerdos de San Andrés Larráinzar que siguen reducidos pese a la promesa de consolidarlos.
En el marco del proceso electoral federal del 2024 y luego de conocerse que Claudia Sheinbaum será quien represente al oficialismo en la contienda por la Presidencia de la República, Olga Luz Espinosa Morales indicó que la “ceremonia” de AMLO queda reducida a un acto mezquino y “patito” porque el acto –en sí- simboliza máxima autoridad tanto espiritual como política, de quien ostenta el mando en las comunidades; autoridad que, dijo, López Obrador perdió desde que cerró las puertas de Palacio Nacional a una mujer de origen indígena llamada Xóchitl Gálvez y se dedicó a descalificar a quienes –como ella- le reclamaban ser escuchados.
Prestó oídos sordos a las peticiones de lacandones y otras comunidades para que no destruyera sus ecosistemas con el Tren Maya; ni avalara la construcción de una termoeléctrica en Morelos como demandaba Samir Flores, de origen náhuatl asesinado previo a la consulta de dicha obra que, como candidato, AMLO rechazó y como presidente avaló.
“Dice el Presidente que con la entrega del bastón de mando a Sheinbaum deja de ser el dirigente del movimiento que emprendió para ahora sí dedicarse a la Presidencia y comenzar a cerrar su ciclo como dirigente, gobernante y jubilarse porque –según él-ya hay relevo generacional”; pero lo que no entiende es que el pueblo no olvida, señaló la legisladora federal por Chiapas y Secretaria de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
Los Acuerdos de San Andrés Larráinzar firmados el 16 de febrero de 1996, entre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el gobierno federal –sostuvo- no se olvidan, los mantendremos vigentes y estamos ciertos de que será Xóchitl Gálvez, una auténtica comprometida con las causas indígenas, se trabajara en ese sentido hasta lograr la igualdad que, en este gobierno, nunca se vio, al contrario, los pobres aumentaron y lastimosamente son en su mayoría, indígenas.
“Y que López Obrador no se sienta auténtico ni como el único gobernante que retoma a los pueblos originarios para atraer las simpatías de mexicanos y extranjeros, nada más que se acuerdo que antes que él, Vicente Fox recibió el mismo bastón y las limpias con incienso”, remató.
Es importante destacar que los Acuerdos de San Andrés Larráinzar (Chiapas), fueron firmados un 16 de febrero de 1996 entre el gobierno mexicano (encabezado entonces por Ernesto Zedillo Ponce de León y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, EZLN) para abordar las demandas de los pueblos indígenas en México.
Estos compromisos trataban de establecer una nueva relación entre Estado y pueblos indígenas reconociendo en la Constitución política sus derechos políticos, jurídicos, sociales, económicos y culturales. El Gobierno Federal Mexicano se obligaba a reconocer la autonomía, la libre determinación y la autogestión de los pueblos indígenas mediante:
1) Reconocer a los pueblos indígenas en la Constitución;
2) Ampliar participación y representaciones políticas;
3) Garantizar acceso pleno a la justicia;
4) Promover las manifestaciones culturales;
5) Asegurar educación y capacitación;
6) Garantizar la satisfacción de necesidades básicas;
7) Impulsar la producción y empleo y
8) Proteger a los indígenas migrantes.
Sin embargo, han transcurrido más de dos décadas desde su firma, y muchos aún no se han cumplido en su totalidad. De acuerdo con expertos, estos Acuerdos habrían pasado a la historia si el gobierno mexicano hubiese cumplido lo pactado con los pueblos indígenas.